Alberto Iglesias
San Sebastián
(España), 1955
Hoy veremos a nuestro compositor
nacional más reconocido y laureado fuera y dentro de nuestras fronteras.
Primero en ser
nominado en la categoría a mejor banda sonora original en los célebres
Oscar de Hollywood. Cuenta en su haber con varias nominaciones a prestigiosos
premios internacionales: 3 a los Oscar, 1 al BAFTA, 1 al Globo de Oro.
Pero todo no ha sido quedarse
con la miel en los labios, de hecho, nuestro autor también cuenta con 10 Goyas
de 12 nominaciones, 2 Felix (o Premios del Cine Europeo) y 1 prestigioso
Satellite (entregado por la International Press Academy), entre otros.
Sus inicios están
ligados a otro reconocido compositor nacional de merecida fama fuera de
nuestras fronteras, Javier Navarrete. Con él formaría un grupo de música
electrónica.
No es hasta la década
de los 80 cuando realiza sus primeras bandas sonoras, primero con algunos
cortos. Siendo su primer trabajo para un largometraje en 1983 con el film
histórico: “La conquista de Albania” (Alfonso
Ungría).
Es en esta década
cuando trabaja por primera vez con uno de los directores con los que ha
colaborado en más ocasiones: Julio Médem. En esta primera ocasión en un corto:
“La seis en punta” (1987).
Pero no es hasta la
década de los 90 cuando su relación con este y la nueva incorporación del
manchego, Pedro Almodóvar, consigan darle la proyección que lo lanzará a romper
fronteras y a hacerse un hueco entre los nuevos valores en alza de este bello
género musical.
Una vez puestos en
situación, pasaremos al desarrollo de las obras más destacadas de nuestro
autor.
Empezaremos con uno de
los primeros trabajos con Médem “Tierra”
(1996), aunque Alberto Iglesias sea un compositor versátil, nuestro autor crea
muy pronto un estilo propio que se caracteriza por composiciones de corte dramático muy opresivas,
como ya hiciera años atrás el gran Bernard Herrmann. Con las cuales, acompaña en
las películas a protagonistas que presentan personalidades complejas llenas de matices o secretos –muy comunes en los filmes
de los directores mencionados anteriormente-.
En 1997, con un estilo
similar, compone para un director que en esta ocasión rompe con su estilo
filmográfico, Bigas Luna, en el film: “La camarera del Titánic”. Drama romántico que parte del fugaz encuentro amoroso entre un
joven y la camarera del Titánic, el día antes de la partida del malogrado
buque. En él, como comentábamos, Iglesias vuelve a su estilo dramático-romántico
opresivo, con el que hace rumiar al espectador el angustioso final del efímero romance.
Igual patrón sigue en la
bella historia de amor de “Los amantes del círculo polar”, de nuevo con Médem a los mandos en 1998. Donde unos distantes y
fríos protagonistas, nos dejan esta apasionada historia de amor en los gélidos
y hermosos paisajes del círculo polar.
En 1999, realiza el
que será el tercer trabajo junto al manchego, Pedro Almodóvar: “Todo sobre mi madre”. Drama por el que
el director conseguiría el Oscar, Globo de Oro y BAFTA a mejor película
extranjera o de habla no inglesa y algún que otro prestigioso premio más.
Curiosamente, lo que
destacaba en el film no fue la composición de Alberto Iglesias, sino la canción
del senegalés Ismaël Lô “Tajabone”.
Y Alberto Iglesias… se
volvía a mantener fiel a su estilo.
En 2001 volvemos a
encontrarnos a nuestro autor trabajando para Médem en la erótica: “Lucía y el sexo”. Peculiar película, no
apta para todos los públicos, pero donde nuestro compositor, para aliviar tanta tensión sexual, realiza un giro radical en su composición, dulcificando
en extremo sus melodías y dejándonos temas tan bellos como el dedicado a la sensual
“Lucía”, papel interpretado por mi exultante paisana, la lozana, Paz Vega.
Por ella, lograría el
merecido Goya nuestro compositor.
Volvemos en 2002 con
Pedro Almodóvar y su singular “Hable con ella”.
Nueva película del director que alcanza un gran reconocimiento fuera de
nuestras fronteras, obteniendo galardones como el Oscar a mejor guión original
y la nominación a mejor director, además del Globo de Oro a mejor película
extranjera, BAFTA a mejor película de
habla no inglesa y guión original, Cesar a mejor película europea,…
Personalmente, ni fu
ni fa, prefiero otras de él, pero sobre gustos… colores.
Alberto Iglesias nos
deja una obra dramática con ritmos muy nuestros, que dan ese aire de tragedia
española al film.
En 2004 otra vez a las
órdenes de Almodóvar, escribe el que posiblemente sea su mayor homenaje al gran
maestro Bernard Herrmann, banda sonora que
contiene un gran tema que nos evoca la composición que acompañaría a la película
del genio del suspense: “Psicosis”, en un film en el que nuestro autor combinará con mucha sabiduría sus melodías. Y en el
que, un arriesgado, Almodóvar, juega con los turbios secretos del pasado de sus
protagonistas: “La mala educación”.
Pasemos ahora al que
será su primer gran éxito de nivel internacional, aquel que acompañó al film
británico basado en la obra homónima de John Le Carré: “El jardinero fiel”
(Fernando Meirelles, 2005). Con una composición que no se aleja en exceso de su
estilo habitual, realiza como variaciones significativas la inclusión de ritmos
e instrumentos africanos.
Película en la que se
desenmascaran las tramas sociopolíticas de las grandes corporaciones –en este
caso las farmacéuticas- en los países del tercer mundo. Gran interpretación a
cargo de los actores protagonistas, destacando en el femenino la actriz británica
Rachel Weistz, que obtendría el Oscar y Globo de Oro a mejor actriz de reparto.
Y un Alberto Iglesias que, entre otros, sería nominado al Oscar, Satellite y
BAFTA a mejor banda sonora.
“Volver”
(Pedro Almodovar, 2006) y volver… y volver. Alberto Iglesias se encasilla en su
música de suspense, con la salvedad, que en esta ocasión lo adereza de aires flamencos.
Aun así obtendría una buena acogida,
recibiendo el Goya y el Félix por ella.
Comentar, que la
película se acompañaría por la canción aflamencada de Estrella Morente, adaptación
del tango homónimo de Carlos Gardel: “Volver”.
2007 nos dejará su
segundo gran éxito internacional, la banda sonora de la melodramática: “Cometas en el cielo”. Ella le supondría su segunda nominación al Oscar y al BAFTA y
primera al Globo de Oro. Logrando hacerse con el Satellite.
Intensa y emotiva
composición con la que nuestro autor nos acompaña en esta película que se
centra en la historia afectiva de los personajes protagonistas y arañar
ligeramente en una trama sociopolítica de un país como Afganistán, tema, este
último, que habría dado bastante más juego.
2009 nos trae una
nueva banda sonora de Alberto Iglesias “Los abrazos rotos”.
Una vez más acompañando a un film de Almodóvar, y una vez más en su línea; con
composiciones que inciden más en lo psíquico que lo emocional y muy acorde a las turbulentas personalidades de los
protagonistas del film. En ella, una vez más, se hace patente la perfecta simbiosis
generada entre ambos, la cual hace que resulte difícil concebir una película
del manchego sin las melodías de Iglesias.
Y… nuevo Goya y Félix
para nuestro compositor.
2011 nos deja una de
las composiciones más sobrecogedora y de mayor fuerza de nuestro autor, la caótica,
intensa y transgresiva melodía de “La piel que habito”.
Con ella parece echarle un pulso al propio director, con el que ha llegado a
tal compenetración que cuando uno brilla, lo hace el otro. Pero que,
lamentablemente, cuando uno se derrumba, también arrastra al otro, algo que hemos
podido comprobar en el último film juntos “Los
amantes pasajeros” (2013).
Este mismo año de 2011,
es también el año de su tercera nominación al Oscar y BAFTA. En esta ocasión
por otro film británico: “El topo”
(Tomas Alfredson).
"Sobria intriga psicológica (...) entretenida
adaptación (...) El topo es el anti James Bond." (Carlos Prieto: Diario
Público)”.
Y, quién mejor para atraparnos en los matices psicológicos de
la trama. Pues sí, él, nuestro Bernard Herrmann nacional, don Alberto Iglesias Fernández-Berridi.
Finalizaremos en este
mismo año con el film francés: “El monje”.
Thriller de temática sobrenatural basado en una novela del autor del siglo XVII,
Matthew Gregory Lewis, y ambientada en un monasterio cisterciense de la misma
época.
Alberto Iglesias
realiza una formidable y sobrecogedora melodía para este estético film, donde
el papel protagonista recae sobre un soberbio L’enfant Terrible francés: Vicent
Cassel.
Espero que haya sido de vuestro agrado.
Un saludo.
Pues me alegro mucho de encontrar --y saber, que lo desconocía por completo-- un compositor español de gran nivel reconocido internacionalmente como atestiguan sus premios, nominaciones y reconocimientos.
ResponderEliminarSería cuestión de que su nombre figurase en un par de exitosas películas de las que es capaz de producir la gran industria del cine americano y pasará a estar en ese más alto escalón posible cuando se pone tanto dinero en dólares y pasa a ser conocido en todo el mundo (todo ello dicho sin desmerecer que existan buenas películas con menos presupuesto, que el talento se tiene o no se tiene).
Por cierto, ni una sola de las películas mentadas en este artículo la he visto. Ni una.
LUCÍA, por mucho que atraiga y altere la sangre ese animal erótico que es Paz Vega, jamás me entraron ganas de verla. Algo más reciente nombrado aquí, LA PIEL QUE HABITO, no me atrae lo más mínimo, seguramente porque le he cogido manía a Almodóvar que años atrás me gustaba y ahora ya no.
Me gustan otras obras, en la historia del cine hay muchas. Además, admito que no soy muy cinéfilo.
Realmente "El jardinero fiel", es una de esas películas de reconocido prestigio que usted menciona. Está claro que no es "El Caballero Oscuro" o "Avatar", más destinadas a llegar a un mayor número de público, pero,aun así, es un film de merecido reconocimiento.
ResponderEliminarMenos repercusión tuvieron las otras dos cintas, la norteamericana "Cometas en el cielo" y la británica "El Topo", aunque contaran con buena acogida por parte de crítica y público.
En cuanto a Almodóvar, he de reconocer que me ha pasado algo similar a lo que usted comenta, aunque a mí,sigan gustándome algunas de sus últimas y dramáticas cintas.
En cuanto a "Lucia y el sexo", sin querer caer en lo mojigato, me pareció excesiva, pero, bueno, no me debería haber sorprendido, el título ya avisaba de que iba a versar el film, y Paz Vega... bien merecía su visionado.