domingo, 8 de abril de 2018

Westworld

El 22 de abril de 2018 está previsto el estreno de la esperada segunda temporada de Westworld en los EEUU (en España el 23), serie de ficción de la HBO de la que me gustaría hacer un repaso de lo que fue su temporada inicial.

No tengo que decir que, para aquellos que nos gustan las producciones de ciencia ficción, el desembarco en la pequeña pantalla de la libre adaptación de los guiones fílmicos creados por Michael Crichton para llevarlos el mismo a la gran pantalla entre 1973 y 1976 (Westworld y Futureworld), nos dejó un más que agradable sabor de boca.

Si para aquellos que vimos por ya aquella lejana década de los setenta del pasado siglo XX las películas originales y recordábamos con cierto placer el sangriento rastro dejado por aquel malvado cowboy con alma de metal interpretado por el fantástico Yul Brynne. Todo hacía esperar que, con el paso de los años, aquel futurista parque de atracciones imaginado por el creador de Parque Jurásico, alcanzaría dimensiones épicas con la incorporación de las nuevas tecnologías. Y efectivamente, así fue.

Y es que, si los filmes de los setenta, con un presupuesto modesto, nos dejaba, sobre todo en el caso de la primera entrega, un film de culto de la ciencia ficción. Era de esperar que con los avances realizados tras los más de cuarenta años pasados y un presupuesto, esta vez sí, más que decente, diera como resultado una de las mejores y disfrutables series del año pasado.
Y si a ello le añadimos que tras el proyecto se encontraban nombres de la talla de J. J. Abrams (producción), Jonathan Nolan (Guión y dirección) o Ed Harris y Anthony Hopkins entre los papeles protagonistas,... ¿Qué más podríamos pedir?

Pues sí, aún nos quedaba algo más que pedir, y es lo que nos trae aquí... La banda sonora.
¿Qué puedo decir que ya no sepamos de él? Joven, prometedor y de talento formidable. Su tarjeta de presentación es demoledora, colaborador asiduo de la  Remote Control Productions de Hans Zimmer, ha firmado títulos tan conocidos como "Iron Man" (Jon Favreau, 2008), "Pacific Rim" (Guillermo del Toro, 2013) o "Warcraft: El Origen" (Duncan Jones, 2016).
Y ¿Para las series? pues aquí tampoco podemos decir que haya desentonado, siendo de su autoría las melodías de " Prison Break" (2005-2009), "FlashForward" (2009-2010), "Person of interest" (2011-2016) o "The Strain" (2014). 
Pero seguramente la cosa cambie cuando diga que el compositor del que hablo es el autor de la banda sonora de la mismísima "Game of Thrones" o como la conocemos por aquí: "Juego de Tronos".
Serie basada en la obra de George R. R. Martin e inmortalizada por David Benioff y D. B. Weiss.
Pues sí, estamos hablando del mismísimo Ramin Djawadi, autor de la banda sonora de la serie más seguida de todos los tiempos. Donde pienso que, parte de culpa de este resultado, aunque sea pequeño, es suyo.

Es cierto que las comparaciones son odiosas y que tomar como punto de partida a "Juego de Tronos" para hablar del trabajo de Djawadi en "Westworld" sería un fallo garrafal por mi parte, ya que, aunque en ambas se aprecia la mano del autor, no tienen nada que ver la una con la otra. Aunque bien haya temas que escuchados fuera de contexto dudemos si pertenecen a la primera o a la segunda. Pero eso es un tema sin la menor importancia y lo vamos a dejar estar, ya que el trabajo realizado por nuestro autor es más que destacable en muchos sentidos.

Si en 2011 nos encontrábamos con un principiante compositor que dejaba asombrados a muchos de los que dudaron cuando fue él el elegido para tan magno proyecto, nadie ponía en duda la valía del joven Djawadi cuando conocíamos que había sido él el encargado para conducir el guión musical de la nueva superproducción.
También es cierto, que no todo el trabajo del compositor ha estado a la altura esperada, al menos en algunos de los filmes a los que ha acompañado. Personalmente, creo que uno de sus mayores desatinos lo tuvo en el "Pacific Rim" de Guillermo del Toro, no sé si será por ello que para el nuevo proyecto haya sido sustituido por  John Paesano. Aunque, lo más seguro, es que su ausencia se haya debido, más que nada, a un problema de agenda.
Lo que está claro, es que cuando se trata de series televisivas, él no falla. Y no solo eso, sino que se crece cuando el nivel lo exige. Lo hemos visto en "Juego de Tronos" y lo ha corroborado en "Westworld". Así que pasemos a hablar de la obra en sí.

Si en los Siete Reinos, Djawadi, comenzaba abriendo con artillería pesada con un intro que pasará a los anales de la historia, en el western de autómatas se mostraba mucho más sutil y menos enfático. No es que esto quiera decir que sea un mal intro, ni mucho menos un mal main title. Quizás este inicio carezca de la impactante originalidad estética que tuvo el primero, siguiendo una linea más similar a  otros intros realizados en estos últimos años, un tema del que hablaré en otro momento.
Aun así, el tema de inicio, aunque no sea de los mejores de la serie, no es nada desdeñable. Pero es que está lejos, a mi entender, de otros que se desarrollan en la serie. Y es que es aquí donde Djawadi sabe sacar su máximo partido, en ese desarrollo del guión musical. Algo que quizás adolece cuando se trata de filmes cinematográficos. Podríamos decir que Djawadi es un ultramaratoniano que saca su mayor ventaja en la distancia, ya que esta, le permitirá desarrollar y cuadrar todo su entramado musical con mayor solvencia.

Pues bien, en este desarrollo encontramos temas como el "Sweetwater" o aquel dedicado al creador del proyecto, el "Dr. Ford". Melodías que, siendo tan bellas como diferentes, el compositor emplea para desarrollar personajes o ambientar los dispares entornos en los que se desarrolla la serie. Así vemos como el Sweetwater con su pianola o su ritmo galopante nos conduce a esos paisajes de salones del lejano oeste y bastas llanuras, mientras que en "Dr. Ford" nos deja una música más compleja, cargada de romanticismo y en donde priman elementos electrónicos que nos ubican en un tiempo moderno. Un tema muy apropiado para destinarlo al padre fundador de la onírica criatura.
Pero Djawadi no solo sabe jugar con su música para crear espacios y personajes, también logra implicar al espectador con otro juego temporal, y ¿cómo ha logra hacer esto? pues para ello emplea versiones de temas modernos sutilmente modificados, anacronismos con los que nos indica que aunque los personajes están viviendo situaciones en un tiempo pasado, esto no es más que una ilusión, y la música está ahí para recordárnoslo. Así oiremos versiones de temas como "No Surprises" o "Fake Plastic Trees" de Radiohead,​ "Black Hole Sun" de Soundgarden, "A Forest" de The Cure,​ la versión de The Animals "The House of the Rising Sun" o el "Back to Black" de Amy Winehouse entre otros.
Pero si me tengo que quedar con una de las versiones, me quedo con esta "Paint It Black" de The Rolling Stones.

Un conjunto musical que queda tan bien dentro como fuera de la serie y que es todo un deleite escuchar.

Poco más me queda por añadir que esperar que esta segunda temporada nos siga dejando el mismo grato sabor de boca que nos dejó la primera y el deseo de que nuestro compositor nos siga demostrando su gran capacidad para crear la atmósfera musical de esta impresionante producción.

Un saludo.

jueves, 11 de enero de 2018

La zona y el triunfo de la no música

Si normalmente he tratado bandas sonoras de series o películas que destacaban por poseer una composición sinfónica más o menos desarrollada y belleza singular, el caso que nos trae hoy aquí no lo sabría definir con exactitud. El grueso de su composición se limita a una sucesión corta de notas disonantes y ruidos, muy lejos de aquellas obras sinfónicas que a uno le gusta escuchar fuera de la cinta a la que acompañan. No es que sea algo original, ya grandes compositores emplearon este tipo de recursos en películas de reconocido prestigio, Jerry Goldsmith lo haría en "El Planeta de los simios" (Franklin J. Schaffner, 1968) o James Horner en "El nombre de la rosa" (Jean-Jacques Annaud, 1986). Aunque para ello tuvieran que asumir del alto riesgo de rechazo que este tipo de aventuras produce en gran parte de directores, productores o público, quienes por norma general buscan la armonía en un objeto comercial, afortunadamente no fue el caso de estos últimos.

Pero vamos a centrarnos en el caso que nos trae aquí "La zona", serie realizada para la plataforma Movistar+, co-dirigida y co-escrita por los hermanos Sánchez-Cabezudo.
La serie parte pocos años después del desastre nuclear en una ficticia central Asturiana cercana a Gijón y los sucesos que en ella acontecen se irán desarrollando tanto en  la propia zona de exclusión como en el área que la circunda.
En un ambiente depresivo donde la población se ha tenido que desplazar de su zona para malvivir en un medio que aún se muestra hostil, se va desarrollando un interesante thriller que se entremezcla con el drama social en esta ficción catastrofista.

La serie nos recuerda en su estética y montaje a filmes como "El guardián invisible" (Fernando González Molina, 2017) y salvando las distancias, presenta ciertos paralelismos, en su parte dramática y musical, a la elegante "Les Revenants" (Fabrice Gobert,  Frédéric Mermoud, 2012), aunque he de recalcar que la serie francesa presenta un argumento más de ficción que la española.
Pero si el producto de los hermanos Sánchez-Cabezudo (quienes ya me llamaron la atención en su anterior trabajo juntos en 2011, "Crematorio") me ha resultado rompedor, ha sido en gran parte gracias a la composición del francés Olivier Arson. Y es curioso, ya que el parisino se muestra muy parco en su estructura narrativa musical. Así, la serie comienza casi sin acompañamientos, y cuando lo hace, apenas dura unos segundos. Tan solo en la recta final tomará un carácter algo más lírico.

¿Por qué entonces traerlo aquí? Pues por la sencilla razón de que, lejos de lo que pueda parecer, esa ausencia de musicalidad ambiental hace tan efectivo el papel de esos cortos e intensos efectos sonoros empleados que logra, de forma muy sutil,  que ese omnipresente mal invisible tome cuerpo en forma de sonidos. De esta manera el compositor no solo intensifica una atmósfera ya de por sí opresiva, sino que, a la vez, conseguirá brillantemente dar rostro al etéreo enemigo.

Si decía que la banda sonora presenta cierta similitud con la serie francesa "Les Revenants" en cuanto a su forma de plantear el uso de la música, debo puntualizar que, a mi parecer, Olivier Arson ha sido mucho más arriesgado que los escoceses. Y si bien Mogwai realizaba una banda sonora exquisita tanto en su parte melódica como en la disonante, el francés se desentiende casi en su totalidad del empleo de temas musicales y se dedica a crear solo ambientes sonoros, pero lo mejor de todo es, que en ningún momento se echará en falta esas melodías.
Así, si atendemos la definición tradicional del término Música, esta sería el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios utilizando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo. Algo que, en gran medida, se salta a la torera nuestro compositor, dando un puntapié a todos los principios fundamentales, la coherencia y la lógica para jugar con las disonancias, los silencios,... y lograr un resultado espectacular.

He de reconocer que debo estar haciéndome mayor, ya que nunca pensé cuando creé este blog que dedicaría un tema a algo tan distinto a lo que me enamoró cuando descubrí la música de cine. Creo que empiezo a entender aquello que me decían de que la edad te enseña a apreciar los pequeños detalles, eso o empiezo a chochear...

Un saludo.