miércoles, 27 de febrero de 2013

Mark Knopfler (Compositor)


Mark Knopfler

Mark Freuder Knopfler, Glasgow, Escocia (Reino Unido), 1949

Hoy veremos la que posiblemente sea la faceta menos conocida del que fuera voz y guitarrista de los Dire Straits.
Está claro que este señor no necesita la presentación de otros autores vistos anteriormente. Hablar de Mark Knopfler es hablar de música comercial de un periodo muy significativo para este que os habla. Aunque he de reconocer que el estilo de los Dire Straits no estaba, en un principio, dentro de mis gustos musicales. Bien hay que decir, que sus canciones llegaron a resultarme interesantes algo más tarde. No sé, si porque su melodías consiguen retrotraerme a ese agradable  periodo de mi vida, o porque realmente he conseguido con el paso del tiempo ser capaz de apreciar la belleza de sus composiciones.
Lo que sí es cierto es, que al igual que me ocurrió cuando el autor daba el paso y abandonaba el grupo para realizar composiciones en solitario, o con los trabajos en su faceta con el grupo The Notting Hillbillies, lo mismo me sucedería cuando escuché su primera banda sonora. Ya que, en todos estos casos, sí que conseguiría cautivarme.

Desafortunadamente, en cuanto al tema que aquí nos trae, lamento tener que deciros que nuestro autor no ha sido especialmente productivo. Por lo que tendremos que conformarnos con un pequeño, pero genial, ramillete de bellas composiciones realizadas para el séptimo arte.
Aunque, bien es cierto, que muchas de las obras en su paso por los Dire Straits han aparecido en innumerables ocasiones en filmes, series de televisión, algún que otro documental o como tema de apertura o cierre de algún programa de televisión. Nosotros nos centraremos, solamente, en sus bandas sonoras originales. Aquellas que fueron creadas para, en este caso, un film en concreto.

Comenzaremos en 1983, año en el que inicia su corta y hermosa relación con el cine, y donde, un asombroso Mark Knopfler, nos deja una de sus mejores composiciones. Y no me refiero sólo a las cinematográficas (al menos… para un servidor).
Se trata del film sobradamente escocés: “Un tipo genial” (Título original: “Local Hero”), donde tanto director, Bill Forsyth, compositor, y por supuesto los escenarios, eran de esta hermosa tierra.
Fantástica película donde se mezclan tradición, magia y naturaleza para enfrentarse al mundo moderno y su oro negro. 
Magníficas interpretaciones tanto en el papel protagonista a cargo del poco conocido Peter Riegert y un secundario de lujo, Burt Lancaster.
Obra, que daría lugar a que los amantes de la música de cine deseáramos que se produjera una nueva y pronta colaboración. Y donde el trabajo de nuestro compositor se vio en parte reconocido al ser nominado al BAFTA.

Y, afortunadamente, la espera no fue larga. Corría el año de 1984 cuando el músico volvía a trabajar para Bill Forsyth, en esta ocasión para el film británico “Comfort and Joy”. 
Nueva obra que, aunque he de reconocer no tiene la fuerza de la anterior, sí que nos deja una melodía muy serena y delicada.
Composición realizada sobre arreglos de reconocibles temas italianos, a la que nuestro autor le da su toque personal. El causante de esto... El argumento de la comedia, el cual gira en torno a un conflicto entre familias italianas enfrentadas por hacerse con el mercado de los helados en Glasgow.
Pero esto no es todo en este año de 1984, ya que, en este mismo año nos llevamos la grata sorpresa de tener no una, sino dos melodías fílmicas de nuestro compositor. Y más grata aun, cuando escuchamos la composición y vemos como nos vuelve a brindar con una gran obra como esta.
Me refiero a la banda sonora del film de Pat O'Connor: “Cal”. Curioso drama romántico entre víctima y verdugo del terrorismo del IRA, para el que Knopfler nos ofrece esta maravillosa pieza, “Irish Boy”, gran tema con una fuerte influencia de la música celta.

Nos vamos al año de 1987, donde nuestro autor, dando el salto, cruza el Atlántico y compone la dulce melodía del cuento infantil “La princesa prometida” (Rob Reiner). Historia de aventuras que, una vez más, gira en torno a un tema romántico.
Mágico cuento narrado por el abuelo, y secundario de lujo Peter Falk (Colombo), a su nieto enfermo. En el que Mark Knopfler nos deja varios temas estupendos, sobre todo los de estructura romántica, como este: “Once upon a Time...Storybook Love”. 
Su versión lírica: “Storybook Love”, entonada por el cantante Willy DeVille, optó al Oscar a mejor canción; mientras que Mark Knopfler se tendría que conformar con la nominación al Grammy.

Tienen que pasar dos años para que nuestro autor vuelva a componer una banda sonora, en esta ocasión, para el duro film alemán “Última salida, Brooklyn”.
Drama social, en el que el director Uli Edel se sumerge en los barrios marginales de Brooklyn y nos narra una desgarradora historia de marginación y violencia en los duros años 50.
Para él, Mark Nokpfler, compone un tema mucho más sinfónico, dramático e intenso de una innegable belleza.

Pasarían unos cuantos años antes de que Knopfler volviera a realizar una nueva banda sonora. Ya que no es hasta 1997 cuando nos vuelve a deleitar con otra nueva composición. Donde, en este caso, además de componer y tocar la guitarra, también pone voz a la melodía del film “Metroland” (Philip Saville). Con un trabajo más acorde a su historial como músico de bandas, en el que nos deja su inconfundible sonido de guitarra.
Curiosamente, después de este largo periodo de sequía, en este mismo año de 1997, nos dejará otro trabajo. Se trata de la satírica comedía norteamericana que gira en torno a los entresijos de la política norteamericana: “La cortina de humo” (Barry Levinson). Film que contaría con dos actores de lujo en papeles protagonistas: Dustin Hoffman y Robert De Niro.
Película con una temática muy actual, en la que, con una gran dosis de humor, se nos muestra algo tan serio como la manipulación de la información. En este caso, para ocultar un escándalo sexual del presidente de los EEUU antes de las elecciones.
Mark Knofler, compone una banda sonora ligera en la que combina varios estilos.

Terminaremos al inicio del nuevo milenio, ya que en el año 2000 compone la que ha sido hasta ahora su última banda sonora.
El film agraciado sería el británico “A Shot at Glory” (Michael Corrente). Donde, terminaremos en el mismo lugar donde comenzamos, en las tierras que vieron nacer a nuestro compositor, Escocia.
Película sobre el deporte por antonomasia en Europa, el fútbol. Con un reparto más que aceptable, pero cuyo film no dio para mucho, me imagino, que el personal prefiere ir al estadio para ver fútbol, a menos, que saques a Pelé en el film.
Lo cierto es que, aun así, nuestro compositor realiza un más que aceptable trabajo, donde, al desarrollarse en tierras escocesas, compone un banda sonora de fuerte influencia celta.

Lamento deciros que esto es todo, aunque no me importaría abrir el hilo más adelante e introducir algún nuevo aporte, siempre que el Sr. Knopfler así lo quisiera.

Espero que haya sido de vuestro agrado.

Un saludo.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Antón García Abril (Compositor)


Antón García Abril

Teruel (España), 1933

Hoy será el turno de nuestro primer compositor nacional. Muchos de vosotros se preguntaréis cómo he tardado tanto en hablar de uno de los nuestros. Bueno, pues ahora os diré el porqué.
Lamentablemente nuestro país, aun contando con muy buenos compositores, no se ha caracterizado por su producción en música de cine. Siendo pocos los autores que han alcanzado cierta fama fuera de nuestras fronteras en esto de la composición de bandas sonoras, y lejos de otros países europeos como Italia, Francia o Reino Unido, los cuales, cuentan con bastantes autores de renombre en esta bella disciplina musical.
Paradójicamente, nuestro cine sí ha alcanzado cuotas aceptables de popularidad con sus producciones cinematográficas, contando con una cantidad considerable de películas y directores de reconocido prestigio fuera de nuestro país. Hecho que nos ha llevado a conseguir, en no pocas ocasiones, premios y nominaciones en festivales internacionales. Y no me refiero sólo en la actualidad. 
Así, directores españoles como Luis Buñuel, Luis García Berlanga, Juan Antonio Bardem,… lo harían en tiempos muy difíciles. Tiempos en los que fue muy complicado realizar trabajos con libertad en nuestro país, y tiempos, en los que algunos se vieron obligados a abandonarlo. Lo que, al menos, les brindó la oportunidad  de desarrollar su carrera con más autonomía, y de esta manera, cosechar sus triunfos en nombre del país de acogida. Claro ejemplo de ello lo tenemos con Luis Buñuel, quien logró el Oscar y Globo de Oro a mejor película de habla no inglesa o extranjera por el film francés “El discreto encanto de la burguesía” en 1972.
Mientras, otros tiraban de todo su ingenio para poder dejarnos obras magistrales sin salir de nuestro país. Eso sí, teniendo que hilar muy fino para poder sortear la censura del franquismo.
Claro ejemplo de ello fueron: Luis García Berlanga o Juan Antonio Bardem; quienes lograron grandes trabajos de reconocimiento internacional como directores y guionistas.
Más adelante surgirían nuevos talentos como Carlos Saura, José Luis Garci, José Luis Borau, Mario Camus, Jaime de Armiñán,… Quienes volverían a crear filmes con un merecido reconocimiento fuera de nuestras fronteras en los últimos años de la dictadura y principios de la transición. Periodo, este último, muy creativo en todos los sentidos. 
Momento muy productivo, en el que surgirían películas muy significativas con argumentos antes intocables como los de  tinte político y social, que sería acompañado por el conocido “Destape a la española”. Todo ello, facilitado por el fin del régimen y el aperturismo a temas antes tabú.
Una vez iniciado, asentado y asumido por nuestra sociedad este nuevo estado de libertad, surge una nueva hornada de directores que, junto con algunos de los anteriormente citados, vuelven a darnos grandes alegrías. Así, aparecen Pedro Almodóvar, Fernando Trueba, José Luis Cuerda, Fernando Colomo,…
Y de esta manera, llegar hasta nuestros días con otra nueva tacada de grandes directores como: Alejandro Amenábar, Icíar Bollaín, Julio Medem y…  Juan Antonio Bayona.

Esto nos lleva a hacernos la siguiente pregunta: ¿Cómo es posible que toda esta calidad filmográfica, no se haya visto acompañada de grandes compositores de bandas sonoras?
Bueno, pues esto no es del todo cierto. Aunque nuestro país no se haya caracterizado por sus compositores cinematográficos, sí que ha dado grandes compositores de bandas sonoras. Quizás, la idiosincrasia de nuestro país hacía difícil ser un profesional de reconocimiento internacional en este género. O puede, que nos faltara esa gran figura que hubiera tirado del carro en los momentos difíciles y le hubiera dado el impulso que necesitábamos y que nunca llegó.
Ya es tarde para lamentaciones. Así, sólo queda esperar que esta nueva camada que ya empieza a dar sus frutos... llegue a lo más alto.
Momento en el que, parece ser, podemos encontrarnos. Y en el que, alguno de estos consagrados compositores empiezan a tener ese reconocimiento antes vetado para los nuestros y solo accesible para los de otras nacionalidades.
Brecha, que parecen haber abierto Alberto iglesias y Javier Navarrete, en lo que espero, se conviertan en la punta de lanza para futuros compositores nacionales.

Pues… una vez puestos en situación, y antes de que el artículo sobre el autor que nos trae aquí quede totalmente desvirtuado, pasaremos sin más dilación a hablar sobre nuestro compositor de hoy.

Puede, que para muchos de vosotros el nombre de Antón García Abril no os diga nada, pero si habéis nacido o se habéis criado en España y ya tenéis algunos años a vuestras espaldas, seguro, que conoceréis gran parte de su obra; ya que nuestro autor ha dado melodía a una parte considerable de nuestra filmografía nacional, tanto en la gran, como en la pequeña pantalla,  componiendo, algo más, de la nada desdeñable cifra de… ciento cincuenta bandas sonoras.

Este ciudadano del reino de Aragón, comienza su periplo por el séptimo arte en el año de 1956. Siendo aún estudiante, es reclamado para componer la banda sonora del film “Torrepartida,”, obra del prolífico Pedro Lazaga. Director para el que escribiría, una vez comenzada esta relación, casi toda las bandas sonoras de sus películas.

Él, es el culpable de que los españoles sufriéramos el “Dabadaismo” a partir del año de 1967. Estilo muy recurrente  en la mayoría de las películas de producción española a partir de esa fecha.
Que si bien resultaría todo un éxito para su creador, el francés Francis Lai, cuando un año antes componía la canción del film de Claude Lelouch “Un hombre y una mujer” (1966). Posteriormente, se convertiría en toda una pesadilla para los sufridos españoles de los años 70, 80, 90,…. condena que parece no tener fin, gracias a las continuas reposiciones de nuestra filmografía de ese periodo.
Bien, pues una vez conocidos creador (Francis Lai) e introductor del susodicho “estilo” en nuestro país (Antón García Abril). Pasemos a conocer la obra culpable de ello: “Sor Citroen” (1967).
Se trata de una de las muchas obras del dúo Lazaga-Antón. Film, en la que la dichosa monjita encarnada por la vivaracha Gracita Morales, se quedó muy a gusto conduciendo su coche francés (al igual que el inventor del soniquete), al son del dabadá.

Afortunadamente para nosotros, nuestro compositor siempre dio muestras de su gran versatilidad y talento. Así, aprovechando la época en la que se encontraba, se enganchó al carro que pasaba hacia Almería (que no era el de Don Manolo Escobar) y logra componer algunas de las bandas sonoras de los Spaghetti Western que se empezaban a realizar en nuestros estudios del desierto de Tabernas.
Entre ellas, podemos destacar la producción italiana interpretada por el internacional transalpino, Franco Nero: “Adiós, Texas” (Ferdinando Baldi, 1966). En lo que fue un intento de fusión entre las melodías de Bernstein y Morricone, bueno… intento.

Pasamos a la década de los 70, donde, en mi humilde entender, creo, nos deja una de sus mejores obras, sólo que en esta ocasión realizada para la pequeña pantalla.
Corría el año de 1974, cuando tiene la fortuna de que caiga en sus manos el trabajo de realizar la melodía de la serie de vida salvaje “El Hombre y la Tierra” (1974-1980), en el que nuestro malogrado e insigne divulgador naturalista Félix Rodríguez de la Fuente era el encargado de guiar el programa. Igualmente podríamos decir que, el Sr. Félix Rodríguez de la Fuente tuvo la gran suerte de que el compositor dejara una de sus obras más intensas y reconocidas.

La década de los 80 daría una buena cosecha, ya que en ella compone varías de sus melodías más recordadas.
Comenzaría pronto, ya que en 1980, escribiría la que fue una de sus composiciones más bellas, y esta no es otra que la realizada para la miniserie de televisión, adaptación de la obra de Benito Pérez Galdós: “Fortunata y Jacinta” (Mario Camus). 
Reparto de lujo para esta serie clásica, que contó con actores como Ana Belén y Maribel Martín en los papeles protagonistas, y Fernando Fernán Gómez, Charo López, Francisco Rabal o María Luisa Ponte en papeles secundarios.

Esta década trajo otros trabajos para series o miniseries de televisión, aparte de la ya mencionada. Así, lo volvemos a escuchar en 1982 acompañando a nuestro premio Nobel, el médico y científico: “Ramón y Cajal” (José María Forqué). 
Personaje nacido en Navarra, pero aragonés de corazón y adopción. Y, al que nuestro compositor aragonés rinde tributo con una melodía muy de la tierra.
Papel interpretado sobriamente por el actor Adolfo Marsillach, quien fuera acompañado en esta estupenda serie por otros grandes como Fernando Fernán Gómez o Encarna Paso entre otros.

En 1983 compondría otro reconocido tema para otra serie de televisión, esta vez, en un contexto más contemporáneo. Ya que trataría sobre un bufete de abogados matrimonialistas, justo en el mismo periodo, en que en España se aprobaba la Ley del divorcio.
Me refiero a la serie “Anillos de oro”, dirigida por Pedro Masó y con guión e interpretación de Ana Diosdado, acompañada por un joven Imanol Arias y un sobrio Xabier Elorriaga.

No podía dejar sin mencionar los filmes que vienen a continuación, ya que son dos grandes películas de la historia del cine español y, aunque como bandas sonoras no tuvieran una gran trascendencia, sí los tuvieron los filmes a los que acompañaría. Se tratan de: “La Colmena” (Mario Camus, 1982) y “Los santos inocentes” (Mario Camus, 1984). 
Para esta última, Antón realiza una composición de alto contenido dramático de sonidos rurales, con la que intensifica el desasosiego en el que nos sumerge, y a veces ahoga, la gran obra de Delibes.

Terminaremos con su gran y tardío reconocimiento internacional. La miniserie de televisión: “Great Performances: Monsignor Quixote” (Rodney Bennett, 1987). Obra, para la que nuestro autor compone una bella y elegante sinfonía de aires españoles.
La miniserie, es una versión moderna de la obra de Cervantes, realizada a partir de la obra del novelista británico Graham Greene, con la que homenajea a nuestro legendario caballero español. El papel de Don Quijote sería interpretado por el veterano y gran actor inglés Sir Alex Guinness.

Espero que haya sido de vuestro agrado.

Un saludo.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Ryūichi Sakamoto (Compositor)


Ryūichi Sakamoto

Tokio (Japón), 1952.

Este curioso compositor y actor japonés. Quien mantiene una filosofía de vida muy diferente a la gran mayoría de personajes de la farándula, filántropo y ecologista. Y, aunque algunos podrían decir que con postulados contrarios a su propio interés, al estar en contra de las leyes de propiedad intelectual; personalmente, pienso que mantiene una postura muy loable en los tiempos que corren, al facilitar de esta manera el acceso a  su obra y a la cultura.

Este discreto compositor, con grandes resultados en sus escasas composiciones para el séptimo arte, es poseedor de un Oscar, dos Globos de Oro, un BAFTA y dos nominaciones de la academia de cine japonesa, entre otros.

Como he mencionado, su obra para acompañamientos de películas es escasa. A ello, hay que sumarle otros trabajos como el realizado en el videojuego de PlayStation 2, inspirado en la película de Kurosawa: “Los siete samuráis”, titulado: “Seven Samurai 20XX”. Para la que compone dos de sus temas.
O la música de apertura de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.

Ahora, como en anteriores ocasiones, pasaremos a realizar un repaso a su obra cinematográfica. 
Comenzaremos con su primer trabajo para el séptimo arte, obra en la que nuestro compositor, a pesar de ser un principiante en esto de las bandas sonoras, consigue una de sus composiciones más logradas.
Se trata del film japonés del director Nagisa Oshima: “Feliz Navidad, Mr. Lawrence” (1983), drama ambientado en un campo de prisioneros japonés de la II Guerra Mundial. Donde, el propio Sakamoto, interpreta uno de los papeles protagonistas, el del Capitán japonés Yonoi.
Por esta bella melodía conseguiría el BAFTA a mejor banda sonora.

Algo más tarde, en 1987, comenzaría una fructífera relación con el director italiano Bernardo Bertolucci. Dicha relación, da lugar a tres grandes bandas sonoras para sendos filmes.
Películas de una delicadeza y vistosidad exquisita en todo su conjunto. Donde el director deja claro una cosa: el no llevar prisas a la hora de contarnos las historias. Además, de apoyarse minuciosamente en el plano estético para el desarrollo de las escenas.
Así, comenzamos con la primera de ellas: “El último emperador” (Bernardo Bertolucci, 1987). Para ella coescribe junto con David Byrne y Cong Su esta bella banda sonora ganadora del Oscar, Globo de Oro y Grammy. Película en la que también interpretaría uno de los papeles, al igual que hiciera en "Feliz navidad Mr. Lawrence".
Película, en la que su melodía acompaña desde su nacimiento hasta el final de sus días al último emperador chino, Pu-Yi.

Su segunda colaboración con el director sería en la estilística película: “El cielo protector” (Bernardo Bertolucci, 1990). En ella, Bertolucci, vuelve a acompañarse de un trabajo extraordinario de fotografía, el cual, se ve reforzado por la bella melodía de Sakamoto. Dejándonos un film donde las interpretaciones casi pasan a un segundo plano.
Sakamoto, obteniene por ella su segundo Globo de Oro.

Lo mismo podríamos haber dicho del tercer film: “El pequeño Buda” (Bernardo Bertolucci, 1993), si no fuera porque en él se desarrollan dos tramas totalmente opuestas. Por un lado, la bella y estética historia de Sidharta. Y, por otro, la apática historia contemporánea del niño en el cual, supuestamente, se reencarna este.
Si bien es verdad que no ocurre lo mismo con la obra de nuestro autor, quien sí consigue realizar un emotivo trabajo de acompañamiento para el film. Trabajo por el que lograría la nominación al Grammy.

Pero volvamos al redil, ya que entre trabajos para el director ítalo, hubo otras composiciones para diferentes directores. Así, compone en 1991 para nuestro Pedro Almodovar la banda sonora de la película “Tacones lejanos”.
O la bella composición del film británico “Cumbres borrascosas” (Peter Kosminsky, 1992).

Como hemos comentado anteriormente, la producción de Sakamoto para el séptimo arte es escasa. Concentrando gran parte de su obra en las décadas de los ochenta - noventa, periodo en el que realiza sus obras más destacables.
A ellas, también pertenecen la banda sonora de la coproducción entre Estados Unidos y Alemania del drama de ciencia ficción: “El cuento de la doncella” (Volker Schlöndorff, 1990). Donde, una vez más, nos volvemos a encontrar en un mundo apocalíptico, con la salvedad, de que en esta ocasión el argumento gira en torno las escasas mujeres que conservan la capacidad de procrear.
También, la realizada para la miniserie de televisión: “Wild Palms” en 1993, en la que nos deja una banda sonora muy lograda para este thriller de ciencia ficción.
O la del otro thriller, el film: “Snake eyes” (Brian De Palma, 1998).

Posteriormente, compone algunas obras para producciones en su país de origen como: la coproducción “Gohatto” (1999), del tristemente desaparecido Nagisa Oshima, con el que ya había colaborado en su primera composición para el cine. “Tony Takitani” (Jun Ichikawa, 2004). O “Hoshi ni natta shonen” (Shunsaku Kawake, 2005).

Entre ellas, vuelve a colaborar con Brian De Palma y componer la melodía del film: “Femme fatal” (2002). Película poco recomendable, donde tenemos en papeles protagonistas a nuestro Antonio Banderas y en la que el compositor nos deleita con un bello tema dramático.

Comentar que, en 2006 colaborará en la película “Babel” (Alejandro González Iñárritu) realizando el tema “Bibo No Aozora, aunque para no caer en confusiones hay que decir que sólo es eso, una colaboración, ya que la banda sonora de la película corre a cargo del argentino Gustavo Santaolalla.

Un año más tarde compone la romántica melodía del film canadiense Seda” (2007) del director François Girard.

Y finalizaremos el repaso con una de sus últimas composiciones para el cine, la hermosa melodía que acompañó en 2011 al film "Hara-kiri: Muerte de un samurai" (Takashi Miike), Remake en 3D del duro drama japonés de Kobayashi: “Harakiri” (1962).

Espero que haya sido de vuestro agrado.

Un saludo.