Ryūichi Sakamoto
Tokio
(Japón), 1952.
Este
curioso compositor y actor japonés. Quien mantiene una filosofía de vida muy
diferente a la gran mayoría de personajes de la farándula, filántropo y ecologista.
Y, aunque algunos podrían decir que con postulados contrarios a su propio interés,
al estar en contra de las leyes de propiedad intelectual; personalmente, pienso
que mantiene una postura muy loable en los tiempos que corren, al facilitar de esta manera el acceso a su obra y a la cultura.
Este
discreto compositor, con grandes resultados en sus escasas composiciones para
el séptimo arte, es poseedor de un Oscar, dos Globos de Oro, un BAFTA y dos
nominaciones de la academia de cine japonesa, entre otros.
Como
he mencionado, su obra para acompañamientos de películas es escasa. A ello, hay que sumarle otros trabajos como el realizado en el
videojuego de PlayStation 2, inspirado en la película de Kurosawa: “Los siete samuráis”, titulado: “Seven Samurai 20XX”. Para
la que compone dos de sus temas.
O
la música de apertura de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.
Ahora, como en anteriores ocasiones, pasaremos a realizar un repaso a su obra
cinematográfica.
Comenzaremos con su primer trabajo para el séptimo arte, obra en la que nuestro compositor, a pesar de ser un principiante en esto de las bandas sonoras, consigue una de sus composiciones más logradas.
Comenzaremos con su primer trabajo para el séptimo arte, obra en la que nuestro compositor, a pesar de ser un principiante en esto de las bandas sonoras, consigue una de sus composiciones más logradas.
Se
trata del film japonés del director Nagisa Oshima: “Feliz Navidad, Mr. Lawrence” (1983), drama ambientado en un campo de prisioneros
japonés de la II Guerra Mundial. Donde, el propio Sakamoto, interpreta uno de
los papeles protagonistas, el del Capitán japonés Yonoi.
Por
esta bella melodía conseguiría el BAFTA a mejor banda sonora.
Algo
más tarde, en 1987, comenzaría una fructífera relación con el director italiano
Bernardo Bertolucci. Dicha relación, da lugar a tres grandes bandas sonoras para sendos filmes.
Películas
de una delicadeza y vistosidad exquisita en todo su conjunto. Donde el director
deja claro una cosa: el no llevar prisas a la hora de contarnos las historias. Además,
de apoyarse minuciosamente en el plano estético para el desarrollo de las escenas.
Así,
comenzamos con la primera de ellas: “El último emperador”
(Bernardo Bertolucci, 1987). Para ella coescribe junto con David Byrne y Cong
Su esta bella banda sonora ganadora del Oscar, Globo de Oro y Grammy. Película en la que también interpretaría uno de los papeles, al igual que hiciera en "Feliz navidad Mr. Lawrence".
Película, en la que su melodía acompaña desde su nacimiento hasta el final de sus días al último
emperador chino, Pu-Yi.
Su
segunda colaboración con el director sería en la estilística película: “El cielo protector”
(Bernardo Bertolucci, 1990). En ella, Bertolucci, vuelve a acompañarse de un
trabajo extraordinario de fotografía, el cual, se ve reforzado por la bella
melodía de Sakamoto. Dejándonos un film donde las interpretaciones casi pasan a
un segundo plano.
Sakamoto,
obteniene por ella su segundo Globo de Oro.
Lo
mismo podríamos haber dicho del tercer film: “El pequeño Buda”
(Bernardo Bertolucci, 1993), si no fuera porque en él se desarrollan dos tramas
totalmente opuestas. Por un lado, la bella y estética historia de Sidharta. Y,
por otro, la apática historia contemporánea del niño en el cual, supuestamente,
se reencarna este.
Si
bien es verdad que no ocurre lo mismo con la obra de nuestro autor, quien sí
consigue realizar un emotivo trabajo de acompañamiento para el film. Trabajo por el que lograría la nominación al
Grammy.
Pero
volvamos al redil, ya que entre trabajos para el director ítalo, hubo otras
composiciones para diferentes directores. Así, compone en 1991 para nuestro
Pedro Almodovar la banda sonora de la película “Tacones lejanos”.
O
la bella composición del film británico “Cumbres borrascosas”
(Peter Kosminsky, 1992).
Como
hemos comentado anteriormente, la producción de Sakamoto para el séptimo arte
es escasa. Concentrando gran parte de su obra en las décadas de los ochenta -
noventa, periodo en el que realiza sus obras más destacables.
A
ellas, también pertenecen la banda sonora de la coproducción entre Estados
Unidos y Alemania del drama de ciencia ficción: “El cuento de la doncella”
(Volker Schlöndorff, 1990). Donde, una vez más, nos volvemos a encontrar en un
mundo apocalíptico, con la salvedad, de que en esta ocasión el argumento gira en torno las escasas mujeres que conservan la capacidad de procrear.
También, la
realizada para la miniserie de televisión: “Wild Palms” en 1993, en la que nos
deja una banda sonora muy lograda para este thriller de ciencia ficción.
O
la del otro thriller, el film: “Snake
eyes” (Brian De Palma, 1998).
Posteriormente,
compone algunas obras para producciones en su país de origen como: la
coproducción “Gohatto” (1999), del
tristemente desaparecido Nagisa Oshima, con el que ya había colaborado en su
primera composición para el cine. “Tony
Takitani” (Jun Ichikawa, 2004). O “Hoshi
ni natta shonen” (Shunsaku Kawake, 2005).
Entre
ellas, vuelve a colaborar con Brian De Palma y componer la melodía del film: “Femme fatal” (2002). Película poco
recomendable, donde tenemos en papeles protagonistas a nuestro Antonio
Banderas y en la que el compositor nos deleita con un bello tema dramático.
Comentar que, en 2006 colaborará en la película “Babel” (Alejandro González Iñárritu) realizando el tema “Bibo No Aozora”,
aunque para no caer en confusiones hay que decir que sólo es eso, una colaboración, ya que la banda sonora de la película corre a cargo del argentino Gustavo
Santaolalla.
Un año más tarde compone la romántica melodía del film canadiense “Seda” (2007) del director François Girard.
Espero que haya sido de vuestro agrado.
Un
saludo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario