John
Powell
Londres (Inglaterra), 1963.
Este británico afincado desde 1997 en los Estados
Unidos, es otro de la larga lista de compositores que han formado parte en
algún momento de su historia de la factoría Zimmer, bien en la Media Ventures o
en la faceta empresarial del alemán en solitario en la Remote Control
Producction. Por lo que es un autor conocido para el gran público, ya que
ha sido autor, tanto en compañía o en solitario, de muchos de los grandes éxitos
de la empresa musical, como veremos a continuación.
Sus inicios se remontan a finales de la década de
los 80, periodo en el que escribe partituras para spots comerciales. Poco más
tarde, ya como asistente de otro de los reconocidos compositores británicos de
bandas sonoras, Parick Doyle (“Thor”,
“El origen del planeta de los simios”,
“Brave”,…), trabajará en la realización
de bandas sonoras de este. Colaborando en el popular el film de Kenneth Branagh: “Mucho ruido y pocas nueces” (1993).
Y, aunque su primer trabajo en solitario es para la
serie británica “Stay Lucky” en 1989. No es hasta su salto a tierras del nuevo continente cuando, con su flamante
contrato de la Media Ventures bajo el brazo, compone el que sería su primer score para un largometraje: “Cara a
Cara” (John Woo, 1997).
Es cierto que, aunque no destaque por ser uno de sus
mejores trabajos, Powell sí que dejaba entrever su gran potencial, el cual no
tardaría en ver la luz en posteriores obras para la factoría zimmeriana.
Así, en su siguiente trabajo empezamos a ver cómo va
aflorando el Powell que se vislumbraba en ese primer film.
El problema radica en que, al ser una banda sonora coescrita con otro de los autores de la Media Ventures, Harry Gregson-Williams, no nos permitiría saber cuál de los dos era el verdadero responsable del toque de calidad en la obra, ya que ambos, por aquellos entonces, contaban con una experiencia pareja y similar cantidad de trabajos a sus espaldas.
El problema radica en que, al ser una banda sonora coescrita con otro de los autores de la Media Ventures, Harry Gregson-Williams, no nos permitiría saber cuál de los dos era el verdadero responsable del toque de calidad en la obra, ya que ambos, por aquellos entonces, contaban con una experiencia pareja y similar cantidad de trabajos a sus espaldas.
La película en cuestión es “Hormigaz”
(“Antz”, Eric Darnell y Tim Johnson,
1998).
Con ella nos encontramos de nuevo con Steven Spielberg quien, a través de su productora DreamWorks, intentaba hacerse hueco en un espacio que parecía estar reservado única y exclusivamente a la factoría Disney. Spielberg, una vez más dando muestra de su gran talento, crea un producto novedoso que, aunque parece ir destinado al público infantil, contentaría a más de un adulto. Esto es debido al cambio que realiza en la estructura del film. Cinta cuyos diálogos cargados de ironía y dobles sentidos escapan al entendimiento de los más jóvenes, pero no al de sus adultos acompañantes. Loable giro dado por el visionario Spielberg que parecía saber cuan agradecido quedarían los incondicionales padres a la hora de acompañar a sus jóvenes vástagos y encontrarse con este nuevo estilo de película de animación.
Con ella nos encontramos de nuevo con Steven Spielberg quien, a través de su productora DreamWorks, intentaba hacerse hueco en un espacio que parecía estar reservado única y exclusivamente a la factoría Disney. Spielberg, una vez más dando muestra de su gran talento, crea un producto novedoso que, aunque parece ir destinado al público infantil, contentaría a más de un adulto. Esto es debido al cambio que realiza en la estructura del film. Cinta cuyos diálogos cargados de ironía y dobles sentidos escapan al entendimiento de los más jóvenes, pero no al de sus adultos acompañantes. Loable giro dado por el visionario Spielberg que parecía saber cuan agradecido quedarían los incondicionales padres a la hora de acompañar a sus jóvenes vástagos y encontrarse con este nuevo estilo de película de animación.
En el año 2000 volvemos a encontrarnos con Media
Ventures y el dúo Williams-Powell componiendo para un nuevo film de animación,
“Chicken Run: Evasión en la granja” (Nick Park y Peter Lord). Comedia en la que los compositores muestran
cierto eclecticismo haciendo guiños a clásicos de fugas como las melodías de
Bernstein para “La gran evasión” o
las de Malcolm Arnold en “El puente sobre
el rio Kwai”, así como de otros ritmos que nos sitúan en un periodo
inespecífico de los años 40 y cierto toque rotiano. Y todo ello, sin olvidar el
característico sello de la Media Venture. Conjunto con el que consiguen crear
una estupenda banda sonora alegre, vital y bastante épica.
En 2001, con DremWorks de nuevo a la carga, y esta ocasión con los deberes muy bien hechos, nos volvemos a encontrar al dúo en una de
las grandes sorpresas de la animación de los últimos tiempos: “Shrek” (Andrew
Adamson y Vicky Jenson). Si en “Antz”
DreamWorks demostraba que la animación podía ir destinada realmente a todos los
públicos, con “Sherek” da un paso más
allá y lo cuadra, creando una película de aventuras, romántica y cómica con la
que se saltarán todos los patrones vistos hasta el momento. Así, tenemos como un
sufrido y enamoradizo príncipe azul, un ogro verde, feo y poco escrupuloso, queda al mando de la nada fácil tarea de salvar a una, no tan desvalida, doncella u llevando como única compañía a un insufrible burro parlanchín.
Ambos compositores lograrán crear una magnífica obra
con la que acentuarán cada uno de los muchos matices del film. Score que se
verá amplificado con las canciones que se acompaña la cinta, donde, por esta
vez, no restarán protagonismo, sino que se complementarán magistralmente.
Aunque no todo en nuestro autor se limita a la
animación, ni a componer en compañía de Harry Gregson-Williams. Así lo vemos en
películas como “El caso Bourne”. Película
en la que se crea uno de esos curiosos vínculos director-compositor, ya que Doug
Liman volverá a requerir de los servicios de nuestro autor para el resto de sus
trabajos a partir de este momento. Y eso que no es precisamente uno de los
mejores trabajos del Powell; pero que, sin embargo, le valdrá para componer en
las dos siguientes películas de la saga -“El
mito de Bourne” y “El ultimátum de
Bourne” (Paul Greengrass, 2004 y 2007)- donde, sin tampoco llegar a
sobresalir, mejora algo.
Donde sí brilla con algo de más energía es en la
cinta futurista de 2003 “Paycheck”, de nuevo a
las órdenes de John Woo (“Cara a cara”).
En ella compone una trepidante partitura sinfónico-electrónica cargada de
tensión. En una cinta en la que su actor principal, el irregular y
polifacético Ben Affleck, fue galardonado con el premio a peor actor en los premios Razzie.
Es de nuevo con una cinta de animación cuando John
Powell, esta vez en solitario, consigue su siguiente trabajo destacable: “Robots”
(Chris Wedge y Carlos Saldanha, 2005). Alegre composición con la que Powell se
va haciendo cada vez más necesario para los filmes de animación.
Así, un año más tarde hará lo propio en “Happy Feet: rompiendo el hielo” (2006). Película australiana que insolitamente obtuvo el Oscar a mejor cinta
de animación en 2006 y en la que Powell nos vuelve a dejar una muestra de su
versatilidad creando un variopinto e interesante score.
En 2011 continuaría haciendo lo propio para “Happy Feet 2”, película en la que también
vuelve a repetir George Miller a la dirección.
2006 será un año especialmente productivo y exitoso,
ya que a la mencionada “Happy Feet”
tenemos que añadirle la incorporación del compositor a dos grandes franquicias,
por un lado, la de los mutantes del Sr. Xabier en “X-Men: La decisión final” (“X-Men 3”, Brett Ratner).
Film en donde la épica del discípulo aventajado de Zimmer va que ni al pelo,
pero en la que curiosamente Powell hará recaer gran parte del peso de su banda sonora en un
hermoso tema romántico.
Por otro, su incorporación a la saga animada más exitosa
de la Blue Sky: “Ice Age”, donde Powell
toma el testigo a David Newman para asentarse en ella definitivamente. Y así,
componer las bandas sonoras de “Ice Age 2: el deshielo” (Carlos Saldanha), “Ice Age 3: el origen de los dinosaurios” (Carlos Saldanha y Mike Thurmeier, 2009) e “Ice Age 4: la formación de los continentes” (Steve Martino y Mike Thurmeier, 2012). Todas ellas con su
particular estilo sinfónico y en las que incluirá un interesante grupo de
temas llenos de ritmos, muy vivaces y alegres.
2008 vuelve a ser un buen año para nuestro
compositor, ya que en él acompañará a varias películas que, de no haber llevado
sus melodías no habrían dado el mismo resultado, aunque muchas de ellas fueran
grandes películas por sí mismas.
Comenzaremos con el score para el film protagonizado
por el Sr. Will Smith “Hancok” (Peter Berg,
2008). He de reconocer que las payasadas del Sr. Smith no me hacen ni pizca de
gracia, ni ahora, ni en su faceta como príncipe de Bel Air, por lo que lo único
que conozco del film es su música y no sé cómo queda dentro de él, y, como
banda sonora, aunque Powell no haga nada nuevo, está bastante bien.
La siguiente obra destacable de este 2008, en esta
ocasión coescrita con el mismísimo jefe: Hans Zimmer, es la fantástica melodía
de la nueva y acertada creación de la DreamWorks: “Kung Fu Panda”
(Mark Osborne y John Stevenson). Lógicamente, al estar el jefe metido en el
proyecto se aplica el efectivo formato Media Ventures -ahora reconvertida en la
Remote Control Productions-, sólo que añadiendo un ligero toque oriental.
Tan buenos resultados obtienen que, algunos años más
tarde, vuelven a hacerse cargo de la secuela del panda karateka: “Kung Fu Panda 2”
(Jennifer Yuh, 2011).
Película en la que mantienen el tema principal y en
la que si notamos cambios destacables es que, a la ya enérgica banda sonora del
primer film, le subirán unos puntos más, algo que parecía realmente imposible
pero que ellos consiguen.
Pero si hay una banda sonora que merezca la pena ser
destacada en este 2008 -ya que un servidor piensa que es de las mejores
composiciones de nuestro autor- es nuevamente otro gran film de la Blue Sky. Sólo que en
esta ocasión se trató de una película de animación con una temática algo
alejada a las anteriormente vistas, ya que, aunque nuestro personaje tenga que
enfrentarse a un gran reto, la cinta en sí destila ternura, te lleva a hacerte
curiosos planteamientos metafísicos y, a su vez, es un divertido disparate surrealista.
Por lo que me hace pensar que no logró el éxito esperado debido a:
- Ni los niños a los que iba destinado pudieron
percibir todo su encanto, ya que la gran obra de Dr. Seuss se encuadra en un
pensamiento algo complejo y no al alcance de muchos niños de corta edad.
- Ni todos los adultos estamos dispuestos a ir al
cine a ver una cinta de animación, por muy agradable que esta sea, sin la
compañía de los anteriores.
La película en cuestión es “Horton” (Jimmy
Hayward y Steve Martino). Y Horton es un simpático elefante que descubre otro
mundo dentro de una mota de polvo…
Pues bien, a esta hermosa joya de la animación, Powell, supo dar con su música todos los matices que ella requería: la alocada consciencia
de sus personajes principales, la delicada magnitud de la situación –un mundo
en manos de un disparatado aunque encantador elefante-, así como el dramatismo
de alguna de sus escenas.
Con ella disfrutamos de una emotiva composición en
la que Powell destila positivismo y ternura, a la vez que recalca el especial tesón
de los dos simpáticos héroes a la hora de enfrentarse a los problemas que
genera su increíble descubrimiento.
Gran trabajo, tanto el de Powell, como el de los
directores, que merecieron algo más de reconocimiento del obtenido.
Y para finalizar este 2008, no podía faltar: “Bolt”
(Chris Williams y Byron Howard). Cinta en la que vuelve a hacer acopio de la
electrónica, para dejarnos temas muy al gusto de los agentes Bond o Bourne y con toda la
vitalidad y sutileza poweliana.
Y llegamos a la que es su primera nominación al
Oscar: “Cómo entrenar a tu Dragón” (Dean DeBlois y Chris Sanders,
2010). No es que sea mejor que otras de nuestro autor, aunque, sí puede apreciarse
un incremento en la fuerza de su componente épico-étnico. Pero, aun siendo una gran obra sinfónica,
presenta muchas similitudes con otras obras precedentes como “Horton” o “La Edad del Hielo”, a las cuales, personalmente creo, no supera, al
menos, no a la primera.
Lo que estaba claro es que, alguna vez tenía que
llegar, ya que el autor se lo merecía.
En 2011 tenemos a un fantástico Powell encasillado
en películas de animación -algo que espero no suene a recriminación por mi
parte, ya que nada estaría más alejado de mi intención-. En donde, gracias a ello, nos dejará con un buen surtido de fenomenales
scores en los que desarrollará su particular y alegre estilo.
Así, si ya hacíamos mención a las secuelas de “Kun Fu Panda 2” y “Happy Feet 2”, a estas, tendremos que sumarles la cromática banda sonora de “Río” (Carlos Saldanha). Donde, si ya de por sí la película es una explosión de color, nuestro autor no será menos y nos dejará esta exuberante obra cargada de ritmos brasileiros en una obra donde era obligatorio contar con la presencia del rey de la batucada: Carlinhos Brown. Autor que nos dejará su inconfundible huella en el tema “Market Forro”.
Así, si ya hacíamos mención a las secuelas de “Kun Fu Panda 2” y “Happy Feet 2”, a estas, tendremos que sumarles la cromática banda sonora de “Río” (Carlos Saldanha). Donde, si ya de por sí la película es una explosión de color, nuestro autor no será menos y nos dejará esta exuberante obra cargada de ritmos brasileiros en una obra donde era obligatorio contar con la presencia del rey de la batucada: Carlinhos Brown. Autor que nos dejará su inconfundible huella en el tema “Market Forro”.
La otra colaboración, es en el descalabro de la Disney: “Marte necesita madres” (Simon Wells). Película que en España no llegó a estrenarse en
pantalla grande para salir directamente en DVD. Aun así, Powell, fiel a su
estilo, firma un gran trabajo donde realiza algunos guiños a las etéreas
melodías de Elfman. Pero en donde, salvo estas muestras de reconocimiento para el compositor de Tim Burton, para el resto, se mantendrá fiel al potente estilo Poweliano que tanto gusta a la Remote Control
Production.
Y finalizaremos en 2012, donde además de la cuarta
entrega de “La edad del Hielo”, nos
deja con la banda sonora para otra nueva adaptación de la obra de Doctor Seuss
por parte de la Blue Sky. En este caso se trata de “Lorax. En busca de la trúfula perdida” (Chris Renaud y Kyle Balda). Película con un bello y
educativo mensaje sobre la codicia y sus consecuencias medioambientales que,
aunque lo intenta, no consigue alcanzar la magia de “Horton”.
Y, aunque Powell vuelve a repetir el formato
que tan buenos resultados le había dado en otras ocasiones, esta vez, ni él,
consigue dar el empujón que necesitaba el film, que sin ser malo, le faltó algo
de sustancia o le sobró mensaje.
Terminaré, comentando algunos de sus próximos trabajos
pendientes de estreno, ya que en 2014 se prevé salgan “Rio 2” (Carlos Saldanha) y “Cómo
entrenar a tu Dragón 2”. Y en 2016 la tercera entrega de “Cómo entrenar a tu Dragón” ambas con Dean
DeBlois como director.
Y es todo por el momento, sólo esperar que haya sido
de vuestro agrado.
Un saludo.
Hombre, Rolando ... estoy liado con los british, como ya sabes, ¡¡¡ y justamente aquí me aparece otro más !!!
ResponderEliminarBueno, otro british más, pero reconociendo por mi parte la gran aportación británica a la música pop, moderna, y también en cine, como en este caso de mister Powell.
En esta ocasión conozco menos de la mitad de las películas nombradas. Si me permites destacar alguna, me quedo con "Hormigaz" y, por supuesto, con la saga de "Ice Age". Y afinando aun más, me quedo con Scrat, divertidísimo y entrañable personaje obsesionado las bellotas. Con la primera de la saga de "Ice Age", cuando apareció por primera vez esta ardilla, me partí de risa. También es de mi agrado "Shrek", película de animación pero diferente, con una aventura interesante y en cuya banda sonora hay cosas muy reconocibles (al menos para gente de mi edad) como el sonido, inconfundible, de Funkytown o de Saturday Night Fever.
En mi opinión este compositor tiene altos y bajos dependiendo también del grado de éxito o fracaso de la película en la que ha trabajado. Nada anormal, pues los altibajos son propios de cualquier humano. Y, en su caso, el trabajo musical va unido indisolublemente al film. Así, para mi opinión, hay películas que no aguanto nada bien, como es el caso de "Kung Fu Panda", y alguna otra prefiero no recordarla por los dolores de cabeza que me dio y que supongo que muchos padres de niños pequeños comprenderán, como es el caso de "Happy Feet".
Un saludazo ... ¡¡¡ y vuelvo a por los british !!!
Jajaja, ¡british, british, britsh por todos lados!
ResponderEliminarBueno, tendrá que reconocer que no todos son corsarios con el único interés de hacerse con las arcas de la Corona Española. Como bien comenta, tienen a grandes representantes en otras corrientes menos belicosas que han dejado profunda huella en la sociedad, incluso en la nacional. Qué le vamos a hacer, jajaja.
Pues sí, el amigo Powell, como buen representante de la raza humana, tiene sus claroscuros, pero sería injusto quedarnos con las oscuras, cuando nos ha dejado melodías tan brillantes.
En cuanto a lo que comenta sobre las películas en las que ha trabajado nuestro autor de hoy, veo que está bastante puesto y comparto gran parte de lo que comenta, como el caso del pingüino que baila claqué. Al igual que lamento que no haya podido disfrutar de mi preferida, "Horton".
Me alegra saber que se encuentra en una fase productiva, aunque lamento que sus amados british le estén dando más de un quebradero de cabeza.
Un saludo y mucho animo.