Antón
García Abril
Hoy será el turno de
nuestro primer compositor nacional. Muchos de vosotros se preguntaréis cómo he
tardado tanto en hablar de uno de los nuestros. Bueno, pues ahora os diré el
porqué.
Lamentablemente nuestro país, aun contando con muy buenos compositores, no se ha caracterizado
por su producción en música de cine. Siendo pocos los autores que han alcanzado
cierta fama fuera de nuestras fronteras en esto de la composición de bandas
sonoras, y lejos de otros países europeos como Italia, Francia o Reino Unido,
los cuales, cuentan con bastantes autores de renombre en esta bella disciplina
musical.
Paradójicamente,
nuestro cine sí ha alcanzado cuotas aceptables de popularidad con sus
producciones cinematográficas, contando con una cantidad considerable de
películas y directores de reconocido prestigio fuera de nuestro país. Hecho que nos ha
llevado a conseguir, en no pocas ocasiones, premios y nominaciones en
festivales internacionales. Y no me refiero sólo en la actualidad.
Así, directores españoles como Luis Buñuel, Luis García Berlanga, Juan Antonio Bardem,… lo harían en tiempos muy difíciles. Tiempos en los que fue muy complicado realizar trabajos con libertad en nuestro país, y tiempos, en los que algunos se vieron obligados a abandonarlo. Lo que, al menos, les brindó la oportunidad de desarrollar su carrera con más autonomía, y de esta manera, cosechar sus triunfos en nombre del país de acogida. Claro ejemplo de ello lo tenemos con Luis Buñuel, quien logró el Oscar y Globo de Oro a mejor película de habla no inglesa o extranjera por el film francés “El discreto encanto de la burguesía” en 1972.
Así, directores españoles como Luis Buñuel, Luis García Berlanga, Juan Antonio Bardem,… lo harían en tiempos muy difíciles. Tiempos en los que fue muy complicado realizar trabajos con libertad en nuestro país, y tiempos, en los que algunos se vieron obligados a abandonarlo. Lo que, al menos, les brindó la oportunidad de desarrollar su carrera con más autonomía, y de esta manera, cosechar sus triunfos en nombre del país de acogida. Claro ejemplo de ello lo tenemos con Luis Buñuel, quien logró el Oscar y Globo de Oro a mejor película de habla no inglesa o extranjera por el film francés “El discreto encanto de la burguesía” en 1972.
Mientras, otros tiraban
de todo su ingenio para poder dejarnos obras magistrales sin salir de nuestro
país. Eso sí, teniendo que hilar muy fino para poder sortear la censura del franquismo.
Claro ejemplo de ello fueron:
Luis García Berlanga o Juan Antonio Bardem; quienes lograron grandes trabajos de
reconocimiento internacional como directores y guionistas.
Más adelante surgirían
nuevos talentos como Carlos Saura, José Luis Garci, José Luis Borau, Mario
Camus, Jaime de
Armiñán,… Quienes volverían a crear filmes con un merecido reconocimiento fuera de nuestras fronteras en los últimos años de la dictadura y
principios de la transición. Periodo, este último,
muy creativo en todos los sentidos.
Momento muy productivo, en el que surgirían películas muy significativas con argumentos antes intocables como los de tinte político y social, que sería acompañado por el conocido “Destape a la española”. Todo ello, facilitado por el fin del régimen y el aperturismo a temas antes tabú.
Momento muy productivo, en el que surgirían películas muy significativas con argumentos antes intocables como los de tinte político y social, que sería acompañado por el conocido “Destape a la española”. Todo ello, facilitado por el fin del régimen y el aperturismo a temas antes tabú.
Una vez iniciado,
asentado y asumido por nuestra sociedad este nuevo estado de libertad, surge
una nueva hornada de directores que, junto con algunos de los anteriormente
citados, vuelven a darnos grandes alegrías. Así, aparecen Pedro Almodóvar,
Fernando Trueba, José Luis Cuerda, Fernando Colomo,…
Y de esta manera, llegar
hasta nuestros días con otra nueva tacada de grandes directores como: Alejandro
Amenábar, Icíar Bollaín, Julio Medem y… Juan Antonio Bayona.
Esto nos lleva a hacernos
la siguiente pregunta: ¿Cómo es posible que toda esta calidad filmográfica, no se haya
visto acompañada de grandes compositores de bandas sonoras?
Bueno, pues esto no es
del todo cierto. Aunque nuestro país no se haya caracterizado por sus compositores
cinematográficos, sí que ha dado grandes compositores de bandas sonoras. Quizás, la idiosincrasia de nuestro país hacía difícil ser un profesional de reconocimiento
internacional en este género. O puede, que nos faltara esa gran figura que
hubiera tirado del carro en los momentos difíciles y le hubiera dado el impulso
que necesitábamos y que nunca llegó.
Ya es tarde para
lamentaciones. Así, sólo queda esperar que esta nueva camada que ya empieza a
dar sus frutos... llegue a lo más alto.
Momento en el que,
parece ser, podemos encontrarnos. Y en el que, alguno de estos consagrados
compositores empiezan a tener ese reconocimiento antes vetado para los nuestros
y solo accesible para los de otras nacionalidades.
Brecha, que parecen haber abierto Alberto iglesias y Javier Navarrete, en lo que
espero, se conviertan en la punta de lanza para futuros compositores nacionales.
Pues… una vez puestos
en situación, y antes de que el artículo sobre el autor que nos trae aquí quede
totalmente desvirtuado, pasaremos sin más dilación a hablar sobre nuestro
compositor de hoy.
Puede, que para muchos
de vosotros el nombre de Antón García Abril no os diga nada, pero si habéis
nacido o se habéis criado en España y ya tenéis algunos años a vuestras
espaldas, seguro, que conoceréis gran parte de su obra; ya que nuestro autor ha
dado melodía a una parte considerable de nuestra filmografía nacional, tanto en
la gran, como en la pequeña pantalla,
componiendo, algo más, de la nada desdeñable cifra de… ciento cincuenta bandas
sonoras.
Este ciudadano del
reino de Aragón, comienza su periplo por el séptimo arte en el año de 1956. Siendo
aún estudiante, es reclamado para componer la banda sonora del film “Torrepartida,”, obra del prolífico Pedro
Lazaga. Director para el que escribiría, una vez comenzada esta relación, casi
toda las bandas sonoras de sus películas.
Él, es el culpable de
que los españoles sufriéramos el “Dabadaismo” a partir del año de 1967. Estilo
muy recurrente en la mayoría de las
películas de producción española a partir de esa fecha.
Que si bien resultaría
todo un éxito para su creador, el francés Francis Lai, cuando un año antes componía
la canción del film de Claude Lelouch “Un hombre y una mujer” (1966). Posteriormente, se convertiría en toda una pesadilla para
los sufridos españoles de los años 70, 80, 90,…. condena que parece no tener
fin, gracias a las continuas reposiciones de nuestra filmografía de ese
periodo.
Bien, pues una vez
conocidos creador (Francis Lai) e introductor del susodicho “estilo” en nuestro
país (Antón García Abril). Pasemos a conocer la obra culpable de ello: “Sor Citroen”
(1967).
Se trata de una de las
muchas obras del dúo Lazaga-Antón. Film, en la que la dichosa monjita encarnada
por la vivaracha Gracita Morales, se quedó muy a gusto conduciendo su coche
francés (al igual que el inventor del soniquete), al son del
dabadá.
Afortunadamente para
nosotros, nuestro compositor siempre dio muestras de su gran versatilidad y
talento. Así, aprovechando la época en la que se encontraba, se enganchó al
carro que pasaba hacia Almería (que no era el de Don Manolo Escobar) y logra
componer algunas de las bandas sonoras de los Spaghetti Western que se empezaban a
realizar en nuestros estudios del desierto de Tabernas.
Entre ellas, podemos
destacar la producción italiana interpretada por el internacional transalpino, Franco Nero: “Adiós, Texas”
(Ferdinando Baldi, 1966). En lo que fue un intento de fusión entre las melodías de Bernstein y Morricone,
bueno… intento.
Pasamos a la década de
los 70, donde, en mi humilde entender, creo, nos deja una de sus mejores obras,
sólo que en esta ocasión realizada para la pequeña pantalla.
Corría el año de 1974,
cuando tiene la fortuna de que caiga en sus manos el trabajo de realizar la
melodía de la serie de vida salvaje “El Hombre y la Tierra” (1974-1980), en el que nuestro malogrado e insigne divulgador naturalista Félix Rodríguez de la Fuente era el encargado de guiar el programa. Igualmente podríamos decir que, el
Sr. Félix Rodríguez de la Fuente tuvo la gran suerte de que el compositor dejara
una de sus obras más intensas y reconocidas.
La década de los 80
daría una buena cosecha, ya que en ella compone varías de sus melodías más
recordadas.
Comenzaría pronto, ya
que en 1980, escribiría la que fue una de sus composiciones más bellas, y esta no es otra que la realizada
para la miniserie de televisión, adaptación de la obra de Benito Pérez Galdós:
“Fortunata y Jacinta” (Mario Camus).
Reparto de lujo para esta serie clásica, que contó con actores como Ana Belén y Maribel Martín en los papeles protagonistas, y Fernando Fernán Gómez, Charo López, Francisco Rabal o María Luisa Ponte en papeles secundarios.
Reparto de lujo para esta serie clásica, que contó con actores como Ana Belén y Maribel Martín en los papeles protagonistas, y Fernando Fernán Gómez, Charo López, Francisco Rabal o María Luisa Ponte en papeles secundarios.
Esta década trajo otros
trabajos para series o miniseries de televisión, aparte de la ya mencionada.
Así, lo volvemos a escuchar en 1982 acompañando a nuestro premio Nobel, el médico
y científico: “Ramón y Cajal” (José María Forqué).
Personaje nacido en Navarra, pero aragonés de corazón y adopción. Y, al que nuestro compositor aragonés rinde tributo con una melodía muy de la tierra.
Personaje nacido en Navarra, pero aragonés de corazón y adopción. Y, al que nuestro compositor aragonés rinde tributo con una melodía muy de la tierra.
Papel interpretado
sobriamente por el actor Adolfo Marsillach, quien fuera acompañado en esta
estupenda serie por otros grandes como Fernando Fernán Gómez o Encarna Paso
entre otros.
En 1983 compondría
otro reconocido tema para otra serie de televisión, esta vez, en un contexto más contemporáneo. Ya que trataría sobre un bufete de abogados matrimonialistas, justo en
el mismo periodo, en que en España se aprobaba la Ley del divorcio.
Me refiero a la serie “Anillos de oro”,
dirigida por Pedro Masó y con guión e interpretación de Ana Diosdado, acompañada por un joven Imanol Arias y un sobrio Xabier Elorriaga.
No podía dejar sin mencionar los filmes que vienen a continuación, ya que son dos grandes películas de la historia del
cine español y, aunque como bandas sonoras no tuvieran una gran trascendencia,
sí los tuvieron los filmes a los que acompañaría. Se tratan de: “La Colmena” (Mario Camus, 1982) y “Los santos inocentes” (Mario Camus, 1984).
Para esta última, Antón realiza una composición de alto contenido dramático de sonidos rurales, con la que intensifica el desasosiego en el que nos sumerge, y a veces ahoga, la gran obra de Delibes.
Para esta última, Antón realiza una composición de alto contenido dramático de sonidos rurales, con la que intensifica el desasosiego en el que nos sumerge, y a veces ahoga, la gran obra de Delibes.
Terminaremos con su
gran y tardío reconocimiento internacional. La miniserie de televisión: “Great Performances: Monsignor Quixote” (Rodney Bennett, 1987). Obra, para la que nuestro autor compone una
bella y elegante sinfonía de aires españoles.
La miniserie, es una versión
moderna de la obra de Cervantes, realizada a partir de la obra del novelista británico Graham Greene, con la que homenajea a nuestro legendario caballero español. El papel de Don Quijote sería interpretado por el veterano y gran actor inglés Sir Alex Guinness.
Espero que haya sido de vuestro agrado.
Un saludo.
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