Basil Poledouris
Basil
Poledouris fue un compositor norteamericano de ascendencia griega que destacó
por sus creaciones de corte épico.
Parece
ser que los causantes de que nuestro autor se dedicara a la música fueron, por
un lado, la música sacra, ya que, debido a la procedencia griega de sus padres,
Poledouris, solía pasar mucho tiempo junto a sus progenitores en los actos
litúrgicos de la iglesia ortodoxa a la que pertenecían.
Por
otro, tenemos la influencia ejercida en su infancia por las obras de uno de esos grandes
genios de la composición cinematográfica, el húngaro Miklos
Rotza, gran maestro cuyas melodías marcarían aquellos años de niñez y juventud de nuestro autor gracias a los acompañamientos
de filmes como “Quo vadis”, “Ivanhoe”, “Ben-Hur”,…
Al
igual que hemos visto con otros compositores anteriormente, su relación con la
música se inicia de manera temprana, ya a los 7 años comienza a recibir clases
de piano, en secundaria entra a formar parte como componente de un grupo folk para, finalmente, terminar realizando estudios de cine y música en la Universidad del Sur de California. Periodo
en el que establece contacto con dos afamados directores con los que mantendrá
posteriormente una muy buena relación afectiva y laboral, John Milius y Randal
Kleiser.
Es
precisamente en esos años como universitario, cuando Poledouris comienza a
familiarizarse con la composición de bandas sonoras, realizando sus primeros
trabajos para algunos cortometrajes. Algunos de los cuales
se conservan hoy en día en los archivos de la universidad.
Una
vez finalizados estos, mantendrá la relación con sus dos compañeros de universidad,
nóveles directores que empiezan a abrirse camino en este duro oficio.
De
esta manera, nuestro compositor se estrena en 1970 escribiendo la que es su
primera obra larga en un film. Trabajo que también será el primer largo como
director de su amigo John Milius, “The
Reversal of Richard Sun”.
Pero
aunque sus primeras obras van de la mano de Milius y otros directores, su
primera composición reseñable es la que acompaña a la película de su otro amigo
de estudios, Randal Kleiser. Quien reclama su colaboración para la melosa cinta
“El lago azul”. Film en el que la actriz protagonista, una
joven de 15 años, Brooke Shield, nos mostraba sus encantos adolescentes y proporcionada belleza; algo que no le servía de mucho para su valoración
interpretativa, ya que su papel, tan sólo le valdría para alzarse con el Razzie a peor
actriz del año.
Sin
embargo, Poledouris brilla con vida propia, logrando crear un hermoso score de
corte romántico. Gran trabajo con el que acompaña, hábilmente, las mediocres interpretaciones
de los jóvenes protagonistas.
No
es hasta dos años más tarde cuando la obra de Poledouris logra hacerse un
hueco en la historia del cine. Curiosamente, lo hace de la mano de su otro amigo
director y ex-compañero universitario, John Millius. Y en esta ocasión, lo hará en una película que se ha convertido
en todo un clásico de aventuras fantástico medievales, “Conan, el bárbaro”
(1982).
Película
que cuenta con la peculiaridad de haber sido rodada casi íntegramente en
España. Además, de lograr un dispar resultado en sus galardones, al lograr el Globo de Oro a
nueva estrella del año del cine gracias a la interpretación de Sandahl Bergman y su andrógina belleza, y a su vez, el Razzie a peor actor conseguido
por el titán austriaco, Arnold Schwarzenegger.
He
de reconocer que, en su momento, disfruté como un enano con las aventuras del
forzudo guerrero y sus singulares acompañantes, y por extensión, de la
fantástica banda sonora compuesta por nuestro autor de hoy, Basil Poledouris. Quien logra crear un magistral score de sobria y deslumbrante épica. Obra de la que no
pocos entendidos en la materia tildan de ser la mejor banda sonora de la
historia del cine y en la que podemos observar la influencia de Rotza.
A mí humilde entender, no creo que llegue a tanto. Y aunque sí reconozco que es
una obra maestra, me cuidaría mucho en decir que es la mejor de todas, ni tan
siquiera, que pudiera estar entre las diez mejores. Lógicamente, los gustos de
cada uno son personales y tenemos libertad para hacer nuestra propia
clasificación, algo que a este servidor no le llama mucho la atención, ya que
el resultado de las listas puede llegar a ser tan subjetivo como el estado
emocional en el que se encuentre uno a la hora de realizar la lista, u otros
factores que no mencionaré para no salirnos del tema que aquí nos trae.
En lo que creo que todos estaremos de acuerdo, es que, “Conan, el
bárbaro”, es la obra más redonda de Poledouris.
Lógicamente,
la carrera de nuestro autor saldrá relanzada tras esta loable colaboración,
volviendo a trabajar en el siguiente capítulo de la saga del bárbaro: “Conan, el destructor” en 1984. Película
en la que su amigo Milius será sustituido por el director Richard Fleischer. Y,
aunque Poledouris mantiene el alto nivel que lo caracteriza, no ocurre lo mismo
con el film, en el que una vez perdido el factor sorpresa, pierde bastantes enteros.
Continuando
con la carrera de Poledouris, quien sigue con sus incondicionales
colaboraciones para sus viejos camaradas. 1985 será el año en que aparezca un nuevo
director en la vida de nuestro compositor. Director que logra robar parte de protagonismo a sus veteranos colegas. Este no es otro que el holandés Paul
Verhoeven, quien en su primer trabajo en los Estados Unidos, “Los señores del acero”
(1985), pide la colaboración de Poledouris para la realización de la banda
sonora de su película.
Lógicamente,
el director conocía el trabajo del greco-americano en “Conan” y como el film del holandés tenía una temática de aventura
medieval similar al de la saga del bárbaro, jugaba sobre seguro.
En
ella, Poledouris, da nuevamente muestras de su gran capacidad para la
composición en este tipo de filmes de aventuras y crea una banda sonora cargada
con sus característicos tonos épicos.
Esta primera colaboración dará lugar a una de esas curiosas relaciones
director-compositor, que traerá como resultado un buen puñado de grandes trabajos por parte de nuestro compositor, y en los que el
director, requerirá de un elevado componente épico para sus acompañamientos
musicales.
Con
nuestro autor en plena carrera ascendente y una clara tendencia hacia obras donde se requiere un ambiente épico. Nos encontramos con un Basil Poledouris versátil, que no descarta
abandonar su talante sinfónico por otro más electrónico cuando lo considera
oportuno, así como componer un buen tema romántico si tiene cabida en la obra (film
o tele-film) al que acompañe.
Claro
ejemplo de ello lo tenemos en la miniserie “Amerika”
(Donald Wrye, 1987). Serie de ficción en la que los EEUU eran invadidos por los
soviéticos en plena guerra fría y para la que Poledouris escribe una obra en la que combina melodías épicas
con otras dramáticas, más algunos bellos temas románticos como este: “The Meaning”.
1987 será el año de “Robocop”, en él
vuelve a trabajar con el neerlandés Paul Verhoeven. Y nada mejor que los
consabidos tonos heroicos de nuestro compositor para acompañar a este híbrido
policial.
Poledouris
vuelve a las andadas y crea un tema principal de gran fuerza con su
característico sonido sinfónico y protagonismo de los instrumentos de viento.
En
cuanto al film, bueno, aquel que le guste ver coches explotando, destrozar
edificios a base de ráfagas de proyectiles, etcétera, etcétera, tendrá mejor concepto de la
película que un servidor.
1989
nos dejará con dos grandes trabajos. Por un lado tenemos un intenso score para un film de
aventuras que se desarrolla en la Segunda Guerra Mundial: “Adiós al rey”. De nuevo a las órdenes de
su amigo Milius, Nick Nolte interpretará el papel de un soldado americano que, tras
fugarse de las tropas japonesas, se adentra en la selva de Borneo para terminar
convertido en el rey de una recóndita tribu indígena.
Poledouris
crea una espectacular obra que contiene hermosos temas románticos en los que
nos recuerda al gran John Barry, como por ejemplo este “The War Is Over”, y
otros de corte más épico, como el fantástico “Battle Montage”.
Tras este, la única obra de nuestro autor por la que lograría un premio, ya
que con el western televisivo, “Lonesome Dove”, conseguía el Emmy a mejor composición para miniserie en 1989.
No
es que sea de sus mejores trabajos, pero al menos, consigue dar con su
melodía la atmósfera de los grandes clásicos del western.
Esos
mismos acordes son los que un año más tarde acompañan la banda sonora del otro western: “Un vaquero sin rumbo” (Simon Wincer, 1990). Score en los que
introduce el sonido de algunos instrumentos típicos del oeste como el banjo,
particular sonido que le sirve a nuestro autor para encuadrar el film en su género.
Del
mismo año es la banda sonora del film de John McTiernan, “La caza del Octubre Rojo”.
Película basada en la novela de Tom Clancy
y ambientada nuevamente en plena guerra fría.
Film que narra las peripecias del agente especial de la CIA, Jack Ryan (Alex Baldwind), en su misión de descubrir las intenciones reales del mando soviético (Sean Connery), que está al mando del submarino nuclear que se dirige hacia la costa estadounidense.
Film que narra las peripecias del agente especial de la CIA, Jack Ryan (Alex Baldwind), en su misión de descubrir las intenciones reales del mando soviético (Sean Connery), que está al mando del submarino nuclear que se dirige hacia la costa estadounidense.
Poledouris, compone una potente banda sonora en la que juega con la magnificencia de las
voces y coros soviéticos, así como la música electrónica y, por supuesto, su
épica sinfónica.
Pero el comienzo de la década de los noventa no será especialmente destacable y
aunque compone algunas melodías para filmes que obtuvieron buenos resultados de taquilla,
entre las que tenemos una nueva obra para su ex-compañero Randall Kleiser en 1991, “Colmillo Blanco”. U otras, como la
segunda parte de la paródica saga “Hot
Shot 2” (Jim Abrahams, 1993), la tercera entrega del policía robótico -tras
su ausencia en la segunda-, “Robocop 3”
(Fred Dekker, 1993) o la popular saga sobre las aventuras de la amistosa
ballena asesina “¡Liberad a Willy!” (Simon
Wincer, 1993) y su segunda parte “Liberad a Willy 2” (Dwight H. Little,
1995).
No será hasta finales de los noventa, en 1997, cuando nos vuelve a sorprender
con una de sus composiciones más destacables. Y de nuevo lo hará de la mano del
holandés Paul Verhoeven en: “Starship Troopers”.
De
la película no tengo nada que añadir a lo que ya dijera en el apartado Ciencia Ficción. Pero en cuanto a la
obra de Poledouris, nuestro autor vuelve a hacer de las suyas, y sin andarse
con remilgos, va justo adonde quiere ir. Así, su poderosa composición inflama y
te hace parecer grande. Es cierto que, en su exageración, Poledouris parece
caer en la auto parodia. Pero no pienso que sea esa la intención ni del
compositor, ni del director, quien en su faceta estadounidense desarrolla su
particular visión de una distópica sociedad futura donde sólo existen dos
clases bien diferenciadas y la violencia como única opción para equilibrar (por
parte de los de abajo) o someter (por parte de los de arriba), y en el caso que
nos trae aquí, no hay nada que haga suponer que se busque algo diferente.
Tras
esta vendría la obra que marcaría el declive de nuestro compositor, “Los miserables”
(Bille August, 1998). Para esta interesante adaptación de la obra del novelista
francés Victor Hugo, Poledouris crea la que, algunos pensamos, fue su última
gran obra. Sin un tema principal que destaque sobre el resto de la obra,
nuestro autor crea una gran obra sinfónica con la que marca la existencia del miserable
Jean Valjean (Liam Neeson) y los acontecimientos a los que se verá expuesto en
la cruda Francia de principios del siglo XIX tras cometer el acto que cambiaría su existencia, robar unas hogazas de pan
para dar de comer a unos pobres niños hambrientos.
Para
tan trágica historia, Poledouris opta por realizar una obra marcadamente
dramática y altamente emotiva, composición que se adapta como un guante a la adaptación que
Bille August hace sobre la dura novela de Victor Hugo.
Tras
esta, Poledouris no logra acertar en sus trabajos, componiendo para obras que no tienen mucho
que ofrecer y que no consiguen ayudar para sacar a nuestro autor de la
situación de falta de inspiración en la que se encuentra. De esta manera, realiza algunos trabajos para comedietas como: “Enróllatela como puedas” (Frederic Golchan, 1999), “Mickey ojos
azules” (Kelly Makin, 1999) o “Cocodrilo Dundee en Los Ángeles” (Simon Wincer,
2001).
En sus
últimos cuatro años de existencia, la vida de Poledouris se centra en una dura lucha contra un tumor cerebral que le
vencería el 11 de noviembre de 2006. Pero, aun en ese estado, da muestras de su gran tesón y nos deja varios trabajos como la curiosa
colaboración en la coproducción chino-taiwanesa “El secreto del talismán”
(Peter Pau, 2002). Película de aventuras a la que nuestro compositor aplica un
carácter mistico-épico, muy acorde con la temática del film, y a la que añade un
fuerte componente étnico de música tradicional china.
Su
último trabajo sería en el western “The
Legend of Butch and Sundance” (Sergio Mimica-Gezzan) en 2004. Pero su última
aparición en público la tendríamos en tierras hispanas, Ya que poco antes de su fallecimiento nos deleitaría con su obra en nuestro antiguo festival de música de
cine de Úbeda (Jaén, España) –ahora trasladado a la califal ciudad de Córdoba- en julio de 2006.
Y es
todo por hoy, espero que haya sido de vuestro agrado.
Un
saludo.
Teniendo una niñez y juventud con inspiración e influencia del cine épico y de aventuras parece hasta lógico que acabase componiendo para "Conan, el bárbaro", "Los señores del acero" o "Robocop". Lo que no me cuadra aquí es "El lago azul".
ResponderEliminarIntuyo que no me equivoco si te digo esto: de las cuatro películas que he mentado vamos a estar de acuerdo en que "El lago azul" es demasiado azucarada para digerirla bien, mientras que tú y yo hemos disfrutado más con las otras tres.
"Conan, el bárbaro" me gustó, la verdad. Le encuentro cierto soplo a viejo peplum de romanos mezclado con ese aire de películas de brujería. Todo muy fantástico, pero entretenido. Además, con esa película los españoles aprendimos a abrir nuestra mente a los extraños sonidos de los apellidos impronunciables. Y, a base de decir (o intentar decir) """Arnold ¿quééééé?""" al final aprendimos a decir con soltura, como si nada, el fonéticamente complicado apellido, o sea, Arnold Schwarzenegger. Fíjate, hasta lo he escrito y todo. Por cierto, no podían haber encontrado un tipo más adecuado para el papel. Pedazo cachas, el tío. O sea, bárbaro.
Eso sí: al señor Schwarzenegger no podías pedirle mucho diálogo en las películas. Bastantes años más tarde, cuando hizo las de "Teminator" tampoco es que hablase mucho, la verdad. Pero lo interpreta de forma excelente.
Hay otra película de las que has puesto que me gusta mucho: "La caza del Octubre Rojo". Cuando escribo éstas líneas, hace tres o cuatro días la repusieron en la televisión, no recuerdo en qué cadena. Aunque es una película ambientada en la tensión rusa-estadounidense y la guerra fría, y en este sentido ha perdido actualidad, sigue siendo una película bastante entretenida que hace que durante hora y media te entretengas y te olvides de otra cosa que no sea seguir el desarrollo del film. Y, como es habitual, Sean Connery no falla, estando además bien acompañado en este film, excepto por Alec Baldwin, que nunca me ha gustado.
"Los miserables" también me gustó. Esta historia ambientada en la Francia del siglo XIX ya tiene bastantes versiones. Todo un clásico.
"Robocop" es otra de las que me gustaron. Al principio de la película hay una escena delirante en la que se ven anuncios de lo más paranoico; un toque de humor raro, absurdo y friki, todo junto. Pero me gustó el primer "Robocop".
Luego pasa lo que pasa: las segundas, terceras o enésimas partes son peores, o mucho peores, y solo sirven para explotar comercialmente el éxito. Claro que esta regla no siempre se cumple, como en "El padrino", por ejemplo. Pero los demás "robocops" después del primero ya solo consiguieron aburrirme. En fin ...
Las demás películas que mencionas creo que no las he visto. Y si alguna la he visto, la verdad, sinceramente, es que no me acuerdo.
Un saludo desde el castillo de proa.
Bueno, no está nada mal el promedio que ha tenido con este autor, a mí desde luego me ha superado.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que comenta sobre los gustos, yo soy más del termino medio, ni me va el pasteleo tipo "El lago azul", ni me tira la violencia gratuita del holandés Verhoeven. Lo que sí le voy a reconocer es que, la aventura épica de Conan, otra de las películas que vi en aquellos vídeos comunitarios de finales de los 80 y principio de los 90, me resultó bastante entretenida.
De las versiones de "Los Miserables", no es esta mi preferida y me quedo con la miniserie francesa del 2000 (Josée Dayan) con las magistrales interpretaciones del ahora ruso Gérard Depardieu en el papel de Valjean y el enigmático John Malkovich en el del recto Javert. Y no es porque la versión de Bille August fuera mala, simplemente, que esta me parece mejor.
Tampoco he visto "La caza del Octubre Rojo", pero estoy totalmente de acuerdo con usted en cuanto la valoración de sus protagonistas. El Sr. Baldwind se encuentra en el cajón que tengo reservados a actores como mi amado Tom Hanks, aunque le reconozco que, este, es todavía peor.
La que sí he visto es la coproducción "El secreto del talismán", y le aseguro que, no se ha perdido nada. Un a película más de genero Wuxia, muy visual y con un guión bastante simplón.
Pensaba que me mandaba el mensaje desde castillo de popa, ¿no es allí donde se encuentra el camarote del capitán?, jajaja.
Un saludo desde lo alto del palo mayor, que ya me he subido, jajajaja.
ggggrrrr ..... ¡¡ En la popa no hay castillo !! .... jo, estos marineros .... me matan a disgustos ...,. gggggrrrrrrr .... ¡¡¡ Contramaestre!!! ¡¡¡ Una semana sin ron para el marinero Rolando !!!
ResponderEliminarJajaja, eso me pasa por hacerle caso a la wikipedia, le leo textualmente lo que pone en la descripción del Galeón: "El capitán o los capitanes se alojaban en la cabina de la parte popel del castillo de popa".
ResponderEliminarMenos mal que ya estaba arriba, jajajaja.
Lo siento, conmigo no hará carrera de marinero, jajajaja.
jejejejejeje .... Ay ... Dios ... A ver: a popa están las cabinas o camarotes, evidentemente, tanto sea en galeón como en navío. Pero la zona que dice la Wiki, tratándose de popa, es el alcázar, reservándose el término castillo para la proa. El término "castillo" se tomó porque en el medievo las naves llevaban como una especie de plataforma muchas veces acabada en forma semejante a las almenas, y se tomó por semejanza. Los galeones son posteriores a las naves medievales. Pero, como sabes, yo soy Romero Landa, más del siglo XVIII, y no tanto del medievo o de la época de galeones, jejejejeje.
ResponderEliminarBueno, lo dejo, que no estoy en mi página, coñe.
No, no, perdóneme a mi por mi ignorancia marinera.
ResponderEliminarSus palabras son toda una lección sobre conocimientos navales y siempre serán bien recibidas en este foro.
Sólo espero que algún día ondee en el suyo el Lux Aeterna de Mansell, y ese día, no se librará de mis comentarios, jajaja.
hola Roly.
ResponderEliminarEn primer lugar darte mi enhorabuena por lo conseguido en tú primer año de andadura en este periplo. Conocía algo de que tenias un blogs o algo así, pero no me podía imaginar , hasta donde estabas llegando.
Mi comentario no éstá dirigido a ninguna obra en concreto, ya que sabes que no soy muy cineasta, pero mis palabras van en otro sentido.
Ya es hora de que dejemos la cultura popular de la escuela y la universidad, basadas en un aprendizaje autoritario, vertical, y pasemos a la cultura popular, en la que todos estamos en una misma línea horizontal.
La cultura de las nuevas tecnología,del ciberespacio,en la que se permite la participación individual y colectiva. La cultura popular de este siglo está ligada a la conectividad.
Los individuos, como es tu caso, articulan pensamientos colectivos, construyen conocimientos y cada uno es portador de su propio medio de comunicación.
Gracias por el trabajo realizado y te animo a que sigas
Un saludo.
Muchas gracias Daniel por lo que a mi persona y blog respecta.
ResponderEliminarPero una de dos, o dejas el curso en el que andas metido sobre nuevas tecnologías, o miras si las setas que has comprado en el supermercado del sr. Roig eran alucinógenas. ¡¡¡¡Dios, vaya parrafada!!!!, jajajaja.
Aunque la educación que se plantea en estos momentos en el sistema educativo general siga siendo en gran medida "autoritario y vertical", hace tiempo que va adaptándose de manera paulatina, quizás en España más lentamente de lo que debiera, a las nuevas corrientes y tecnologías, las cuales permiten un mejor y rápido acceso a la información. Pero tanta información siempre necesitan de un guía o autoridad que te corrobore si información a la que accedes es cierta a no, ya que gran parte de esta información que se publica en el ciberespacio no está contrastada y puede llevar más que a informar a desinformar.
Justo unos mensajes más arriba puedes ver un claro ejemplo de lo que digo.
Afortunadamente, en este blog tenemos a una autoridad que nos sacará de toda las dudas que nos surjan sobre temas relacionados con la historia de la navegación a vela. Y eso siempre es muy de agradecer, ya que los buenos maestros no abundan.
Y siempre que quieras escuchar alguna buena banda sonora o quieras algún consejo sobre cuál elegir, aquí me tienes, alguna encontraremos, aunque no seas muy cinéfilo, jajaja.
Un fuerte abrazo.
Otro genio de la música de cine!
ResponderEliminarY qué mala suerte tuvo en vida!!! Pudiendo haber compuesto "Bailando con lobos", fue fiel a su amigo Milius (que lo impuso en "Conan" frente a Morricone) e hizo la banda sonora de "Flight of the Intruder" (si no recuerdo mal). Y todos sabemos como le fue ambas cintas en el mercado, y los encargos que tuvo Basil posteriormente.
Se me pone la piel de gallina solo de pensar que habría pasado si su enfermedad le hubiese permitido componer la banda sonora de "El señor de los anillos"...
Y me parece increíble que en el 2015 todavía no hayan sacado una versión íntegra de esa maravilla que fue "Starship Troopers"!
Saludos!!!
Que el Sr. Poledouris es todo un genio, de eso, no hay ningún tipo de duda, al igual que no fue excesivamente afortunado.
ResponderEliminarQue habría hecho una gran banda sonora tanto para "Bailando con lobos" como para las trilogías de Tolkien realizadas por Sr. Jackson o la mismísima "Juego de tronos", eso... puede ser discutible ya que nunca llegó a pasar.
Hay cosas en la industria del cine que no me acaban de convencer, como el que haya cambios de última hora de compositores (sea más o menos acertado), muchas de las nominaciones (y posteriores galardones) a grandes premios de la industria que recaen en composiciones de dudosa calidad (incluso plagios descarados),...
Pero la especulación no entra en mi razón de ser, y menos aún, cuando las obras que han acompañado los filmes son de una calidad excelente, y en este caso, tanto la composición de Barry como la de Shore... lo son (y soy de los que opina que la de Djwadi, afortunadamente, también lo es, jajaja).
No discrepo en que Poledouris no hubiera hecho un buen trabajo, sino en el flaco favor se le hace a los que lo hicieron (cuando, además, lo hicieron bastante bien), por la mera manía de tener que comparar con algo, que para más inri, no puede ser comparado.
En su favor diré que, Poledouiris fue uno de esos compositores infravalorados que, habiendo dejado un ramillete de obras imprescindible para todo buen aficionado a la música de cine, nunca llegó a tener el reconocimiento de la meca del cine, quedando relegado a películas de segunda fila en pos de otros con más suerte o mejores contactos. ¡Una lástima!
¡¡¡¡Grande Poledouris!!!!
Un saludo.