Clint
Mansell
Clinton Darryl Mansell, Coventry (Reino Unido), 1963.
Pocos autores han logrado con tan poco hacer tanto. Y
lo que Mansell logra en su segunda banda sonora sólo está al alcance de unos
cuantos elegidos, como veremos algo más adelante.
Los inicios de Mansell estuvieron ligados a la música
comercial como líder y guitarrista de la banda de rock alternativo “Pop Will
Eat Itself”.
En 1998, tras la disolución de la banda, le debemos
agradecer a su amigo, el director norteamericano Darren Aranofsky –uno de los
directores que mejor ha sabido retratar las miserias humanas en los últimos
tiempos-, ser el responsable de atraerlo hacia el séptimo arte, cuando en
ese mismo año de 1998 le propone realizar la banda sonora de su primer largo: “Pi, fe en el caos".
Trabajo que, aunque pasó algo desapercibido para el
gran público, no fue así en los círculos de música electrónica, ambiente en el
que conseguiría muchos adeptos.
Lo cierto y verdad es, que nuestro autor consigue en
este primer trabajo -primero de los muchos que realizará con Aranofsky- crear
un entorno opresivo, muy acorde con el obsesivo y paranoide estado que va
adquiriendo el protagonista del film antes de llegar a su retorcida
escapatoria.
Película rodada en blanco y negro, con un presupuesto
algo más que modesto, pero que le valió a Aranofsky para hacerse con el premio
a mejor director del festival de cine independiente de Sundance.
No ocurrirá lo mismo con su segundo trabajo, de nuevo
junto a Aranofsky. En esta ocasión, aunque ambos realizan un memorable trabajo,
Mansell, consigue componer la que se ha convertido en toda una obra de culto.
Esto se hace posible gracias a un genial y sórdido
film que gira en torno a la dura temática sobre la adicción a las drogas: “Réquiem por un sueño” (2000).
Desgarrador relato sobre el deterioro de unos jóvenes
dedicados al trapicheo y consumo de drogas, y de... una
madre que nos debería haber servido de referente, pero que, refugiada en la
televisión, se le presenta la oportunidad de asistir a uno de sus
idolatrados programas televisivos, hecho que, sin ser muy consciente de ello,
le llevará a entrar en un círculo tan auto-destructivo como el de los jóvenes.
Aranofsky consigue hacer tal disección de sus personajes,
que ningún espectador logrará permanecer impasible ante el deterioro de sus
personajes y los acontecimientos a los que los va sometiendo. Si a ello le
sumamos las fantásticas interpretaciones por parte de los actores
protagonistas, tanto por el lado de los más jóvenes: Jared Leto y
Jennifer Connelly, como el de la veterana Ellen Burstyn -quien sería nominada
por este papel al Oscar y al Globo de Oro a mejor actriz y a mejor actriz de
reparto por el Círculo de Críticos de Nueva York-. Da como resultado esta gran
pero dura, muy dura película, que sería galardonada con la Espiga de Oro en la
Semici y considerada por la American Film Institute (AFI): como una de las Top
10 a Mejor película del año.
Pero vayamos con nuestro autor, ya que como comentábamos
anteriormente, consigue escribir una obra de tal magnitud que lograría
trascender al film para el que fue compuesto. Partitura que, en muy poco
tiempo, consigue labrarse tal popularidad, que la lleva a transformarse en obra
de culto.
Así, su tema “Lux Aeterna” logra convertirse en uno
de los más recurrentes de los últimos años. Tanto, que nacen nuevas versiones,
como la realizada por Simone Benyacar, Dan Nielsen y Veigar Margeirsson.
Remezcla compuesta para acompañar el tráiler de “El Señor de los Anillos:
las dos torres” en 2002. Para ella, se realizan algunos cambios como el
empleo de una orquesta completa y coros. Ocurriendo algo que llevará a cierta
confusión, ya que el tema sufre un cambio en su nominación, siendo renombrada a
“Requiem for a Tower”.
Otro gran problema que tiene es que, al ser un
arreglo sobre el tema original de Mansell, no obtiene la autorización
para su lanzamiento y venta.
Finalmente, en 2006, debido al éxito alcanzado y la presión
ejercida por su cada vez más numeroso grupo de fans, consigue obtener los
permisos para su publicación y se incluye en el álbum de la Corner Stone
Cues: “Requiem for a tower”, en el que junto a los arreglos y remezclas
del “Lux Aeterna” de Mansell, se incorporan algunas nuevas
melodías realizadas por los autores
anteriormente citados, temas de un fuerte componente épico que sirven
para dar un poco de contenido al álbum y acompañar a las versiones.
Lo cierto es, que ambas, remezclas y original, se convertirían
en todo un fenómeno de masas, siendo empleadas en otras muchas ocasiones, tanto
para nuevos tráileres: “Sunshine”, “El Código Da Vinci” o “Soy
leyenda”,… así como para la promoción de la Ryder Cup de 2006, spots
publicitarios, incluso apareciendo en videojuegos como el "Total Miner:
Forge" o el “Assassin's Creed”, entre otros.
Tras el fenómeno experimentado con su segunda banda
sonora, todo hacía predecir que el camino como compositor de música de cine se
le podría poner muy cuesta arriba, ya que había logrado colocar el listón
bastante alto, lo que a la hora de conseguir, no solo superar, sino igualar la
gesta, le exigiría realizar una obra de unas características excepcionales.
Aunque es cierto, que tanta presión también le dejaba
el reconocimiento alcanzado, algo que le serviría para ir sin prisas, mientras
se le abrían nuevas puertas que le permitieran poder seguir experimentando en
esta bella disciplina, y, cómo no, tentar la suerte, por si le daba la
oportunidad de realizar otro nuevo gran éxito.
Mansell, aprovecha este impasse, para realizar algunas
composiciones en películas de diversos géneros, con las que irá adquiriendo
confianza y experiencia. Es cierto, que aunque realiza algunos scores de nivel
aceptable, no consigue con ninguna de ellas llegar a acercarse a los niveles de
popularidad del “Lux Aeterna”.
Aun así, deja buena muestra de su capacidad
compositiva en obras como: El film de terror “The Hole” (Nick Hamm, 2001), en la que mantiene su pulso con la
música electrónica. La cinta de aventuras “Sahara” (Breck Eisner, 2005), en
la que nos sorprende con un estilo más ortodoxo. O la trepidante banda sonora
del thriller “Ases calientes” (Joe Carnahan, 2006) y su
acústica composición.
Pero, es una vez más de la mano de Aranofsky con quien
consigue componer su segunda gran obra, en esta ocasión con el film: “La fuente de la vida” (2006).
Si el director nos dejaba con los ánimos por los
suelos pero con la sensación de haber visto una gran
película en “Réquiem por un sueño”. En esta, trasciende hasta el plano
metafísico para perderse en un pretencioso film de amor intemporal, donde suple
la calidad argumental con la desbordante visualidad de sus imágenes y el gran
trabajo de nuestro autor.
Mansell, compone para ella una obra minimalista de
gran belleza, en la que nuestro autor, aprovecha para profundizar en la
desesperanza del protagonista, sumido en una carrera intemporal en pos de la
poción que salve a su amada.
Banda sonora que le valdría la nominación al Globo de
Oro y al Chicago Film Critics.
2008 será el momento de un pequeño cambio de registro,
ya que en este año compone para la cinta romántica “Definitivamente, quizás” (Adam Brooks, 2008). Sencilla y fresca composición
de tonos pastel para esta sensiblera comedia.
Un año más tarde nos deja con una fantástica y efectiva composición. Si el film consigue dejarnos un grato e inquietante
recuerdo, gran parte de la culpa la tiene su banda sonora, la cual logra
incidir en todos los aspectos destacables de la película: “Moon” (Duncan Jones, 2009).
Thirller psicológico de ciencia ficción, que se desarrolla en el aséptico
ambiente de una plataforma lunar.
Con un sobrio tratamiento por parte del director,
quien sutilmente nos va descubriendo los detalles del anunciado desenlace.
Mansell hace lo propio y redunda en el buen hacer del director, creando una
atmósfera en la que, tal como le ocurre a nuestro solitario protagonista,
transportar al espectador desde un estado de angustiosa intranquilidad al de
redención.
2010 será un buen año, ya que en él nos brinda con dos
estupendas bandas sonoras. Por un lado la minimalista obra del drama romántico
“Sólo una noche” (Massy Tadjedin), una suave
composición de tonos melancólicos son los elegidos por nuestro autor para
acompañar a este film de amor, engaños y celos.
En contraposición tenemos la nueva obra de Aranofsky,
“Cisne negro”. Aunque la composición
gire en torno a la obra de Tchaikovski “El lago de los cisnes”, Mansell
consigue crear una atmósfera perturbadora en torno a la frágil personalidad del
papel protagonista, personaje interpretado por una estupenda Natalie Portman.
Quien lograría el Oscar, Globo de Oro, BAFTA e Independent Spirit Awards
a mejor actriz por su gran interpretación.
Aranofsky vuelve a hacer lo que mejor sabe hacer,
destriparnos la mente de personajes complejos, de tal forma, que se nos hace
difícil discernir entre realidad y ficción. Y Mansell hace lo que solicita su
director, aupar hasta donde ni las mejores interpretaciones llegan, componiendo
una potente obra llena de matices, tomando como partida la gran obra de
Tchaikovski, la cual siempre es un gusto escuchar, aunque sólo sean algunos
retazos de ella.
En 2012 realiza una incursión en el nuevo campo abierto por los videojuegos y compone la banda sonora para la saga Mass Effect, concretamente para la "Mass Effect 3". Juego de rol futurista de gráficos sorprendentes, donde nos deja un emotivo y melancólico tema principal en el que vuelve a hacer uso de la música electrónica.
En 2012 realiza una incursión en el nuevo campo abierto por los videojuegos y compone la banda sonora para la saga Mass Effect, concretamente para la "Mass Effect 3". Juego de rol futurista de gráficos sorprendentes, donde nos deja un emotivo y melancólico tema principal en el que vuelve a hacer uso de la música electrónica.
Finalizaremos con un estreno reciente “Stoker”
(2013) primera película en los Estados Unidos del director coreano Park
Chan-wook. Autor de la célebre y violenta “Trilogía de la venganza”.
Quien parece no haber dejado a nadie indiferente en esta primera incursión en
el cine USA, aunque a aquellos que ya conocíamos algo de su obra no nos
sorprenderá tanto.
Mansell, alterna de nuevo melodías electrónicas y sinfónicas para
crear una atmósfera de misterioso desasosiego, todo ello sin dejar atrás su
componente más lírico.
Y de momento es todo, aunque pronto tendremos dos
nuevos estrenos en los que interviene nuestro compositor “Filth” (Jon S.
Baird, 2013) y la nueva obra de Aranofsky, en la que, en esta ocasión, tratará sobre el famoso personaje bíblico: “Noé” (2014).
Espero que haya sido de vuestro agrado.
Un saludo.
Lo que agradezco de esta entrada es la descripción respecto a las versiones y autores del tema LUX AETERNA. Este inspiradísimo tema es tremendamente poderoso, a mí me entra por los poros, me llega al alma. Y con sus diferentes versiones ha sido usado y amoldado a variados trabajos.
ResponderEliminarPor ejemplo, sé de un diseñador gráfico que por indicación del valenciano servidor que escribe estas líneas utilizó Lux Aeterna para animar un pequeño video demostrativo del Santísima Trinidad, una animación en 3D del famoso navío.
El tema tiene una fuerza extraordinaria. Sabiamente utilizado se amolda como anillo al dedo en El Señor de los Anillos, valga la redundancia. Y a otras composiciones variadas, como dije. Conozco un video donde la música ---si no me equivoco es la versión de Requiem por un sueño--- combina maravillosamente con las imágenes, video que ruego al autor de este blog tenga la bondad de echar un vistazo y lo escuche de principio a fin, son unos pocos minutos, comprobando lo bien hecha que está la combinación de imágenes y música reforzando el ritmo de ambas. Un pedazo de montaje. Este es el video:
http://www.youtube.com/watch?v=KyH49papMU4
Un saludo
Ahora comprendo su afición al "Réquiem for a Tower".
ResponderEliminarY es más que comprensible,ya que consigue combinar dos elementos de gran emotividad para nuestro amigo Romero Landa. Por un lado, sus recuerdos como buen lorquino. Y por otro, la versión más épica del "Lux Aeterna", versión dulcificada y enfatizada con orquesta y coro.
Como bien dice, y podemos comprobar, el "Lux Aeterna" se ha convertido en todo un clásico, siendo empleado para los más variopintos acompañamientos, he aquí dos claros y dispares ejemplos como los que nos trae nuestro amigo:
- En una singular versión 3D del navío español más majestuoso que haya surcado jamás los mares.
- Y La espectacular Semana Santa lorquina.
Es cierto, que por sus características, las versiones del "Réquiem for a Tower" han tenido mejor acogida que la original de Clint Mansell, algo más dura -recordemos que el film al que acompañaba era de una gran dureza, y el autor, logra con su melodía acentuar los demonios internos de los personajes-, mientras que las remezclas dan un tono más épico gracias al uso del coro y orquesta, de ahí su mayor éxito.
Me alegra saber, que aparte de conocer este gran tema, sabe darle el lugar que se merece.
Un saludo.