viernes, 30 de mayo de 2014

Patrick Doyle (Compositor)

Patrick Doyle

 
Uddingston, South Lanarkshire, Escocia; 1953.


Este compositor de la tierra de conocidos héroes fílmicos como William Wallace, Rob Roy o el inmortal Connor MacLeod, presenta varios datos que me gustaría señalar. 
El primero de ellos es la duda existencial de sus primeros años de carrera,  ya que tras graduarse en la Royal Scottish Academy of Music and Drama, anduvo alternando entre trabajos de interpretación y composición, primero en obras de teatro, más tarde en televisión y finalmente recabando en el séptimo arte. En este primer periodo donde alterna los roles de actor/compositor, lo veremos actuar en algunas series televisivas como las británicas de 1981  "Maggie" o "Holding the Fort" y también interpretando algún que otro papel secundario en películas de éxito como la oscarizada "Carros de fuego" (Hugh Hudson, 1981).
No sería hasta unos años más tarde cuando finalmente decida dar el salto a la composición cinematográfica y desaparecer de los escenarios, aunque esto último no lo haga definitivamente y no rechace hacer pequeñas incursiones interpretativas cuando alguien lo reclame, sobre todo, si ese alguien es su gran amigo Kenneth Branagh. Actor/director con el que tiene una muy especial relación, como veremos a continuación.
El segundo de ellos es precisamente esta relación con Branagh, al que no sólo ha puesto melodía a casi todas sus películas, sino que en muchas de ellas ha formado parte del elenco de actores, aun cuando en esta no se haya requerido su presencia como compositor. Así en 1995 lo veremos en "En lo más crudo del crudo invierno", film con banda sonora a cargo de Jimmy Yuill, y en el que Doyle aparece interpretando un pequeño papel.
Por último, mencionar el cambio que se produce en su carrera tras superar una dura enfermedad de mal pronostico. 
En 1997 le era diagnosticada una leucemia de diagnostico poco halagüeño, de la que contra todo pronóstico y tras duras sesiones de radioterapia, lograría vencer para dejarnos disfrutar de su retomada carrera. Pero esta dejará una dura huella en el compositor, quién parece tomarse con una nueva filosofía su paso por la vida. En esta nueva etapa se hará mucho más selectivo en cuanto a sus proyectos de trabajo y, como veremos a continuación, trae alguna que otra modificación en su quehacer compositivo. 

Una vez puestos en situación, pasemos a ver algunas de aquellas obras que han dado a Doyle la consideración que tiene como compositor de bandas sonoras.

Con un estilo sinfónico muy acentuado y una clara tendencia a dotar sus composiciones de un aire marcadamente británico, Doyle tardará en llegar a la composición cinematográfica, no siendo hasta el año de 1989 cuando esto ocurra. Encontrándose en un tardío segundo lustro de su treintena, desembarca con paso firme en la composición para el séptimo arte, ya que este debutante, que no novel, lo hará con gran fuerza. Dejando claro con esta primera composición que había llegado para quedarse.
Es esta primera incursión una excelente muestra para ver algunos de los rasgos que acompañaran su devenir cinematográfico. 
Primero, lo hace de la mano del que será su mentor y amigo, Kenneth Branagh. Autor con el que ya había trabajado como actor y compositor en la compañía teatral dirigida por este y dedicada a poner en escena obras del magno literato británico, William Shakespeare.
Segundo, su composición presenta unas características que se mantendrá en muchos de sus posteriores trabajos. Una obra sinfónica de fuerte componente épico/histórico, con uso de coros para dar más énfasis a determinados momentos y con un marcado estilo clásico muy anglosajón.
Nada más adecuado para acompañar el film al que iría destinada la banda sonora: "Enrique V". Adaptación del clásico de Shakespeare que realiza un debutante Branagh en el cine. 
En ella, si apreciábamos las dotes polifacéticas de un joven Branagh, quien dirigía, interpretaba el papel protagonista y escribía el guion. Nuestro autor, lejos de amilanarse, no se quedaba atrás y le iba a la saga. así, escribía la banda sonora e interpretaba uno de los papeles secundarios.
Buen comienzo para ambos, ya que si el film optaba al Oscar a mejor actor y director (ambos con Branagh a la cabeza) y lograba hacerse con la preciada estatuilla a mejor vestuario. 
Por su parte, Doyle, lograba una de sus mejores composiciones para el séptimo arte. Banda sonora en la que destacarían temas como el esplendoroso cántico: "Non nobis, Domine", en el que podemos apreciar esa musicalidad tan característica de los film de Branagh.

Tan buena acogida tenía el film, que servía de inmejorable lanzadera tanto al director como al compositor. Y si al primero le abría las puertas del mercado norteamericano, al segundo le valdría para extender su influencia tanto a la poderosa industria USA, como a la variopinta factoría europea.

Así, un año más tarde, componía para el film noruego en el que participaba la Disney: "Naufragos" (Nils Gaup, 1990). Film en el que nuestro autor vuelve a demostrar sus cualidades para la épica, solo que en esta ocasión su melodía adquiera un aire menos regio y más aventuresco, presentando un marcado estilo herrmanniano.

Es en 1991 cuando volvemos a encontrarnos al dúo formado por Branagh/Doyle, en esta ocasión para realizar el thriller parapsicológico "Morir todavía". En él no sólo pudimos apreciar el buen ambiente generado por la entonces feliz pareja de actores: Branagh y esposa (Emma Thompson). Sino que, además, es la primera vez en la que el trabajo de Doyle se verá reconocido internacionalmente, al ser nominado al Globo de Oro por esta estupenda composición, en la que vuelve a crear una atmósfera opresiva al más puro estilo Herrmann.

Su siguiente gran trabajo vendría acompañando a la superproducción francesa: "Indochina" (Régis Wargnier, 1992). Film que lograba acaparar casi todo el reconocimiento internacional en forma de premios a mejor película extranjera (Oscar, Globo de Oro, Goya,...), más varias nominaciones en ese mismo apartado.
Mientras tanto, Doyle lograba la nominación al César francés por esta esplendorosa composición. Obra con la que el autor recogía toda la fastuosidad y hermosura del caduco y bello entorno colonial en el que se desenvuelven los protagonistas. Film que si llegaba a obtener tan buenos resultados era gracias a su belleza estética, tanto en  el plano visual, como en el musical, ambos de un gran lirismo. Todo ello, ayudado vagamente por la presencia de la delicada figura (aún en su madurez) de la siempre fría y distante musa francesa, Catherine Deneuve.

Con un compositor en perfecto estado de forma llegamos a 1993, año en el que nos da muestras que tiene bastante que decir en esto de la composición cinematográfica. Así, en este gran año, el genial talento de nuestro compositor nos dejaba bandas sonoras geniales como las de "La tienda" (Fraser C. Heston). Cinta de terror basada en el relato de Stephen King y en el que Doyle vuelve a tirar de sus recurrentes coros para crear esa atmósfera que tan buenos resultados diera, ha dado y dará en las películas del género de terror.
También estaría presente en la película de Brian De Palma "Carlito's Way" ("Atrapado por su pasado"). Drama sobre la vida de un traficante que intenta infructuosamente su reinsersión tras pasar un largo periodo a la sombra. Film en el que vimos una vez más al ítalo-americano, Al Pacino, interpretar uno de esos papeles que tan bien se les ha dado a lo largo de su carrera. Doyle por su parte hace gala de una gran versatilidad y arranca con fuerza con un conmovedor adagio: "Remember Me", en una banda sonora que, sin soltar en ningún momento su alma dramática, navegará por varios ambientes dependiendo de los requerimientos del film.
Pero sin lugar a dudas, vuelve a ser de la mano de Branagh cuando Doyle saca lo mejor de sí.
En esta ocasión los volvemos a ver en la nueva puesta en escena de otra de las muchas obras de Shakespeare que realiza el director británico: "Mucho ruido y pocas nueces". Film que contaría con todo un reparto de lujo, apareciendo en pantalla actores de la talla (además del matrimonio Branagh/Thomson) de  Kate Beckinsale, Michael Keaton, Denzel Washington o Keanu Reeves, y donde, una vez más, también veríamos hacer sus pinitos a nuestro compositor
Tratándose en esta ocasión de una tragicomedia palaciega con un romance que se verá puesto a prueba por parte de un malvado personaje, Doyle recorrerá con su música un amplio espectro que irá desde los tonos joviales a los dramáticos, pasando por otros más enfáticos en los que destacan el magnífico tema principal en forma de emotiva canción "Sigh No More".

Varios años antes de que Hans Zimmer compusiera su fantástico Batman, Doyle se adelantaba y lograba generar esa atmósfera que tanto éxito daba al germano cuando componía la melodía del torturado y oscuro héroe. Así, Patrick Doyle, conseguía crear este complicado y hermoso entorno musical que acompañaría al engendro del Doctor Frankenstein en el "Frankenstein de Mary Shelley" que Branagh filmaba en 1994. La gran diferencia entre Doyle y Zimmer es que, si el segundo optaba en todo momento por que prevaleciera el lado épico del héroe, Doyle, buscando el lado más humano del monstruo, tiraba de la delicadeza y romanticismo de los aires deleurianos, logrando una más que interesante combinación en esta estupenda y visionaria banda sonora.
Todo ello lo lograba nuestro autor acompañando nuevamente a su singular paladín, Branagh, en lo que sería el fallido intento del director por emular la magnificencia de su bienamado Shakespeare. Así, el director británico obtenía con su excesiva grandilocuencia un nefasto resultado, solo salvado por la intensidad del relato de Mary Shelley y la indudable calidad técnica y estética del film.

Podemos decir sin miedo a equivocarnos que la década de los noventa es la más brillante de nuestro autor, cenit que se verá truncado bruscamente tras la aparición de la indeseable enfermedad. Pero antes que esto ocurra Doyle nos dejará algún que otro trabajo destacable.
Así, varios años antes de que el mejicano Alfonso Cuarón se convirtiera en el renombrado director de "Gravity" (2013), este dirigía la mágica cinta de aventuras infantiles "La princesita" (1995). Film en el que Doyle, aprovechando la temática fantástica, creaba una mágica banda sonora con la que obtenía el premio de la asociación de críticos de Los Ángeles. En la que podremos escuchar por primera vez la voz de su hija Abigail, quien entona el tema "Kindle My Heart", cándida voz que empezaremos a escuchar en algunos de los trabajos de nuestro autor a partir de este momento.

Pero sin lugar a dudas, era la banda sonora realizada en este año de 1995 para el director más deseado por los compositores cinematográficos, el taiwanés Ang Lee, la que se llevaría la palma. Director que parece tener un don especial a la hora de  pedir a sus compositores las melodías de sus filmes. Recordemos que de ocho filmes realizados en los Estados Unidos, ha logrado tres Oscar en la categoría a mejor banda sonora (algunos de ellos muy discutibles), más la nominación por la melodía de su primera cinta en tierras norteamericanas, en este caso, a cargo del compositor que nos trae hoy aquí.
Así es como nuestro autor lograba la que era su primera nominación al Oscar y al BAFTA, además de su segunda al Globo de Oro. Acertada elección, ya que la banda sonora merecía dicho reconocimiento.
El film en cuestión es "Sentido y sensibilidad" (Ang Lee, 1995), cinta romántica que se desarrollaba en la Inglaterra rural de la recatada época victoriana. Y en la que tanto el director, el compositor, como el brillante plantel femenino encabezado por la serena Emma Thompson y una joven Kate Winslet, nos dejaban ese agradable sabor de boca.
Y Doyle hacía lo que mejor sabe hacer, componer una deliciosa banda sonora, muy sinfónica, clásica y con ese característico estilo británico.

Y aunque parezca imposible, ya que recordemos en 1997 se le detectaría una complicada leucemia, esto no había hecho más que empezar. Así en 1996 escribía otra de sus brillantes composiciones para su colega Branagh. Director que volvía al redil, filmando una nueva película sobre el guion de la novela del autor que tan buenos resultados le había dado en anteriores ocasiones, el "Hamlet" de  Shakespeare. Film para el que Doyle vuelve a crear sus característicos y regios ambientes sinfónicos. 
Intensa banda sonora con la que nuestro autor volvía un año más tarde de su primera nominación a optar al Oscar y con la que lograba igual resultado en los Satellite.
Mencionable es la interpretación del tema "In Pace" a cargo del tenor español Placido Domingo. Tema vocal que, al igual que ocurría con "Mucho ruido y pocas nueces", giraba la versión sinfónica de la banda sonora.

Su último trabajo mencionable antes del indeseado suceso, es acompañando al siguiente film de Cuarón: "Grandes esperanzas". Film que aunque se estrenaba en 1998 era realizado en 1997, antes de que Doyle fuera ingresado para recibir su tratamiento de quimioterapia.
Tratamiento que no evitó que este combativo compositor dejara de trabajar, ya que durante su hospitalización terminaría el trabajo que tenía pendiente para el film de animación de la Warner: "La espada mágica: En busca de Camelot" (Frederik Du Chau, 1998). Banda sonora para la que realizará una agradable combinación de su sinfonismo clásico con tonos célticos.

Si bien durante todo el tiempo que se prolongó su larga convalecencia nos encontramos, sorprendentemente, con un compositor muy activo, este dará claras muestras de no querer complicarse en exceso su complicada existencia. Y aunque su música acompaña algunas de las cintas británicas de mayor éxito del momento, esta se limita a cumplir su cometido y no brillará por sí misma.
Así lo veremos en películas como el fenómeno británico: "El diario de Bridget Jones" (Sharon Maguire, 2001), film que obtuvo  unos muy buenos resultados de taquilla, pero en el que destacaron más las canciones comerciales que acompañaban a la película que la obra de nuestro autor. El siempre interesante plantel de las obras del no tan interesante Robert Altman: "Gosford Park", también en 2001. O la sencilla y agradable comedia británica "Las chicas del calendario" (Nigel Cole, 2003), film en el que la formidable actriz británica Helen Mirren encabezaba el reparto de maduras y solidarias señoras, y en el que Doyle volvía a ser eclipsado por las canciones del film.

Afortunadamente, a partir del 2004 Doyle comienza a dar muestras de haber superado las secuelas psicológicas que le había provocado la temible enfermedad y comienza a implicarse nuevamente en sus composiciones.
Esto lo podremos observar al escuchar la banda sonora que acompaña a la cinta candiense de Jean Beaudin "Tierra de pasiones". Si bien la película a la que fue destinada la melodía no pasará a la posteridad, al menos, quedará como el film en el que Doyle volvía a ser él mismo.

Tras esta veremos un nuevo resurgir de nuestro autor quien, afortunadamente, se verá acompañando algunas de las películas más taquilleras del momento. Algo que servirá para relanzar la carrera del compositor.

Así lo escucharemos en la cinta familiar de la metamorfósica institutriz Nanny McPhee, "La niñera mágica" (Kirk Jones, 2005). En este engendro a medio camino entre Mary Poppins y los estrambóticos personajes de Roald Dahl, Doyle crea una banda sonora mágica para acompañar las peripecias de los incontrolados críos y su singular institutriz.

Pero si hay una cinta que lo vuelve a poner en cartel esta es sin dudas la película del niño mago, Harry Potter. En la primera de las entregas en la que no interviene el maestro John Williams, recaerá el honor de tomar el testigo en nuestro batallador compositor: "Harry Potter y el Cáliz de fuego" (Mike Newell, 2005).
Si bien Doyle se encuentra con el manido problema de tener que mantener el tema principal creado por el compositor que inicia la saga, en este caso Williams (afortunadamente, para todos los seguidores de la saga y del veterano compositor), este no desaprovecha la oportunidad y, adaptándose a los cambios que se producen en el entorno del mago cada vez menos niño, nuestro autor crea un entorno mucho más oscuro que su predecesor, dando a su composición una estructura más afín a aquella que acompañó al revivido monstruo del Doctor Frankenstein.
Eso no es inconveniente para que Doyle realice algún que otro tema más vital y alegre que acompañe aquellos momentos en los que el film requiera de ello. Claro ejemplo lo tenemos en el fantástico vals (Potter Waltz) que compone para el baile al que asisten los protagonistas en los salones de la vetusta Hogwarts.

Tras este fantástico renacer, no le faltarán los trabajos a nuestro autor. De esta manera irán sucediéndose nuevas composiciones de gran calidad, como la que acompañaría en 2006 a otra de las adaptaciones Shakespearianas de su amigo Branagh, "Como gustéis". Si bien en esta ocasión el film no tuvo una buena comercialización, llegando en los EEUU a salir directamente para su emisión televisiva, no ocurriría lo mismo en Europa, donde previamente se proyectaría en algunas salas de cine, sobre todo británicas.
Y aunque el film cosecharía una crítica algo dispar, Doyle vuelve a mostrarnos que sabe acompañar perfectamente las cintas de su colega, para la que crea una delicada obra sinfónica en la que introduce nuevos aires con un toque de música asiática, algo lógico, al desarrollarse el film en el Japón feudal, o lo que Branagh tuviera en mente.

En un intento de mantenerse alejado de las nuevas tendencias en la que andan inmersos los estudios norteamericanos y su abusivo estilo zimmeriano, Doyle crea la banda sonora para la superproducción "Eragon" (Stefen Fangmeier, 2006), dotando al film de ese estilo sinfónico épico tan característico suyo, ese con el que acompañara aquellas primeras cintas del Branagh shakespeariano de principios de su carrera como compositor cinematográfico. Algo de agradecer en un periodo tan plano en cuanto a la variedad compositiva para este tipo de filmes de aventuras.

Es también en este periodo cuando cuando el compositor logra sacar su lado más íntimo, realizando hermosas composiciones que nos traen a la cabeza el estilo impresionista de Debussy. Delicadas melodías que podremos degustar en películas tan dispares como el relato autobiografico del actor Richard E. Grant, "Wah-Wah", cinta que dirige el propio Grant en 2005. O en el film de animación "Igor" (Anthony Leondis, 2008). Películas en las que nos dejará además de sus composiciones clásicas, algunas bellas piezas de piano que nos recuerdan el estilo impresionista que comentábamos anteriormente.

Curiosamente, es en el momento en el que el compositor sucumbe a los encantos de lo comercial, cuando el público se alejará más de sus composiciones. 
Posiblemente sea por el hecho deque Doyle al plegarse a las exigencias del mercado pierde su identidad. Así, si en el pasado Doyle era el referente de Zimmer para crear su Caballero Oscuro, en esta ocasión es Doyle el que acaba cayendo en el manido estilo zimmeriano cuando compone las bandas sonoras de las grandes superproducciones en las que se le reclama su destreza como compositor.
De esta manera vemos como en el nuevo y sorprendente giro dado por el amigo Branagh, quien en esta ocasión se pone a los mandos de la superproducción del dios y héroe nórdico "Thor" en 2011, Doyle realiza una mas que aceptable banda sonora con un tema central deslumbrante, pero en el que realmente no ofrece nada nuevo, tan solo se limita a adaptar su estilo a las nuevas tendencias para crear un buen producto comercial.

Lo mismo ocurre en la otra gran producción en la que trabaja este mismo año, la precuela del clásico de 1968, "El planeta de los simios". Pues sí, ya que lejos de dar por terminada una saga que ha tenido grandes altibajos y en donde el intento de sacarla del ostracismo de Tim Burton nos dejaba con una deplorable nueva entrega en 2001. Hecho que nos llevaba a sospechar que nadie quisiera volver a intentarlo con un nueva película, al menos, en un tiempo. Pero esta son las cosas del séptimo arte, ya que lo que parecía un filón agotado, daba para que surgiera el nuevo film que nos situaba justo antes de que todo comenzara: "El origen del planeta de los simios" (Rupert Wyatt) y que se convertía, sorprendentemente, en un nuevo éxito de taquilla que verá su continuación en 2014.
Y es nuevamente en esta precuela donde Doyle vuelve a plegarse a las exigencias del mercado, para en esta ocasión hacerlo con menor fortuna que en el film de su estimado Branagh, y si su música cumple con lo requerido, Doyle deja de ser Doyle y se transformaba en otro de los autómatas de la Remote Control Productions de Zimmer.

Afortunadamente en 2012 le llega a sus manos un film con el que podrá lucirse a su antojo: "Brave" (Mark Andrews, Brenda Chapman y Steve Purcell), nueva cinta de animación de la Disney, en la que mantiene el  patrón iniciado hace unos años de princesas guerreras
Podría haber algo mejor que un film épico ambientado en tierras escocesas para este escocés que ha demostrado en innumerables ocasiones su habilidad con las composiciones épicas de aires británicos. Y no es que haga nada especial en él, tan solo hace lo que tenía que hacer, crear una maravillosa banda sonora llena de de ritmos célticos.
Alegre y vital composición que le valía la nominación al ANNIE a mejor banda sonora para una cinta de animación.

Para finalizar, comentar que este autor que tras todo lo sufrido permanece muy activo, no le hace ascos a ningún trabajo interesante que le pongan por delante, como viéramos en 2013 cuando compuso la banda sonora del videojuego de Sony para la PlayStation 3: "Puppeteer". Y que si bien parece haber tenido en los últimos tiempos en un ligero problema de identidad que lo tiene algo desubicado,  como hemos visto en 2014 en el último trabajo para su amigo Branagh, el thriller: "Jack Ryan: Operación Sombra"; banda sonora en la que nos vuelve a mostrar su lado más comercial e impersonal. Confiamos que en los años venideros vuelva a demostrarnos su gran talento, ya que trabajos no le faltan. Así, próximamente lo veremos en la nueva película de Branagh, quien tampoco dejará nunca de sorprendernos, ya que en esta ocasión lo veremos ponerse a los mandos de la película de la Disney: "La Cenicienta". Cinta norteamericana que contará con un reparto muy británico: Lily James, Cate Blanchett, Eloise Webb, Helena Bonham Carter, Richard Madden o Derek Jacobi, entre otros y en la que esperamos enormemente que Doyle vuelva a ser él mismo.

Y es todo por hoy. Esperemos tener que añadir algún trabajo destacado de nuestro autor próximamente.

Un saludo.