Fernando Velázquez
Getxo, Vizcaya
(España), 1976
Si
anteriormente veíamos a algunos de nuestros consagrados compositores
cinematográficos como el veterano Antón García Abril y los Oscarizados Alberto
Iglesias y Javier Navarrete, hoy nos toca dar paso a uno de los jóvenes talentos
de nuestro país, Fernando Velázquez.
Este
guechotarra virtuoso del violonchelo, compositor de obras de teatro y piezas
clásicas, se introduce en la composición de bandas sonoras de manera temprana. Ya
en 1996 realiza su primer trabajo para el corto de su paisano Koldo Serra: “Háchame!”, con quien también debutaría
en la composición larga diez años más tarde en “Bosque de sombras” (2006). Y quien a su vez, lo pondrá en contacto
con el culpable de que su música logre romper las barreras de nuestras fronteras,
la otra joven promesa, el director cinematográfico Juan Antonio Bayona. Algo
que desde este humilde espacio no podemos dejar pasar por alto, por lo que le
damos las gracias al Sr. Koldo Serra por la parte de culpa que tiene en el
despegue de este fantástico compositor.
Como
ya he comentado anteriormente, nuestro novel maestro inicia su andadura por el
séptimo arte con algunos trabajos para cortos cinematográficos, con los que se
va labrando una reputación antes de dar el salto a los largometrajes.
Actualmente,
con casi 30 cortos a sus espaldas, nos deja entre ellos algunas de sus mejores
composiciones, como esta que os traigo para la obra del -también-vizcaíno Oskar
Santos “El soñador” (2004). Para ella, Velázquez realiza una delicada y emotiva composición de gran fuerza.
Pasemos
ahora a la pantalla grande. Ya sabemos, que realiza su debut en el film de
nuestro estimado Koldo Serra, “Bosque de sombras”, en 2006. En esta coproducción entre
Reino Unido, Francia y España, que contó con un reparto nacional e
internacional de gran altura. Destacan los papeles masculinos de
Gary Oldman y Lluís Homar, y los femeninos de Aitana Sánchez-Gijón y Virginie
Ledoyen. Para él nuestro autor compondrá un bello tema principal de tonos melancólicos,
que encaja a la perfección con este thriller de entorno rural.
Buena
composición, que hacía augurar un futuro prometedor en años venideros.
Pero
nuestro joven autor quiere dejar las cosas claras desde un principio, así el 20
de mayo de 2007 se estrena en el Festival de Cannes la opera prima de Juan
Antonio Bayona: “El Orfanato”. Film de
terror que recibirá más de 10 minutos de ovación tras su proyección.
Obra
maestra sin paliativos. Terror sutil con el que llegas disfrutar hasta de los
momentos en los que no te atreves a mirar. Estético, dramático y sobrecogedor,
pero sobre todo, bello y emotivo film.
Y
¡cómo no!… parte de su belleza se debe a él. Velázquez, en su segundo trabajo
se hace adulto, dejándonos estupefactos, aterrorizados y conmovidos, así que
dejemos que sea el propio autor el que nos explique lo que pretendía generar
con su composición:
“No fue otra que nutrir la trama y putear a
su par. En ningún caso se pretende una sobreactuación ni estar por encima de la
película. Sencillamente se trata de estar a la altura de las imágenes. Al
tratarse de un historia de terror psicológico, donde se intercalan momentos de
suspense con otros esencialmente melodramáticos, el abanico de posibilidades
musicales es francamente amplio combinando partes muy efectistas y violentas
con otras enteramente melodramáticas y románticas que me han permitido hacer
música al estilo del cine clásico.” (Fernando Velázquez)
…Y
ciertamente que lo consigue. La pena es, que no le llegara a reportar ningún
merecido gran galardón, teniéndose que conformar sólo con nominaciones a
premios de prestigio internacional y nacional, como los World Soundtrack Awards, International
Film Music Critics Association Awards, Premio del Cine Europeo o al Goya y alzándose sólo con premios
menores.
Pero
como todo gran personaje esconde su particular leyenda negra, en el caso de
nuestro autor, la de haber sido el coautor musical junto a Guille Milkyway del
pestiño monumental… y creo que me quedo corto de… “Gominolas”, afortunadamente, fugaz serie televisiva de 2007. Pero partamos una lanza
en favor de él, que como bien dice:
“la composición para películas tiene ese
componente de disfraz. No eres plenamente tú puesto que tienes que entrar en la
idea de alguien que te pone delante un guión, una historia, pero siempre dejas
algo de ti a través de la música”. (Fernando Velázquez)
En
este caso, había poco que hacer y poco que dejar.
De
hecho, logra resarcirse en las otras dos películas para las que trabaja ese
mismo año de 2007:
“Savage Grace” (Tom
Kalin) Coproducción España-USA-Francia, en la que basándose en hechos reales, el
director filma una melodramática y turbulenta historia sobre la inestable
existencia de Barbara Daly Baekeland, popular personaje de la jet set
norteamericana de los años 60.
Para
todos aquellos que como a mí este tipo de temas les traigan al pairo, decirles,
que al menos Velázquez deja una estupenda banda sonora ambiental en la que
combina sabiamente tonos sinfónicos y jazzísticos.
La
otra, es la mexicana “La zona” (Rodrigo Plá). Film en el que veremos a
una sobria Maribel Verdú intentar imponer un poco de cordura a unos asustados
vecinos de un exclusivo barrio residencial, quienes tras un trágico
acontecimiento ven perturbada su idílica existencia. Drama social en forma de thriller
para el que nuestro autor compone una partitura dramática con la que potenciar
el estado de falsa y frágil seguridad a la que se ven expuestos los personajes.
Nos
vamos hasta 2009, año en que veremos dos nuevas bandas sonoras de nuestro autor
y algo antagónicas.
Por
un lado tenemos el score de la paródica “Spanish Movie” (Javier
Ruiz Caldera, 2009). Aunque por el film al que acompaña pensáramos que la deberíamos
haberlo metido dentro de la lista negra de nuestro autor, nada más lejos de la
realidad. Ya que, al igual que el film copia el formato de humor absurdo de las
parodias norteamericanas. Aquel que con una serie de gags sobre escenas de
conocidas películas españolas intentan sacar alguna que otra sonrisa fácil al
sufrido –aunque voluntario- espectador. Él, aplicará la misma idea -sólo que
con mejor resultado- a su melodía, parodiando entre otros al mismísimo Antón
García Abril y su dabadaísmo, al gran Alberto Iglesias, incluso llegando a
realizar una auto-parodia, temas con los que nos deja una simpática composición y…
cuanto menos… curiosa.
La
segunda se trata del documental “Garbo, el espía” (Edmon
Roch, 2009), crónica que versa sobre el agente doble Juan Pujol García. Espía
de nacionalidad española que tuvo un destacado papel en La Segunda Guerra
Mundial. Conocido por la inteligencia británica con el alias de “Garbo” y “Arabel” por la alemana, y uno de los responsables de que la
inteligencia alemana pensara que el desembarco de Normandía se realizaría en el
Paso de Calais.
Velázquez,
realiza un más que sobresaliente trabajo, en el que combina dispares melodías que
dan lugar a una obra de gran consistencia. En él se irán sucediendo temas
dramáticos, burlescos, así como jazzísticos, incluso ritmos caribeños que nos
dejan una banda sonora de deliciosa audición.
En
2010, con un Fernando Velázquez lanzado, compone un buen ramillete de grandes
bandas sonoras:
“El mal ajeno” de nuevo a las órdenes del vizcaíno Oskar
Santos, firma la banda sonora de “El
sexto sentido” a la española. Sin llegar a la genialidad de sus grandes
obras, no se queda muy atrás y crea una delicada obra sinfónica.
Con
el lastre de “Alatriste” (Agustín
Díaz Yanes, 2006) -película que no consiguió dar todo lo que se esperaba de
ella, al menos no todo lo que se esperaba por su asignación económica-, llega a
nuestras pantallas “Lope” (Andrucha Waddington), que sin contar
con el presupuesto de la anterior -22 millones de la primera por 9 de la
segunda- no se diferencian mucho en su resultado final. E igual camino recorren
sus respectivos compositores, sólo que ellos salen mejor parados. Así, tanto
Roque Baños -del que ya hablaremos en otro momento- como Fernando Velázquez logran
firmar dos grandes obras.
Pero
como es el momento de Velázquez, digamos que en su caso vuelve a estar
brillante, dejándonos una obra muy emotiva y de gran belleza.
Continuando
en este productivo 2006, una vez más –y no será la última, como veremos a
continuación- compone para una cinta de terror: “Los ojos de Julia” (Guillem Morales). Cinta en la que
curiosamente repiten papeles protagonistas dos viejos conocidos: Belén Rueda (El Orfanato) y Lluis Homar (Bosque de sombras). Lejos de los cánones
de las composiciones de terror, nuestro joven autor realizará una hermosa
melodía de tonos románticos.
Y
para finalizar con este 2010, la nueva cinta de terror: “La trampa del mal” (John Erick Dowdle). Película
norteamericana en la que Velázquez saca su lado más ecléctico para dejarnos una
sinfonía que nos recuerda a ratos a Goldsmith, otros a Williams y mucho, mucho…
al gran Bernard Herrmann.
En
2012, tras algunos trabajos menores como la española “Cinco metros cuadrados” (Max
Lemcke, 2011) y la holandesa “Babycall” (Pål Sletaune, 2011), nos deja
con otra de sus mejores composiciones: “Lo imposible”. Y una vez más lo hace a las órdenes de
Juan Antonio Bayona, quien tras cinco años de espera, nos vuelve a sorprender
con este intenso drama basado en hechos reales.
Si
el film nos hace llorar a moco tendido, su banda sonora nos inflamará el
corazón, llevando el dramatismo de sus escenas a límites muy peligrosos para
todo aquel que no quiera perder la compostura en una sala de cine. Para ello Velázquez se transforma, y lo hace adoptando la piel de uno de los más grandes
en su etapa más sublime, Don Ennio Morricone. Así, su obra se hace poesía,
Fernando Velázquez se encumbra, y ya… nada volverá a ser lo mismo.
El
año en el que nos encontramos no está siendo nada malo para él, así, ha compuesto
la aceptable banda sonora del film apocalíptico de los hermanos Pastor (Alex y
David) “Los últimos días”. Película
en la que el joven Quim Gutiérrez y el actor que parece ser imprescindible
en las últimas producciones nacionales, el veterano José Coronado, las pasarán canutas en
su agorafobica odisea.
Pero
donde vuelve a demostrar su gran capacidad compositiva es nuevamente en el film
de terror “Mamá”, cinta canadiense del director
argentino Andrés Muschietti. En la que Velázquez vuelve a componer una
obra que sabe dar el lugar adecuado a
los momentos de terror, así como en los dramáticos e incluso en otros que
requerirán de melodías más complejas para las escenas en las que se humaniza al
monstruo, como aquellas en la que se nos muestra el amor que se profesan ella y
sus desvalidas criaturas; momentos en los que optará por generar el tan recurrente
ambiente gótico.
Terminaré mencionando su último estreno: “Zipi y Zape y el club de la canica”. Una vez más a las órdenes de Óskar Santos, nuestro compositor realiza un nuevo y logrado trabajo con el que acompañar a estos personajes que saltan del papel al celuloide y hacerlo en carne y hueso. Film de aventuras infantiles de la que Velázquez sabe sacar buen provecho para dejarnos con una banda sonora de gran intensidad y belleza y un tema principal bastante interesante.
Y para despedirme, una película que pinta bastante bien, ya que el género al que acompaña suelen dar mucha importancia a su acompañamiento musical y seguro que Fernando no nos defrauda. Se trata de la película británica de fantasía: “El secreto del cofre de Midas” (Jonathan Newman), aún pendiente de fecha de estreno.
Y para despedirme, una película que pinta bastante bien, ya que el género al que acompaña suelen dar mucha importancia a su acompañamiento musical y seguro que Fernando no nos defrauda. Se trata de la película británica de fantasía: “El secreto del cofre de Midas” (Jonathan Newman), aún pendiente de fecha de estreno.
Pues es todo de momento, aunque, con un autor tan prometedor tendré dejar el hilo abierto
a la espera de nuevos temas que añadir.
Espero
que haya sido de vuestro agrado.
Un
saludo.
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