lunes, 30 de diciembre de 2013

Jerome Moross (Compositor)

Jerome Moross

Nueva York, 1913 - Miami, 1983 (Estados Unidos).

Jerome Moross, sin ser un autor prolijo en el Séptimo Arte y tan solo contar con poco menos de una veintena de bandas sonoras en su haber entre cine y televisión, no deja de ser un compositor de gran trascendencia en un periodo determinado de la historia del cine y de un género cinematográfico en particular: El Western.

Aunque prefirió desarrollar el grueso de su carrera en otros campos alejados del celuloide, fundamentalmente en el de la música clásica, mantuvo un vínculo con la meca del cine durante un periodo que abarcó unas tres décadas, en un primer momento como orquestador para otros compositores y más tarde como autor de sus propias composiciones. Así en 1940 inicia su relación con el Séptimo Arte orquestando para Aaron Copland la banda sonora de "Sinfonía de la vida", dirigida por Sam Wood, para terminar su corta pero fructífera relación en 1969 con el score del film de David Miller "Héroes", obra con la que terminaremos este repaso.

Aunque en su vida personal mantuvo una muy buena relación con uno de los compositores vistos anteriormente, el señor Bernard Herrmann. Con el que lograría mantener una longeva amistad que se extendería desde la juventud hasta la muerte de Herrmann en 1975. La carrera de Moross guarda más relación con la de otro neoyorquino coetáneo de ambos, Elmer Berstein. Ya que, tanto Moross como Berstein, serán los culpables del cambio del concepto de acompañamiento musical del Western a la americana a partir de los años 60. Pero de esto hablaremos con más detalle más adelante.

Como creo que estamos dejando muchos temas en el tintero, pienso que ya es hora de que comencemos a ver con más detalles el sutil paso de Jerome Moross por el celuloide.
Ya vimos anteriormente que, aunque su trabajo para los estudios hollywoodenses comenzaron a principios de los años 40, esta primera incursión no nos dejará apreciar el talento de nuestro autor, ya que durante estos primeros años su función consistiría únicamente en orquestar obras de otros compositores, como ya veíamos con el mencionado Aaron Copland y algún que otro autor cinematográfico más del momento como Adolph Deutsch, Frederick Hollander o Hugo Friedhofer. No es hasta 1948 cuando le dan la oportunidad de firmar su primer trabajo como compositor, año en el que realiza la partitura del thriller de Jack Donohue: "Close-Up".

Aunque sus primeros años como compositor no tienen una gran transcendencia, sí que realizará trabajos para reputados directores como Robert Wise (Ultimátum a la tierra, West Side Story, El Yantse en llamas o Star trek, la película), para el que en 1952 componía la banda sonora de su cinta de cine negro "La ciudad cautiva".

No es hasta 1958 cuando nuestro compositor logra dar el definitivo do de pecho, primero dejándonos entrever lo que sería capaz de hacer con la banda sonora del western de Michael Curtiz: "El rebelde orgulloso", en la que nos demuestra su gran talento para el género con una hermosa composición en la que marcará las pautas de la obra que meses más tarde desarrollaría de manera encomiable. 
Y definitivamente, tras el trabajo de Curtiz, componer la que es su obra culmen y posiblemente una de las mejores bandas sonoras que se han hecho para el género del Far West: "Horizontes de grandeza" (William Wyler, 1958)
Si el film de Wyler nos dejaba con uno de esos mágicos duelos interpretativos a cargo de dos grandes figuras de Hollywood. Por un lado, a un estoico y apacible Gregory Peck frente a un temperamental y beligerante futuro presidente de la Asociación Nacional de Rifle, Charlton Heston; la melodía de Moross hacía historia en este clásico del western, cambiando los cánones de todo lo que se había hecho hasta el momento y convirtiéndose de esta manera en una de esas claras obras bisagra, ya que tras esta nada volvería a ser igual en el western americano; solo que el encargado de hacer esto realidad no sería Moross, sino otro gran compositor: Elmer Berstein, quien cogiendo el órdago lanzado por nuestro compositor se encargará de llevar al sumun el trabajo comenzado por este. Para el otro gran cambio en el western tendríamos que esperar un lustro e irnos a otro continente, ya que vendría de la mano de un subgénero europeo: el western a la italiana o "Spaghetti western" y un grande entre los grandes: Ennio Morricone. Compositor que con la trilogía del Dólar (1964-1966) de Sergio Leone volvía a romper esquemas y crear un nuevo y brillante estilo para el género.
Retomando el hilo, gracias a la gran obra realizada para "Horizontes de grandeza", Moross conseguiría la que fue su primera y única nominación al Oscar. Premio que finalmente terminaría en manos de otro de los grandes de todos los tiempos, Dimitri Tiomkin, por la composición para el film de John Sturges: "El viejo y el mar".

Tras el éxito alcanzado, era de esperar que nuestro autor fuera reclamado para realizar nuevos temas para el far west. Y no nos hace esperar, ya que en 1959 componía la banda sonora de "Los rebeldes de Kansas" (Melvin Frank), score del que saldrá el tema de la serie "Caravana" a partir de 1959, ya que la teleserie llevaba en pantalla desde 1957, finalizando su emisión en 1965. Para ella, Moross usa uno de los temas secundarios del film al que asigna mayor protagonismo al emplearlo como tema principal.
Indudablemente, Moross, mantiene el alto nivel alcanzado en "Horizontes de grandeza" y nos vuelve a dejar con una intensa y emotiva obra en la que se combinan esos enérgicos y vitales ritmos precedidos de otros de corte romántico con los que nos sorprendió en el anterior film y que se convierten en su seña de identidad.

Pero no todo en la corta historia de Moross en el cine se limita al western, así, en otro de los géneros recurrentes de la época, el cine bélico de la Segunda Guerra Mundial, hará alguna que otra incursión. Como ejemplo de ello tenemos el film de Daniel Mann "Sendero de furia" (1960).

Pero sus melodías nunca dejaran de evocarnos a esos tiempos de la dura Norteamérica de colonos en pos de grandes extensiones para explotar, vaqueros, pistoleros... Así, aunque el film que veremos a continuación no mantenga el patrón clásico del western, se desarrolla en el mismo periodo, solo que en la profunda América sureña: "Las Aventuras de Huckleberry Finn" (1960), donde, hay que reconocer que, también van que ni al pelo las creaciones de nuestro autor. 
En este relato en el que Michael Curtiz adapta la celebre obra de Mark Twain, tenemos a Moross componiendo  junto a otro autor: Burton Lane.

Con la ínfima pero notable carrera cinematográfica de nuestro compositor en todo su apogeo, nos damos de bruces con otra de sus grandes obras "El cardenal" (1963). Muy lejos del género que le consagró en el cine, Moross mantiene su característico estilo solo que dándole un aire algo más místico para esta superproducción dirigida por el consagrado Otto Preminger, sobre la meteórica carrera de un cura en la turbulenta Norteamérica de los años sesenta. 
Preminger se hará cargo de un reparto en el que destacó un brillante John Huston, que en esta ocasión se pondría frente a las cámaras para llevarse el Globo de Oro y la nominación al Oscar a mejor actor secundario.

Tras este trabajo volvemos a poder admirar un nuevo giro dado por nuestro compositor, quien se atreve con todo. Con un listón puesto muy alto por Miklós Rózsa, Moross se hace cargo de componer la banda sonora de "El Señor de la Guerra" (Franklin J. Schaffner, 1965). Aventura épica medieval en la que recuperamos a Charlton Heston como heroico caballero medieval, como ya hiciera anteriormente en el film de Anthony Mann: "El Cid". Y en la que Moross nos deja una hermosa composición de corte épico, pero sobre todo romántico.

En 1968 tenemos uno de esos curiosos casos en los que un famoso actor se pone tras las cámaras y debutar en la dirección con un sorprendente éxito, en este caso 4 nominaciones al Oscar y 2 a los Globos de Oro, más los premios del Círculo de críticos de Nueva York a Mejor director y actriz (Woodward).
Me refiero al debut como realizador de Paul Newman: "Raquel, Raquel". Drama para el que el director, muy acertadamente, elige a su esposa, la actriz Joanne Woodward, para el papel protagonista. Papel por el que ella terminaría optando al Oscar y al Globo de Oro como mejor actriz.
En cuanto a lo que nuestro compositor se refiere, realiza una elegante banda sonora intimista y nostálgica, bella creación con la que recupera su estilo más romántico.

A punto de finalizar su aportación al Séptimo Arte nos encontramos con el Moross más ecléctico, ya que en el film que veremos a continuación, nuestro autor, en lo que parece un claro homenaje a su gran amigo Herrmann realiza una introducción al más puro estilo Herrmanniano, para consiguientemente retomar su característico sello western, con el que termina sustentándose el film.
Todo ello tiene su lógica, ya que la película "El valle de Gwangi" (Jim O'Connolly, 1969), es todo un híbrido entre aquellas cintas de stop motion a cargo de Ray Harryhausen (“Simbad y la Princesa” de 1958, “Los Viajes De Gulliver de 1960 o “Jason y los Argonautas” de 1963) para las que compuso Herrmann y el western.
Film rodado en España, narra las peripecias de un grupo de vaqueros que tendrán que lidiar con una res algo más brava de lo habitual, un Alosaurio poco amistoso que les pondrá las cosas algo difíciles. Todo ello a fin de contentar a un empresario circense poco escrupuloso cuyo único objetivo es relanzar su espectáculo sin reparar en gastos ni en las posibles consecuencias.
Moross vuelve a demostrar su gran valía aunque sea acompañando un film menor como este de serie B. Tanto es así, que podemos decir sin miedo a equivocarnos que, nos deleita con una de sus composiciones más logradas.

Su último aporte no sería mencionable de no haber sido el último, ya que se trata de una sencilla melodía en la que aplica un tono más moderno a su estilo clásico. Este podremos escucharlo en el film de David Miller: "Héroes" (1969). Film que supuso el primer trabajo para el cine del primogénito del gran Kirk Douglas: Michael Douglas.

Tras esta rompería su relación con el Séptimo Arte. Falleciendo en 1983, tras más de dos décadas alejado del cine, de un infarto cerebral.

Y esto es todo por hoy.


Espero que haya sido de vuestro agrado.

Un saludo.

2 comentarios:

  1. Para los amantes de las bandas sonoras, como mi querido amigo autor de este blog, importa que no queden olvidados autores como Moross. Y que a los demás nos importe para saber de su existencia.

    Gran película fue Horizontes de Grandeza. Buena película fue El Señor de la Guerra. Estos títulos me traen recuerdos de aquellas sesiones dobles de cine de los domingos por la mañana, aptas para ir con papá y con la hermana, esas películas comiendo pipas donde nos asombrábamos de los héroes de turno. Películas en las que, por cierto, Charlton Heston era habitual. Y es que en esa época salía en todas, el tío.

    Saludos junto a la mesa de bitácora.

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  2. Como bien dice nuestro amigo Romero Landa, en una sociedad como la nuestra, en la que todo cambia a una velocidad de vértigo y nos condiciona a estar siempre a la última para no quedarnos desubicados. Es importante (al menos para mí lo es) que sepamos dar lugar a aquellas cosas que no siendo actuales, no por ello tienen que dejar de serlo. Lógicamente, como el blog trata sobre bandas sonoras, mi cometido es recordar aquellas grandes obras y autores que el tiempo ha dejado aparcados en un segundo plano, pero que no por ello dejan de ser grandes.

    Bien sabe mi querido amigo, que a mi niñez correspondieron otros héroes que serían encarnados por otros protagonistas, de entres los que destacarían Harrison Ford o el malogrado Christopher Reeve. A Charlton Heston lo conocería por la pantalla pequeña, siendo la primera película que lo ubico en mi recuerdo la imprescindible e impresionante "El planeta de los simios". Luego vendrían otras muchas como "Ben-Hur" u aquellas de catástrofes que veríamos en el cine de verano como "Terremoto" o "Aeropuerto 75". Pero si me tengo que quedar con una (además de la de "El planeta de los simios"), sería aquella que vería en aquellos años en los que se implantaron en nuestro país los vídeos comunitarios: "Cuando el destino nos alcance". Film de ciencia ficción en el que tanto nuestro protagonista como su partenaire, el genial y veterano actor Edward G. Robinson, nos dejaban unas estupendas y desasosegantes interpretaciones en el apocalíptico mundo del film de Richard Fleischer.

    Un saludo y que los vientos le sean favorables.

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