miércoles, 19 de febrero de 2014

Michael Kamen (Compositor)

Michael Kamen



Nueva York (EEUU), 1948,  Londres (Reino Unido), 2003.

Este neoyorquino no solo es reconocido por sus trabajos para el Séptimo Arte, ya que antes de llegar a este había trabajado como arreglista para prestigiosas bandas musicales, trabajo con el que continuará a lo largo de su carrera, pasando por su estudio grupos y solistas de la talla de Pink Floyd, Queen, Aerosmith, Bon Jovi, David Bowie, Bryan Ferry, Eurythmics, Metallica, Def Leppard, The Cranberries, Bryan Adams, Coldplay, Sting o Lenny Kravitz. Dando como consecuencia que algunos de estos trabajos terminaran acompañando a algún que otro film bastante conocido. 
Entre los más destacados tenemos el realizado junto a la prestigiosa banda de rock británica, Pink Floyd, con los que ya había trabajado para su popular disco "The wall" ("El muro", 1979), para volver a hacerlo en el homónimo proyecto cinematográfico de Alan Parker en 1982.
Algo similar ocurre con Bryan Adams, con quien mantiene una muy buena relación tanto dentro como fuera del celuloide. Relación que daría lugar a canciones tan recordadas en la historia del cine, como la balada "I Do It for You" de la película "Robin hood, príncipe de los ladrones" (Kevin Reynolds, 1991), u otras también muy populares, como la incluida en otra de las versiones cinematográficas realizada sobre la conocida obra del prolífico Alejandro  Dumas, en esta ocasión, la de 1993 dirigida por Stephen Herekde:  "Los tres mosqueteros": "All for love", tema muy popular en el que Adams era acompañado por la no menos conocida  y áspera voz de Rod Stewart. O el también muy popular tema hispano de "Don Juan DeMarco" (Jeremy Leven, 1994): "Have You Ever Really Loved a Woman?".
Pero no menos famoso y brillante fue otro de sus arreglos para otra de las fabulosas bandas británicas: Queen, quienes con el desgarrador tema de amor "Who Wants To Live Forever" acompañaban a una de las más emotivas y desoladoras escenas del cine de los últimos tiempos en la vibrante "Highlander" ("Los inmortales", Russell Mulcahy, 1986).

Curiosamente, por la única que conseguiría un premio importante sería por el tema más olvidado. El  que realizara junto a Eric Clapton para la serie británica "Edge of Darkness" (Troy Kennedy-Martin y Martin Campbell) en 1984. 
Así, con un peculiar estilo Claptoniano, se hacían con el BAFTA a mejor música original para televisión. Aunque, como veremos a continuación, recibiría algún que otro premio y nominación por varias de sus composiciones, por alguna de las ya mencionada y por otras que faltan por llegar.

Si bien sus mayores logros en el cine vinieron de la mano de sus acompañamientos en forma de canciones, como ya hemos podido ver. Kamen, también realizaría multitud de bandas sonoras en las que utilizaría una gran variedad de estilos, como veremos a continuación.

Corría el año 1976 cuando nuestro autor inicia su andadura en la composición audiovisual, y lo hace abriendo el abanico en todo su amplio espectro, ya que ese año musicaliza el corto francés "Rodin mis en vie" de Alfred Brandler, compone la melodía del telefilm "Liza's Pioneer Diary" (Nell Cox) y realiza su primera banda sonora para un largo: "El árabe" (Richard C. Sarafian), mediocre film que utilizaba como base de partida las intrigas del conflicto árabe-israelí para montar su argumento y en donde Sean Connery volvía a realizar un papel al corte del súper agente británico, 007.

Su primer gran éxito no sería en solitario y su presencia casi pasaría desapercibida, ya que la gloría se la llevaría el grupo con el que arregla y co-escribe la banda sonora, Pink Floyd. 
En ese videoclip largo llamado "El muro" (Alan Parker, 1982) es donde Kamen adquiere un mayor protagonismo dentro de la banda británica, tanto es así que en 1983, con el teclista Rick Wright fuera de la banda, sería reemplazado por el propio Kamen para la grabación del álbum "The Final Cut", del que también sería co-productor.

Pero si tenemos que atribuir a algún trabajo la culpa de que Kamen se abriera camino en este difícil mundo de la composición cinematográfica, es el que realiza junto a la primera obra de Cronenberg en los Estados Unidos. No sé si la industria le impondría a este debutante director el compositor a utilizar, pero lo cierto es que Cronenberg realizaría este primer trabajo en USA sin su fiel escudero, Howard Shore, quien una vez superada las reticencias vuelve a colaborar con él en su siguiente película en los EEUU: "La mosca", 1986.
Aun así, Kamen logra realizar un aceptable trabajo para este controvertido director, quien en una de sus películas menos identitaria realiza una entretenida adaptación de la obra homónima de Stephen King: "La zona muerta" (1983).

Dos años más tarde nos lo volvemos a encontrar en otro de los delirios de Terry Gilliam: "Brazil" (1985). sueño estrambótico, o más bien pesadilla distópica, en la que Gilliam da rienda suelta a su febril imaginación para crear este oscuro pero original esperpento orweliano.
Por su parte, Kamen, quien no se complica mucho la existencia, acepta el difícil proyecto de componer para el complejo film de Gilliam. Y siendo fiel al título, adapta el tema sobre el que girará el film: " Aquarela do Brasil" compuesto por el brasileño Ary Barroso en 1939. Tema al que irá aplicando, notablemente, diferentes matices para que se ajusten a las surrealistas escenas del onírico film de Terry Gilliam.

Tras realizar su galardonado trabajo para la mini-serie de 1985 junto a Eric Clapton: "Edge of Darkness", compondrá la que puede ser una de sus mejores obras para el Séptimo Arte: "Los inmortales" (Russell Mulcahy, 1986). Si comentábamos anteriormente como el tema  "Who Wants To Live Forever" de Queen nos acompañaba con su soberbio y desgarrador lamento en la escenas más emotiva del film, Kamen, conseguía realizar una magnífica banda sonora para acompañar a esta épica y conmovedora película sobre los avatares del último inmortal.

Un año más tarde vuelve a componer junto a Eric Clapton uno de los temas que, sin ser brillante, sí tendrá gran relevancia al ir acompañando una prolija y popular saga cinematográfica: "Arma letal" (1987 - 1998, Richard Donner). Para ella crean un sonido jazzistico urbano y setentero que nos retrotrae a aquellas míticas series detectivescas como el que acompañaba al reconocible intro de "Las calles de San Francisco" (1972 - 1977). Para el resto de la secuela, al binomio formado por Kamen-Clapton, se les uniría David Sanborn. Entre los tres escribirán el resto de las melodías de la saga que finalizaría su andadura, salvo que volvamos a tener alguna sorpresa a las que tan acostumbrado nos tiene la industria norteamericana, en 1998.

Al año siguiente, siguiendo con la dinámica comenzada con "Arma letal", compondrá la melodía de otra popular saga de acción "Jungla de cristal" (John McTiernan, 1988). Aunque en esta ocasión compondrá en solitario y su inesperado fallecimiento en 2003 solo permitirá a nuestro compositor firmar las tres primeras composiciones de la saga,  en las que crea unas eficaces pero poco originales composiciones, donde, sobre todo, lo que busca es enfatizar el trepidante argumento del film.

Este mismo año vuelve a componer para un viejo conocido, Terry Gilliam. En la que es la película más alucinante y menos alucinógena del director: "Las aventuras del barón Münchausen" (1988), Gilliams nos deleita con un film que, sin salirse del plano esperpéntico y onírico, huye de los tonos sombríos de su anterior y posteriores obras, dejándonos un cuento colorista y jovial, en el que Kamen se impregna del entusiasmo del realizador hasta crear la banda sonora luminosa y vital con la que nos obsequia.

1989 nos deja otro de los trabajos que lamentablemente no pasarán a estar entre los más destacados de nuestro autor, una lástima, ya que oportunidades como esta no se presentan todos los días. Pero Kamen no sabe aprovechar esta pera en dulce que se le pone ante los labios y nos deja con una de las composiciones más mediocres que han acompañado al agente secreto menos secreto de todos los tiempos: "007: Licencia para matar" (John Glen, 1989). En ella, lo que sí nos demuestra son sus grandes dotes como arreglista, ya que  es eso a lo que se dedica, realizar variaciones sobre la gran obra de Monty Norman y los trabajos posteriores de Barry, para quedarse muy lejos de los posteriores trabajos realizadas por David Arnold para el insigne agente del MI6.

La década de los 90 nos deja con un lúcido Michael Kamen, quien nos brinda con varios de sus mejores scores, por los que logrará con varios de ellos el merecido reconocimiento en forma de galardones y nominaciones a grandes premios a su labor compositiva.
Comenzamos con el primero de ellos, por el que lograría el Grammy a mejor canción junto a Bryan Adams, la ya vista anteriormente "I Do It for You". Melodía con la que también lograban la nominación al Oscar y Globo de Oro, y en la que además, con Kamen en solitario, conseguía la nominación a mejor banda sonora en los Grammys y Globos de Oro. Me refiero a su trabajo en la nueva adaptación de las recurrentes aventuras del arquero del Bosque de Sherwood que realizara para Kevin Reynolds en 1991: "Robin Hood, príncipe de los ladrones". En esta ocasión, Robin (Kevin Costner) irá acompañado por la inusual figura del sarraceno Azeem, curioso papel que interpreta el siempre magistral, Morgan Freeman.
Como ya ocurriera en otras ocasiones - ya lo pudimos apreciar cuando tratamos a todo un clásico como el señor Erich Wolfgang Korngold -, la banda sonora de Robin Hood se convierte en todo un éxito. Y, aunque en esta ocasión no cosecha los mismos resultados que su predecesora de 1938, sí consigue mantener el listón muy alto, logrando un gran número de nominaciones a premios importantes y el Grammy (mejor canción).

Si bien es cierto que Kamen se muestra muy activo en la década de los 90, en la que continua componiendo para los típicos film de acción que le dieron popularidad como las sucesivas secuelas de "Arma letal" y "La jungla de cristal", u otras nuevas como "El último Boy Scout" o "El último gran héroe", en la que podemos ver a un nutrido grupo de duros made in USA (alguno de ellos adoptado) en papeles protagonistas: el norteamericano nacido en Alemania, Bruce Willis, el austriaco Arnold Schwarzenegger o el autóctono Mel Gibson. No es hasta su siguiente trabajo para un film de capa y espada, donde vuelve a fraguar su nuevo éxito, y una vez más lo hará junto al músico Bryan Adams. En esta ocasión, como ya ocurriera con Robin Hood, acompañando a uno de esos títulos tan poco novedosos en el Séptimo Arte como: "Los tres mosqueteros" (Stephen Herekde, 1993).
En esta enésima adaptación de la obra de Dumas, realizará junto a Adams el conocido tema  "All for love".  Y como ya ocurriera en "Robin Hood, el rey de los ladrones", su trabajo como compositor no se limitará a escribir las canciones interpretadas por Bryan Adams, sino que también, compondrá la banda sonora original, para la que vuelve a crear una obra épica de corte histórico, como ya hiciera con "Las aventuras del barón de Münchausen".

En 1994, dando continuidad a la fructífera relación Kamen-Adams, trabajan para la comedia romántica de Jeremy Leven: "Don Juan DeMarco". Banda sonora de la que forma parte el tema "Have You Ever Really Loved a Woman?", por el que vuelven a ser nominados al Oscar a mejor canción, además de al Globo de Oro. Kamen, por su parte también conseguiría la nominación al Globo de Oro a mejor banda sonora original.
El film que cosechó buenos resultados en su momento, al contar con un joven y atractivo Johnny Depp, y un genial tandem de veteranos actores: Marlon Brando y Faye Dunaway; pero que, que al igual que ocurriera con su veterano actor, no envejecería bien. Algo que no ocurrirá con el tema creado por Kamen-Adams que se convirtió en otro tema muy popular, algo que podemos comprobar con cierta facilidad si sintonizamos alguna emisora de nuestro territorio nacional.

Ya acercándonos al final de su carrera, y una  esclerosis múltiple diagnosticada, nos deja con la delicada y sencilla obra para el film británico de Alan Rickman: "El invitado de invierno" (1997). Drama en el que madre e hija en la realidad, Emma Thompson y Phyllida Law, compartirán roles en la ficción. No era la primera vez que había sucedido que ambas compartieran cartel, ya que en anteriores y posteriores ocasiones han trabajado juntas, creando en todas las escenas que interpretan juntas una curiosa y agradable atmósfera.

Antes de finalizar la década de los 90, nos dejará con la última de sus bandas sonoras premiadas. En el que fuera el primer largo animado del ahora reputado Brad Bird: "El gigante de hierro" (1999), quien, lejos aún de la factoría Pixar, realiza para la Warner este fantástico relato de amistad entre un niño y un robot extraterrestre, en el que Kamen compone un interesante acompañamiento sinfónico por el que obtendría el Annie a mejor banda sonora original para una cinta de animación.

La entrada en el nuevo milenio, en lo que serían sus últimos años como compositor, nos dejaría grandes trabajos para filmes o series muy reconocidas. 
Así, a la que fue el primero de los filmes de la saga de los mutantes del profesor Xavier: "X-Men" (Bryan Singer, 2000). Realiza una obra que se aleja de los patrones épicos, para ahondar en un plano más oscuro, aquel en el que se desenvuelven unos temidos mutantes, incluso, cuando estos presentan buenas intenciones hacia la raza humana.

Pero si tenemos que considerar alguna de sus últimas obras como su mejor trabajo antes de su adiós, este es sin lugar a dudas la banda sonora que compuso para la serie "Band of brothers" ("Hermanos de sangre", 2001). Serie de la HBO coproducida por Steven Spielberg y Tom Hanks, en la que el actor también formaría parte del plantel de guionistas y en la que una vez más se nos vuelve a ensalzar la heroicidad de los soldados norteamericanos y las penurias por las que pasaron aquellos soldados que lucharon en el frente europeo de la Segunda Guerra Mundial.
En ella, se mantiene una estética muy similar a la de aquella análoga obra de Spielberg de 1998: "Salvar al soldado Ryan". Solo que en esta ocasión podremos disfrutar con más detalle del avance y las penurias de la Easy Company, batallón norteamericano del 506º regimiento de paracaidistas.
Michael Kamen realizaría para ella el bello tema de inicio y crearía la melodía de los dos primeros capítulos, de los diez compondrían la serie.

En 2003 moría de un ataque al corazón, dejando inconclusa una de sus últimas obras brillantes, la que acompañaría a la cinta de animación alemana "En busca de la piedra mágica" (Lenard Fritz Krawinkel y Holger Tappe, 2004). Banda sonora que tendría que ser acabada por Ilan Eshkeri y Andrew Raiher y en la que Kamen nos dejaba una melodía que nos recordaba aquella que acompañó a los hombres de la Easy Company en su incursión europea en "Band of brothers".

Un saludo.

jueves, 6 de febrero de 2014

Georges Delerue (Compositor)

Georges Delerue


Roubaix  (Francia), 1925 - Los Ángeles (Estados Unidos), 1992.

Hoy veremos a uno de los grandes maestros de la composición cinematográfica de nuestro vecino país y del resto del planeta. Autor vinculado en sus inicios a la "Nouvelle Vague" francesa, prestigiosa corriente cinematográfica en la que colaboraría con varios de los directores más representativos. Sus melodías serían utilizadas por realizadores de la talla de: François Truffaut, Claude Chabrol, Jean-Luc Godard o Louis Malle. Así como por otros directores franceses como Philippe de Broca, con el que mantuvo una muy buena relación que daría lugar a 17 colaboraciones, o reputados directores de fuera de sus fronteras como: Bernardo Bertolucci, George Cukor, Mike Nichols u Oliver Stone.

Hablar sobre la obra Delerue no es una tarea nada fácil, al ser este un autor bastante prolijo con algo más de trescientas composiciones para el cine y la televisión, y un gran número de obras de una calidad exquisita para el séptimo arte.
Aunque fuera un autor bastante versátil, su carrera destacaría, fundamentalmente, por sus trabajos para dos géneros. En composiciones para películas de corte histórico y, especialmente, en sus trabajos para cintas románticas, bien juntas o por separado. En ambos géneros Delerue demostraría un talento especial.

Este fantástico compositor francés nace y se desarrolla en el bello arte de la creación de bandas sonoras en su tierra natal para, más tarde, dar el salto a a la poderosa factoría cinematográfica norteamericana, donde la potente industria también sabría dar el lugar adecuado a las delicadas composiciones de nuestro autor. Esto no significa que renunciara a trabajar en las diferentes producciones que se irían realizando en su tierra natal, donde mantiene una muy buena relación con viejos conocidos y nuevos realizadores del panorama cinematográfico galo.

Una vez hecha esta pequeña introducción, pasaremos a ver algunas de las bandas sonoras más representativas dejadas por Delerue a lo largo de su dilatada carrera.
Aunque no lo tuvo nada fácil en sus inicios, con una juventud bastante complicada, en la que se vio obligado a abandonar los estudios a la corta edad de 14 años para ponerse a trabajar y mantener a su familia, consigue terminar sus estudios de música. Y una vez que su delicada espalda le incapacita para continuar en la fábrica en la que trabajaba, logra centrarse en sacar adelante su carrera como músico y compositor.
No es hasta principios de la década de los 50 cuando nuestro autor recala en la industria cinematográfica francesa, lo avalaban sus trabajos realizados en la década precedente en música incidental para obras de teatro. Así, Delerue comienza a escribir bandas sonoras para "Le mystère du quai de Conti" (Henri Lacoste y Henri Monniero) en 1950 o "Ingénieurs de la mer" (Jean Reynaud) en  1951. Trabajando también desde estos primeros momentos para la pantalla pequeña, en la que realiza los acompañamientos melódicos de telefilmes como "Princes du sang" (Stellio Lorenzi) en 1952.

Pero no es hasta finales de la década de los 50 cuando Delerue se une a la recién nacida corriente cinematográfica francesa de la "Nouvelle Vague" y logra el merecido reconocimiento internacional. La primera de ellas viene de la mano Alain Resnais, quien cuenta con él y el italiano Giovanni Fusco para la realización de la banda sonora del dramático romance "Hiroshima mon amour", film que obtendría una muy buena acogida en el célebre festival de Cannes de ese mismo año.

Un año más tarde es el mismísimo François Truffaut, entonces un novel director que un año antes había logrado un gran éxito nacional e internacional con su primer largo: "Los 400 golpes" (1959), quien tras una serie de vicisitudes a la hora de encontrar un compositor que realizara la banda sonora de su siguiente film, lo hará llamar para que escriba la melodía del thriller: "Tirad sobre el pianista" (1960). Obra para la que Delerue compone una agradable y animosa obra jazzistica de la que Truffaut parece quedar bastante satisfecho, ya que a partir de este momento se establece una muy buena relación compositor-director, en la que el realizador reclamará del buen hacer de nuestro autor para varias de sus posteriores producciones.

Este mismo año en el que se iniciaría su relación con Truffaut, también lo hace con otro director con el que mantendrá un duradero y gratificante vínculo, el ya mencionado anteriormente, Philippe De Broca. Director con el que mantendrá una relación duradera y continuada que se extendería a lo largo de 28 años y daría lugar a 17 filmes y sus respectivos acompañamientos musicales.
Así, la primera colaboración con el realizador la tenemos en la comedia romántica: "Los juegos del amor" (1960). En la que Delerue compone una jovial melodía de aires afrancesados.
Este mismo año vuelve a repetir con De Broca y su "Le farceur" (1960). El director no solo repetía con el compositor sino que también lo hacía con el actor protagonista: Jean-Pierre Cassel. Delerue no realiza en ella grandes variaciones, manteniendo el mismo tono vivaz para esta nueva composición. Algo más que lógico, ya que nuevamente volvemos a estar frente a una típica comedia romántica francesa, en la que si hay algo que resulte curioso es la inclusión de un conocido pasodoble taurino muy popular en nuestra tierra.

Uno de los primeros trabajos realmente destacables vendrá de la mano de un nuevo film de Truffaut en 1961. Con una "Nouvelle Vague" en todo su esplendor, Truffaut realizará una fantástica oda a la amistad en el film: "Jules y Jim". Delerue crea para ella una sugerente obra donde combina melodías que van desde los alegres tonos circenses rotianos a otros de corte más dramáticos, pero en la que destacan aquellos temas románticos que tanto abundan y destacan en la carrera de nuestro autor.

Si hemos visto que nuestro compositor sobresale con sus creaciones románticas, otro de los estilos en los que también despunta son aquellos de corte histórico. Así, en 1962 compone para su ya recurrente de Broca. Director que le encarga la banda sonora de su film de aventuras espadachinescas: "Cartouche". Film con un reparto encabezado por el temperamental actor francés Jean-Paul Belmondo, quien etará acompañado por la sobria belleza de la italiana Claudia Cardinale. Delerue realiza una composición muy del momento, con tonos que nos recuerdan a aquellas composiciones realizadas para las producciones de los estudios norteamericanos por Rózsa, Korngold...

Y en 1963 llega la que, si no es la mejor banda sonora de Delerue, sí contiene uno de los temas más bellos escritos por él: "Camille". Tema que forma parte de la banda sonora de "El desprecio", otro de los filmes realizado por uno de los directores más representativos 
de la nueva ola francesa, Jean-Luc Godard. 
Delerue nos deja con una sobrecogedora y brillante melodía de una belleza exquisita que al igual que nos seduce, nos entristece. Difícil contraste con el que nuestro autor logra ahondar sutilmente en un sentimiento tan complejo como el de los celos.

La década de los 60 será una de las más productivas de nuestro compositor. En ella vemos cómo se va afianzando su estilo compositivo y nos va dejando algunos de sus mejores trabajos.
Pero no todas ellas serían mencionables de no haber ido acompañando algunos de los filmes más populares de la filmografía francesa de la década de los 60, y no porque no presenten una factura encomiable, sino porque simplemente se limitó a cumplir con su objetivo en el film. Así lo podremos verlo en créditos de películas de Truffaut como: "La piel suave" (1964), en las cómicas aventuras de su inseparable Philippe De Broca "Las tribulaciones de un chino en china" (1965) o las de Louis Malle "¡Viva María!" (1965). película en donde los dos iconos sexuales de nuestro país vecino: Brigitte Bardot y Jeanne Moreau, nos encandilaban con sus encantos.
Con un Delerue cada vez más apreciado en el extranjero, vemos cómo va realizando algunas incursiones en filmes de otras naciones como Reino Unido e incluso España, donde lo tendremos componiendo en el film de Juan Antonio Bardem, "Los pianos mecánicos". Coproducción de 1965 entre España, Francia, Italia y la República Federal Alemana que contó con un reparto internacional, entre los que destacaban Melina Mercouri y  James Mason.

Además, nos dejará con otras obras que sí merecen la pena escuchar, entre ellas tenemos el drama francés dirigido en 1965 por el británico John Guillermin: "Rapture". Con una banda sonora que nos recuerda a aquellos tonos empleados en el film de Jean-Luc Godard: "El desprecio", Delerue va afirmando su peculiar estilo romántico con los que acompañará a esas difíciles relaciones amorosas que veremos en posteriores trabajos.

Nuevamente, con tonos que nos recuerdan a aquellas magistrales composiciones creadas por el gran Miklós Rózsa, nuestro autor aporta algunas variaciones contemporáneas que nos recuerdan, en gran medida, a las que posteriormente llevaría al súmmum el greco-americano Poledouris. Así, un clásico y a la vez innovador Delerue creará una intensa y épica banda sonora para la miniserie televisiva británica: "Thibaud the Crusader" (Henri Colpi y Joseph Drimal, 1967).

Del mismo año tenemos la delicada, vital y mágica melodía que, una vez incorporada al film, se transformaba, no sin cierta ironía, en el desasosegante acompañamiento con el que Delerue seguía los pasos del siniestro secreto de los hermanos Hook: "A las nueve cada noche" (Jack Clayton,1967)
. Film británico encabezado por el actor Dirk Bogarde, en el que el peso interpretativo recaía en el elenco de siete jóvenes actores que daban vida a la escalofriante existencia de los hermanos Hook.

Y para finalizar lo que fue esta intensa década de los 60, la banda sonora con la que obtiene su primera nominación al Oscar y al Globo de Oro: "Ana de los mil días" (Charles Jarrott, 1969). Película británica, que narra la vida de Ana Bolena desde su romance con el rey Enrique VIII, hasta su ejecución no mucho más tarde. Nuestro autor, demostrando sus cualidades para desenvolverse a lo largo de la historia de la música, creará para ella una emotiva partitura de corte medieval.

La década de los 70 no iba a ser menos productiva y nuevamente nuestro compositor no tardará en dar jugosos frutos. Así en 1971 vuelve a acompañar a un nuevo filme de Truffaut: "Las dos inglesas y el amor". Ya habíamos visto anteriormente como Delerue demuestra una especial habilidad a la hora de componer obras de corte romántico para cintas de época. Pues en esta ocasión no hace ninguna concepción y realiza una esplendorosa obra con reminiscencias de aquellas grandes obras románticas del barroco inglés.

Dos años más tarde nos deja otro de los temas que estarán entre los más exitosos de su carrera: "Le grand choral". Incluida en el film "La noche americana" (1973) de Truffaut. 

En un film en el que el director daba poca relevancia al acompañamiento musical, haciéndole corresponder una muy pequeña parte del metraje. Delerue no parece darle importancia, y como pasa con los buenos perfumes, con su maestría logra impregnarlo todo, creando una de esas inusuales composiciones que otorgan verdadera esencia al film, con este soberbio tema que lograba convertirse en una de sus obras más hermosas, recordadas y utilizada. 
Una vez más, nuestro compositor optaba por una melodía de corte clásico y aires británicos para acompañar a esta película de cine dentro del cine. Film en el que el director vuelve a contar con su actor talismán, su alter ego, Jean-Pierre Léaud y por la que obtiene el Oscar y BAFTA a mejor película extranjera, además de otras tres nominaciones al Oscar y otras dos al Globo de Oro.

Este mismo año, con un compositor que parece encontrarse en racha y abriéndose al mercado norteamericano, nos vuelve a dejar otra gran composición. En esta ocasión, en un film de un director que pocos años atrás había logrado un gran éxito de pantalla con uno de esos filmes que pasarían a la posteridad: "El graduado" (1967).
Esta vez Mike Nichols no estaría tan acertado, realizando una mediocre cinta de acción, terrorismo y espionaje, donde lo poco destacable en ella era la banda sonora de Delerue. Nuestro compositor, fiel a su estilo y un poco ajeno al guion del film, nos deja con una notable melodía que bien podría haber ido acompañando una película de época y no a este fracasado sucedáneo de ciencia ficción: "El día del delfín". Afortunadamente, la academia de  Hollywood supo apreciar toda la belleza de la composición y Delerue volvía a optar nuevamente al Oscar.

Aunque los 70 serían años muy productivos, en los que mantiene sus habituales colaboraciones con directores franceses como de Broca o Truffaut, también empezamos a encontrarnos con un Delerue cada vez más integrado en la industria cinematográfica norteamericana. Es en una de estas producciones made in USA, cuando a finales de los 70 logra obtener el que fue su primer y único Oscar. Este llegó gracias a la banda sonora que acompañaba el film de George Roy Hill: "Un pequeño romance" (1979). 
No es que se trate de una de sus mejores composiciones, pero es cierto que, Delerue, sabía como pocos dar con su música el tono adecuado para uno de esos recurrentes filmes románticos. Y de esta manera lograba alzarse con la preciada estatuilla por delante de consagrados compositores como Henry Mancini, que no competía con una de sus obras más brillantes: "10, la mujer perfecta", de Dave Grusin y su melodramático score para la lacrimógena "Campeón", la tenebrosa composición de Lalo Schifrin para "Terror en Amityville". Y sobre todo, se imponía a la que terminaría siendo una de las melodías más populares del cine de ciencia ficción, la obra creada por el gran Jerry Goldsmith para el salto a la gran pantalla de la popular serie de Sci-Fi, "Star Trek": "Star Treck, la película". Muchos trekkies aún no dan crédito a lo sucedido, pero así son las cosas.

Si las dos anteriores décadas habíamos visto a un Delerue muy activo e inspirado, la década de los 80, puede ser considerada su década culmen, no porque mejore lo ya realizado en las dos anteriores, sino por encontrarnos con un veterano compositor mucho más seguro, igualmente activo y, sobre todo, plenamente integrado en la industria cinematográfica norteamericana, lo que dará lugar a que su obra tenga una mayor alcance mediático.
El tenerse que dividir entre sus trabajos para Europa y EEUU no le conllevará ninguna merma en su calidad compositiva. Así, los comienzos de los años 80 nos deja con obras tan bellas como la que acompaña el nuevo film de Truffaut: "El último metro" (1980). La ecléctica banda sonora del film de Ulu Grosbard: "Confesiones verdaderas" (1981), película en la que pudimos gozar de un fantástico duelo interpretativo a cargo de dos grandes actores de la factoría americana, Robert de Niro y Robert Duvall. O la magnífica banda sonora que acompañaría el que fuera el último film de uno de los grandes directores norteamericanos de todos los tiempos, George Cukor: "Ricas y famosas" (1981), posiblemente, una de las mejores composiciones realizadas para la industria norteamericana.

Especial atención tendremos que poner en el segundo lustro de la década de los 80, ya que a él pertenecen varias de las melodías más conocidas de nuestro autor, la pena de ello es que no sea precisamente por ser mejores que las anteriormente tratadas, sino por ir acompañando un cine mucho más comercial.
Comenzamos en 1985, y lo hacemos con la espléndida banda sonora realizada para un controvertido film que presentaría un más que interesante lance interpretativo a cargo de dos grandes y veteranas actrices: Jane Fonda y Anne Bancroft: "Agnes de Dios" (Norman Jewison, 1985).

Y en 1986, Delerue, caía en las garras de un reivindicativo Oliver Stone, a quien deja muy satisfecho en su primera colaboración con la banda sonora del film: "Salvador" (1986). Así, repetía en la segunda película que filmaba ese mismo año: "Platoon". Donde, desafortunadamente para nuestro compositor, lo que se recuerda del film es el magnífico: "Adagio For Strings", compuesto por Samuel Barber.

En 1988 escribe el que fue su último trabajo para su fiel Philippe de Broca: "Los Chouans". En este nuevo film de época que se desarrolla en plena revolución francesa, Delerue nos vuelve a dejar con una poderosa obra de corte barroco, en la que combina intensos temas épicos con otros más fieles a sus característicos temas románticos. Muy buena despedida para un director que lo echaría muy en falta tras su ausencia.

Igualmente interesantes serían otras melodías que acompañarían algunos filmes de finales de la década de los 80, como la de la película británica: "Aquel inolvidable verano" (Piers Haggard, 1988). Nueva cinta romántica en la que Delerue vuelve a desplegar todo su buen hacer para crear una agradable atmósfera en torno a nuestra enamoradiza pareja protagonista.

En 1989, coincidiendo con el bicentenario de la revolución francesa, se estrenaba: "Historia de una revolución". Película de dos capítulos: "Los años luminosos" (Roberto Enrico) y "Los años terribles" (Richard T. Heffron). En las que, aunque ambas se desarrollen en el mismo acontecimiento histórico, su temática era bastante opuesta, ya que, mientras la primera se centraba en la épica histórica de la revolución que cambió Francia y condicionó al resto de Europa. La segunda trataba, sobre todo, de sus aspectos más oscuros y sangrientos.
Delerue, conocedor de tales hechos, creará unas partituras que, aunque mantienen una misma línea melódica, servirán para dar brillantez a la primera y oscuridad a la segunda.

El final de la década también nos dejará con otra de sus bandas sonoras más populares. Una vez más en tierras norteamericanas compone la melodía de uno de esos filmes con gran tirón comercial, que en este caso, lo lograba gracias al plantel femenino que desplegaba en pantalla: Sally Field, Julia Roberts, Daryl Hannah, Dolly Parton y Shirley MacLaine. Me refiero a: "Magnolias de acero" (Herbert Ross, 1989).
No es que Delerue haga para ella nada que no hubiera hecho antes, pero, una vez más, nos volvía a demostrar como podía insuflar tal cantidad de ánimo con sus melodías.
En esta ocasión, al desarrollarse la trama en una pequeña ciudad del sur de los Estados Unidos, nuestro autor opta por ambientar con melodías interpretadas por una armónica solista y el resto del peso volverlo a hacer recaer en su más que característico estilo romántico que, una vez más, vuelve a brillar con una fuerza desbordante.

Así entramos en la última década en la que nuestro autor dejaría su huella, los 90.
Para este servidor y su modesta afición a la astronomía, que Delerue le brindara en uno de sus últimos trabajos con la hermosa melodía que acompañaría al documental "Tours du Monde, Tours du Ciel" (Robert Pansard-Besson, 1991), es más que de agradecer. Documental sobre la historia de la astronomía, para el que nuestro autor compuso un bello score con el que acompañaba este breve relato sobre el desarrollo de esta interesante ciencia en la historia del ser humano.

El año de su inesperado fallecimiento, nos dejaría con un buen puñado de interesantes composiciones. De entre ellas, destacaría la sorprendente melodía del film bélico "Diên Biên Phú" (Pierre Schoendoerffer, 1992). Film bélico por el que obtendría su última nominación al Cesar de la academia francesa a mejor banda sonora.

Poco más tarde, un debilitado corazón nos dejaría sin este genial compositor a la no muy tardía edad de los 67 años. Siendo su último trabajo para el film norteamericano "En busca del amor" (Bruce Beresford, 1992).

Y es todo por hoy, espero que haya sido de vuestro agrado.


Un saludo.

Dedicado a mi padre y a su aprecio por la "nouvelle vague".