domingo, 1 de marzo de 2015

87ª Edición de los Oscar

Si los Globos de Oro nos llegaban a sorprender cuando nombraban ganador al joven islandés Johann Johansson por su estupendo trabajo en "La teoría del todo". Los Oscar, fiel a la tradición y lejos de los sobresaltos, hacía alzar la estatuilla a uno de los compositores más carismáticos del momento, el galo Alexandre Desplat. 
Desplat, quien no era la primera vez que optaba al galardón, en esta ocasión lo hacía con más ventaja que el resto de sus adversarios, ya que optaba al Oscar a mejor banda sonora por partida doble, con: "The Imitation Game" y "El gran hotel Budapest".

Nada hacía presagiar que, aún con esta ventaja, Desplat se hiciera con el triunfo, ya que volvía a competir contra "La teoría del todo" de Johansson y el "Interstellar" de Zimmer, algo más atrás quedaba en las apuestas el "Mr. Turner" de Gary Yershon.
Afortunadamente, en esta ocasión, la academia lograba reconocer el trabajo del francés, y lo más curioso, lo hacía con la banda sonora más arriesgada de las dos con las que optaba al premio. Esto no quiere decir que fuera su banda sonora más original hasta el momento, ya que este genio nos tiene acostumbrados a moverse como pez en el agua en diversos estilos compositivos, pero, al igual que el film al que iba destinado, era la más irreverente y a la vez brillante de todas las que optaban al premio (opinión personal).
Pues sí, esta no era otra que la explosiva cinta del imaginativo Wes Anderson: "El gran hotel Budapest". La pareja (director/compositor) ya nos tiene acostumbrados a sus brillantes desmanes, por lo que a pocos de sus seguidores nos sorprendía esta nueva y colorista joya cinematográfica. Pero, al igual que los buenos vinos mejoran con los años, a ellos les ocurría lo mismo. Y si Anderson nos dejaba con una de sus obras más logradas, Desplat, en esa extraña simbiosis que ha conseguido crear con el director se mostraba exultante, dejándonos esta obra que, por fin, le daba el preciado Oscar.

Un saludo.