martes, 25 de marzo de 2014

Christopher Young (Compositor)

Christopher Young

Nueva Jersey (EEUU), 1958.


Aunque Christopher Young inicia su andadura profesional como batería de agrupaciones jazzísticas, opta por dar el salto a la composición cinematográfica gracias a la influencia que en él ejercerá la obra de uno de los grandes genios de la composición del Séptimo Arte: Bernard Herrmann.

Una vez lanzada su carrera como realizador de bandas sonoras esta se centrará, casi exclusivamente, en composiciones destinadas a filmes de suspense, y sobre todo, de terror. Aunque, entre susto y susto, aproveche para dejarnos muestra de su versatilidad con grandes composiciones fuera de estos recurrentes géneros.
No es la primera vez que vemos como grandes compositores forjan su carrera en estos particulares géneros cinematográficos, donde, aunque la música juega un papel muy importantel, esta no suele destacar por su belleza sino por su efecto. Esto no quita que muchas de ellas hayan logrado pasar a formar parte de la historia del cine como referentes del género, encontrándonos entre otras con scores imborrables como el "Psicosis" de Herrmann, el "Tiburón" de Williams o el "Poltergeist" y "Alien" de Goldsmith.
Cierto es, que pocos son los compositores que se adentran en estos angustiosos géneros para lograr zafarse posteriormente del sanbenito de compositores de obras de terror, por lo que su carrera acaba desarrollándose casi exclusivamente en estos y dando lugar a que tengan pocas oportunidades de demostrar su valía en otros donde sus melodías dejarían un mejor recuerdo en nuestro subconsciente, y por tanto, lograrían estar mejor valoradas.
Uno de estos casos se da con Christopher Young, quién desarrolla casi toda su carrera en filmes de terror, especialidad en la que logra desenvolverse con bastante soltura en todos sus posibles subgéneros, realizando composiciones que van desde el cascajoso gore como el de la sanguinaria "Pesadilla en Elm Street 2", pasando por el sobrenatural de "El exorcismo de Emily Rose", hasta el  suave suspense, como en el caso de "Copycat" y su thriller psicológico.

Afortunadamente para los no muy amantes del género como este servidor (al menos en lo que a su versión más cascajosa se refiere), Young nos irá dejando otras interesantes composiciones para estilos... no tan sobrecogedores, como podremos ver a continuación.

Así que pasemos a ver algunas de las obras más representativas de este interesante compositor.

Ya en sus inicios nos da muestras de que el terror va a ser su punto fuerte. Teniendo en cuenta quién fue su autor de referencia, no era nada descabellado intuir su atracción por las melodías del género, algo que no tardará en demostrarnos. 
Así en 1981 componía para una de esas películas en la que el desquiciado psicópata de turno tira de todo su arsenal de sádicos útiles para hacérselas pasar canutas a todo aquel incauto que se le ponga a tiro: "La mansión ensangrentada" (Jeffrey Obrow y Stephen Carpenter). Logrando una composición en la que podemos observar la gran influencia del maestro Herrmann.

En 1985 sustituirá a Charles Bernstein para dar melodía a una de las sagas gores más populares de la historia del cine, la iniciada por Wes Craven en 1984: "Pesadilla en Elm Street". En nuestro caso, para acompañar la segunda entrega de las sangrientas correrías de Freddy Krueger en: "Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy" (Jack Sholder, 1985). 
Con una melodía sinfónica de fuerte componente rítmico, nuestro autor cumple con su objetivo, el de contribuir a dar un mayor efecto a los continuos sobresaltos del film.

Si en 1985 se unía a la popular saga de Freddy Krueger (en la que sería su única colaboración), en 1987 prestaba su talento para otra obra de culto del terror gore: "Hellraiser". Film británico en el que Clive Barker tomaba como referencia su propia novela para escribir el guion y dirigir el film. Película que terminaría convertida en toda una obra de culto para aquellos aficionados al terror más gore y en donde nuestro autor volvía a demostrar cuanto bien le hace al género. 
Así, con una soberbia banda sonora, lograba crear una turbadora y delicada atmósfera con la que potenciaba la cruel humanidad del espíritu maligno. Y que a su vez, se convertía, al igual que el film, en toda una obra de culto para aquellos amantes del género.
Tanto éxito obtenía la cinta, que un año más tarde un nuevo director, Tony Randel, decide darle continuidad a la historia de Baker con: "Hellbound: Hellraiser II", dando pie a una de las sagas más longevas del cine gore (ya cuenta con nueve películas, una serie de TV y varios documentales). Siendo esta la última vez (hasta el momento) en la que Young compondría para la saga - bien es cierto, que sus melodías también acompañarían varios documentales, como los dos realizados en el año 2000 por Christian Levatino y Victor Mendoza sobre el rodaje de los dos primeros filmes, en los que se usarían las melodías  originales que acompañaron aquellos primeros filmes.
Para esta nueva ocasión, Young, insertará algunos cambios, optando por dar una atmósfera gótica a sus melodías y manteniendo sin grandes cambios el resto de la estructura de la banda sonora, logrando con estas modificaciones acrecentar el embrujo obtenido por la primera.

Estaba claro que, tan buenos resultados en el género, traería como consecuencia que pusieran a su disposición nuevas películas de terror. De esta manera llega a sus manos en 1989 otra nueva secuela, "La mosca II". Si Chris Walas tomaba el relevo de Cronenberg, Young lo hacía de Howard Shore. 
Para ella mantendrá el estilo enfático que había logrado en los dos filmes de la saga Hellraiser y retomando ese estilo que nos recuerda a las obras dejadas por dos de los más grandes compositores del séptimo arte en sus acompañamientos para filmes de terror o historias turbulentas: Bernard Herrmann o Miklós Rózsa.

La década de los noventa no iba a presentar muchos cambios y, aunque nuestro autor va realizando incursiones en películas de otros géneros, el grueso de sus composiciones irán encaminadas a aquellos filmes en los que el miedo juega un papel protagonista.
Así vamos viendo como sus obras acompañan películas como "Jennifer 8" (Bruce Robinson, 1992),"Copycat"(Jon Amiel, 1995), "Species" (Roger Donaldson, 1995) o "Leyenda urbana" (Jamie Blanks, 1998), buenas composiciones para el género, donde nuestro autor irá afinando su particular estilo en el que cada vez van tomando más protagonismo los ambientes góticos.
Pero si tuviéramos que destacar alguna composición de la década de los 90, esta es sin lugar a dudas la realizada para el drama carcelario: "Homicidio en primer grado" (Marc Rocco, 1995). Basada en hechos reales, volvemos a la máxima seguridad de Alcatraz para enfrentarnos en tercera persona a las duras condiciones penitenciarias de los EEUU en los años 30. Young por su parte, alejado de los filmes de terror, aprovecha para componer una emotiva banda sonora con un hermoso tema principal.

Poco a poco vemos como Young se va haciendo un hueco cada vez importante en la industria cinematográfica norteamericana, en la que acompaña con desigual fortuna filmes destacados de esta década como "Rounders" (John Dahl, 1998), film donde las magníficas interpretaciones de unos muy jóvenes Matt Damon y Edward Norton serán secundadas por la de consagrados actores como John Malkovich, John Turturro o Martin Landau. "Huracan Carter" (Norman Jewison, 1999), drama biográfico sobre el boxeador Rubin "Huracán" Carter, papel por el que Denzel Washington conseguía el Globo de Oro y el Oso de Plata, más la nominación al Oscar a mejor actor. O "La trampa" (Jon Amiel, 1999), que con un atractivo reparto (Sean Connery y Catherine Zeta-Jones) intentaba tapar sus carencias argumentales. Películas en las que nuestro autor, volvía a cumplir pero no conseguía enamorar.

Afortunadamente, con la entrada en el nuevo milenio, aunque no se producen grandes cambios en cuanto al tipo de filmes para el que compone, sí nos da la oportunidad de escuchar algunas de sus mejores obras. 
Así, con un Cristopher Young que continua muy activo en el género de terror, va desarrollando una obra cada vez más extensa en otros géneros en los que podremos deleitarnos sin tantos sobresaltos de sus magníficas composiciones. Si bien, una vez más, vuelve a ser prolijo en melodías para cintas de suspense o terror, género en el que vuelve a demostrar que su elección no es circunstancial. 
Así en estos primeros años del nuevo milenio lo podremos disfrutar en filmes como "La bendición" (Chuck Russell, 2000) o "Premonición" (Sam Raimi, 2000). Películas que se desarrollan en el tema de lo sobrenatural, pero donde existen grandes diferencias en sus composiciones debido al enfoque dado a ambas películas. La primera, al ser una cinta de terror puro, presenta una banda sonora mucho más característica del género; mientras que la segunda, al tratarse de un film de suspense, mostrará una melodía mucho más delicada y "escuchable". 
Precisamente, será con "Premonición" con la obra con la que nos pone sobre aviso de lo que será capaz de crear un año más tarde cuando el genio sueco, Lasse Hallström, una vez finalizada su relación con la compositora Rachel Porman - con la que tan buenos resultados había obtenido en los filmes: "Las normas de la casa de la sidra" (1999) y "Chocolat" (2000) -, reclame de sus servicios.
Así en 2001 compone para Hallström la banda sonora que, hasta el momento, podríamos considerar como su obra culmen: "Atando cabos". 
Es curioso lo que algunos directores son capaces de conseguir de los compositores con los que trabajan, aunque estos cambien. Caso significativo es el de Ang Lee que ha conseguido el Oscar a mejor banda sonora en tres de sus películas con tres compositores diferentes (aunque alguna de estas elecciones nunca dejarán de sorprenderme): Tan Dun, Gustavo Santaolalla y Mychael Danna. Hallström, aunque (Sorprendentemente) no le ha ido tan bien como a Lee, logra las dos nominaciones a los Oscar de Portman y la de Young al Globo de Oro por esta gran película. 
Lo cierto es, que la obra de Young para este film es soberbia, consiguiendo lo que todo buen director desearía que pasara con una banda sonora, que esta se imbrique en el film y pase a formar parte del mismo como un protagonista más. Lógicamente, esto no hubiera sido posible sin la maestría del director, la magia del entorno y las grandes interpretaciones de sus protagonistas, tanto principales como de reparto, y en especial la del gran Kevin Spacey, quien consigue realizar en este film una de las mejores transformaciones que he visto en la gran pantalla.
Pero si la película es una de esas de las que sales con la grata sensación de haber visto algo estupendo, la banda sonora de Young es de esas que se te marca en el subconsciente para acompañarte el resto de tu vida. Y uno de los grandes culpables es el mágico tema central de aires irlandeses que lleva el nombre del título original del film: "The Shipping News".

En 2007, la ruptura del tandem que tan buenos resultados había dado años atrás entre director, Sam Raimi, y compositor, Danny Elfman, hace que Young acabe componiendo para Raimi la tercera entrega del superhéroe arácnido: "Spider-Man 3". Aunque ambos ya habían trabajado juntos - Young compuso en 2000 "Premonición"-, nuestro compositor se encontrará con un gran problema, que tras las dos anteriores entregas del superheroe a cargo de Elfman, Young se verá muy condicionado a la hora de realizar su trabajo, viéndose obligado a mantener el característico estilo Elfman para no romper la linea musical de la saga, en donde, además, se mantendría el tema principal de este.
Aún así, nuestro autor consigue, dentro de lo poco que le dejan modificar, dar muestra de su talento, creando una banda sonora en la que juega con la transformación que sufre nuestro abnegado y enmascarado héroe cuando surge su lado más oscuro.
Similar resultado podemos observar en el acompañamiento para otro siniestro paladín en este mismo año de 2007: "Ghost Rider" (Mark Steven Johnson). Si bien el film no alcanzaba muy buenos resultados y su autor (Nicolas Cage) acababa siendo nominado al Razzie a peor actor, Young nos vuelve a dejar una banda sonora de alto componente gótico, que nos recuerda en exceso nuevamente a las del gran Danny Elfman. Realizando una  obra en donde la música épica se conjuga con otra de atmósfera mucho más oscura que otorga un aire muy siniestro a nuestro héroe motorizado.

En 2009 nos encontramos a un fantástico Christopher Young mostrándonos su lado más ecléctico. Y es que en este fabuloso año podremos escuchar varias de sus melodías más brillantes y contrapuestas. Por un lado tenemos la hermosa y sensible banda sonora de "La duda de Darwin" (John Amiel). La que posiblemente sea la composición más delicada de nuestro autor. Para este film creará una obra muy distinta a las que nos tiene acostumbrados, más afín a autores de corte romántico como Dario Marianelli o Thomas Newman. Bella composición que contrasta con la que veremos a continuación y que está mucho más en la linea de nuestro autor: "Arrástrame al infierno". Película en la que vuelve a componer para Sam Reimi, y esta vez, en su especialidad, ya que volvemos al terror, aunque en esta ocasión en clave de comedia.
En ella volvemos a disfrutar de la destreza de nuestro compositor en este tipo de filmes, a lo que habrá que sumar su especial habilidad a la hora de crear distintas atmósferas: góticas, románticas y, ahora, cómicas. Brutal trabajo que da como resultado final una espectacular banda sonora que nos atrapa y logra hacernos dar algún que otro respingo sin necesidad de estar viendo el film.
Como no hay dos sin tres, tendremos que irnos al cada vez más representativo espacio de los videojuegos, para poder escuchar otro de los grandes trabajos de este año de 2009: "The saboteur". En este videojuego de acción en tercera persona que se desarrolla en la Francia ocupada de la Segunda Guerra Mundial, nos meteremos en la piel de Sean Devlin, un intrépido irlandés que formó parte de la resistencia francesa durante la ocupación nazi. Young, quien comparte protagonismo con otros autores, realiza el tema homónimo: "The saboteur", creando una agradable melodía jazzística que nos recuerda a aquellas que acompañaron a míticos detectives de series británicas de los ochenta.

La entrada en la segunda década del nuevo milenio nos deja con un compositor muy maduro, solvente y activo que nos seguirá aportando algunas de sus mejores composiciones.
Una de ellas la tenemos en 2011, donde Christopher Young vuelve a componer para una cinta fantástica. Cinta en la que volvemos a contemplar una nueva lucha entre el bien y el mal, en los que en esta ocasión tendremos a vampiros como moradores del lado oscuro. Seres malignos que se las tendrán que ver con un solitario sacerdote guerrero en este engendro de western futurista titulado: "El sicario de Dios" (Scott Stewart). 
En él, nuestro autor vuelve a tirar de recursos trillados y un reconocible estilo zimmeriano, para dejarnos con una efectista banda sonora en la que, aunque no aporta nada nuevo, sí debo reconocer, tiene una gran intensidad.

En 2012 compartirá batuta junto a Bryanton Todd y Joel Douek en la película canadiense: "El hombre de las sombras" (Pascal Laugier). Thriller en el que curiosamente Young nos demuestra su gran talento generando tensión sutil y gradualmente, rehuyendo en esta ocasión de composiciones intensas u estridentes, creando con delicadas melodías un entorno desolador y en otros momentos otros más enfáticos en los que nos vuelve a recordar al gran Herrmann.
Curioso giro el mostrado por el autor en un film como este, en el que demuestra que con la edad está dispuesto a explotar su vena más dramática y romántica sin robar protagonismo al suspense.

Finalizaremos en 2013, año en el que compone para el film belga con reparto internacional encabezado por Robert De Niro y John Travolta: "Caza humana" (Mark Steven Johnson). Thriller en el seremos participes del duelo entre un soldado serbio (Travolta) que planea su venganza sobre un militar retirado (De Niro), al que intenta dar caza entre los bucólicos paisajes de los Montes Apalaches. 
Intensa banda sonora que mantiene un melancólico tono a western. Deliberada melodía con la que el compositor busca recrear esa atmósfera que rememore en estos personajes aquellos villanos y solitarios justicieros del lejano oeste.

Y es todo por el momento, aunque con nuestro compositor en activo y a la espera de nuevos títulos por salir, sólo me queda desear que estos mantengan el buen nivel de sus obras precedentes para poder añadir alguna banda sonora más en años venideros.

Espero que haya sido de vuestro agrado.

Un saludo.