James
Newton Howard
1951, Los Ángeles (Estados Unidos).
Hoy hablaremos de otro
de los grandes y consagrados maestros de la composición para obras del séptimo
arte de los últimos treinta años.
Sus inicios
estuvieron ligados a la música comercial, tocando en bandas de de diversos estilos como el pop y el rock, llegando
a ser, durante la década de los 70 y principios de los 80, teclista del mismísimo
Elton John. No siendo hasta la segunda mitad de los 80 cuando comienza su
relación con el cine. El film agraciado para tan magno evento recaería sobre la ligera comedia norteamericana “Head Office” (Ken Finkleman, 1985).
Es a partir de ese
momento cuando se centra en esta disciplina, con la que ha llegado a acumular algo
más de 140 composiciones entre cine y televisión.
James Newton Howard es
un autor que ha destacado por sus bandas sonoras para filmes románticos, y
aunque suene bastante antagónico, los de aventuras épicas. Presentando en esta
última variedad, cierto paralelismo con la obra de otro grande de los últimos
tiempos, el alemán Hans Zimmer, con quien incluso ha llegado a colaborar en un
par de ocasiones. Ya que ambos, realizarían la composición de las dos primeras entregas
del director británico Christopher Nolan, para la saga del superhéroe nocturno: Batman.
Ello no quiere decir
que sólo haya realizado bandas sonoras para filmes de temática antes mencionada, sino que compone melodías para otros géneros con los que también ha cosechado un
merecido reconocimiento. Y sobre todo, por su vínculo con el director indio M.
Night Shyamalan, con quien mantiene una prolífica relación iniciada en 1999
con “El sexto sentido”, para, desde ese momento, firmar todas las bandas sonoras hasta la fecha.
Aunque se trata de un
autor con una gran reputación y varias nominaciones a premios de gran prestigio
a sus espaldas, es poseedor de pocos galardones. Tan solo un Grammy compartido
con Hans Zimmer por “El Caballero Oscuro”
en 2008.
Como ocurre en casi
todos los compositores vistos hasta el momento, nuestro autor ha ido
experimentando un cambio en su estilo compositivo desde sus inicios hasta la
actualidad, girando desde las melodías electrónicas de sus comienzos, hacia
otras más sinfónicas y elaboradas en la actualidad.
Una vez hecha esta
pequeña introducción, pasaremos a ver lo más destacado de la obra de este autor.
Lamento decir una vez más –como ya ha ocurrido con otros compositores tratados
anteriormente- que siendo la obra de este autor tan extensa y notoria, me
centraré en aquellas más relevantes o curiosas, para no hacer demasiado extenso
el hilo. Para todo aquel que tenga interés en conocer más sobre su obra, dejaré
un enlace al final de este, donde podrá escuchar alguna otra melodía no vista
aquí.
Aunque como hemos
comentado anteriormente iniciaría su carrera como compositor de bandas sonoras a
mediados de los 80, nosotros, nos iremos hasta la década de los 90. Y el film
elegido para empezar la andadura será, la cinta de ficción y suspense: “Línea mortal”
(Joel Schumacher, 1990). Donde, aparte de la banda sonora, si hay algo más que destacar,
es el reparto. Compuesto por un nutrido ramillete de entonces jóvenes
prometedores del cartel norteamericano: Kiefer Sutherland, Julia Roberts, Kevin
Bacon,….
En cuanto a la obra de
nuestro autor. No sé quién se sirvió de quien, pero la banda sonora presenta
cierta similitud con la fantástica obra de Danny Elfman del mismo año: “Eduardo Manostijeras”. No en la Melodía en sí, que es bastante diferente, sino en los recursos usados para ella. Lo cierto es, que mientras Howard era la primera vez que utilizaba esta fórmula compositiva,
Elfman, era ya todo un maestro en generar este tipo de atmosferas
mágico-tétricas, potenciadas por el uso de sus recurrentes voces corales; sello
indiscutible y necesario en los filmes de Tim Burton.
Si a esto le añadimos
que, unas de las cualidades más destacadas de James Newton Howard sea la
facilidad a la hora de realizar trabajos rápidos, siendo uno de los autores más
solicitados a la hora de realizar bandas sonoras de última hora. Todo parece
indicar, que fuera Howard quien se valiera de la genialidad de Elfman, sin que
esto haga desmerecer la gran composición realizada por nuestro autor de hoy.
Aunque, realmente fuera otra película la que le trajo
el deseado reconocimiento, lo que no estoy seguro es… si realmente sería el
deseado: “Pretty Woman” (Garry
Marshall, 1990). Ya que, además de que su música pasa casi desapercibida en el
film, en favor de las canciones que la acompañaban, y más concretamente el tema
de Roy Orbison "Oh, Pretty Woman".
Esta banda sonora, estuvo a un tris de encasillarlo como autor de películas
románticas. Obteniendo el colofón un año más tarde, con la nominación al Oscar a
mejor banda sonora original por “El príncipe de las mareas” (Barbra Streisand, 1991).
Pero al igual que
otros compositores, logró zafarse de esta pesada carga a tiempo. -No es que
considere que sus composiciones románticas sean malas, sino que pienso, que un
excesivo encasillamiento nos hubiera privado de apreciar otros trabajos realizados para diferentes
géneros cinematográficos-.
Así, en 1993, nos deja
la gran partitura que acompaña a la dramática experiencia vivida por el equipo de
la selección uruguaya de rugby en los Andes, en: “¡Viven!”
(Frank Marshall).
Tras esta, nos iremos a
1995, momento en el que compondrá dos obras muy diferentes. La primera, con el
estilo propio de los filmes de aventuras épicas, para la que fuera la
superproducción más cara hasta ese momento: “Waterworld” (Kevin Reynolds).
Ni mejor ni peor que
otras grandes superproducciones de sociedades pos-apocalípticas, la crítica
norteamericana le dio por ella y tiró por tierra la producción de la Universal.
Película donde, con un
sonido de aventuras clásico, nuestro compositor nos recuerda a grandes genios como Goldsmith. Y en la que podemos destacar temas tan emotivos como este bello “Swimming”.
El segundo, muy lejos
de lo que hemos visto hasta ahora, nos sorprende con esta hermosa y singular obra
sinfónica de corte barroco, muy acorde con el film de época al que acompaña “Restauración”
(Michael Hoffmann).
En otra de sus
nominaciones al Oscar -a mejor banda sonora comedia o musical-, tenemos la melodía
de la comedia romántica “La boda de mi mejor amigo” (P.J. Hogan, 1997). Newton Howard vuelve a componer para el género
que lo popularizó, creando una partitura sutil y sensiblera muy al gusto de los
patrones hollywoodienses.
Lejos de la anterior,
aunque se trate de una nueva película romántica, nos deja la banda sonora con
la que optaría al Satellite: “Mientras nieva sobre los cedros” (Scott Hicks, 1999). En esta ocasión, el autor se libra de los tonos
pastel para crear una potente y dramática obra lírica. Partitura, en la que un
solitario chelo, nos sumerge en un emotivo estado de aflicción del que nos
sacan las entradas de percusión y las voces corales.
Pero este año nos trae
algo más que agradecer, ya que en 1999 se produce la primera colaboración con
el director indio M. Night Shyamalan, estableciendo un vínculo que se prolongará hasta nuestros
días.
El film en cuestión es
la exitosa cinta de terror: “El sexto sentido”.
Con un trabajo que, no siendo la mejor composición de Howard para Shyamalan,
cumple de sobra con el cometido asignado.
En el año 2000 iniciará
una nueva relación laboral, sólo que en esta ocasión es con una de las empresas
más importantes del mundo del cine, la Disney. La cual, en un primer momento,
dio lugar a tres trabajos en tres años consecutivos. Aunque se traten de tres películas
menores de animación de la factoría.
En la primera, Howard
deja un memorable trabajo en: “Dinosaurio”
(Eric Leighton y Ralph Zondag, 2000).
El segundo, un año
después con “Atlantis, el imperio perdido” (Gary Trousdale y Kirk Wise,
2001). Película de aventuras fantásticas, nuestro autor realiza una bella
partitura de corte místico-épico.
Y el tercer año
(2002): “El planeta del tesoro” (John Musker y Ron Clements). Con una bella y potente banda sonora,
para esta versión futurista de la obra de Robert Louis Stevenson: "La isla del tesoro".
También en 2002
compondría para la nueva película de Shyamalan: “Señales”. Nueva creación en la que combina temas de suspense con
otros más emotivos como este: “Hand of Fate Part 2”.
En 2003, y continuando
con su buena racha, nos dejará otra gran melodía, la que acompañará al eterno
infante Peter Pan, en “Peter Pan. La gran aventura” (P.J. Hogan).
Deliciosa banda
sonora, en la que se mezclan temas mágicos, románticos y épicos de gran
belleza.
Así llegamos al año
2004, año en el que compone la que para mí es su obra más lograda y
posiblemente también la del director al que acompaña, M. Night Shyamalan: “El bosque”.
Si el director logra
dejarnos pegados al asiento durante toda la proyección con este estético drama
de terror y su sorprendente final. Nuestro autor nos embelesa con su melodía, realizando
un magnífico trabajo con el que logra enfatizar tanto en lo idílico como en lo
tenebroso.
Lástima que su trabajo
no se viera recompensado y se tuviera que conformar, tan sólo, con la
nominación al Oscar.
En 2006 vuelven a
repetir, sólo que con desigual resultado. Mientras el director divaga en una
historia insulsa y algo ñoña. El compositor vuelve a brillar, sólo que en esta
ocasión, no con la misma fuerza. Aun así nos deja con una obra de gran calidad para
este cuento mágico de ninfas: “La joven del agua”.
2008 será el turno
para el drama bélico “Resistencia”
(Edward Zwick). Film en el que el duro del momento, Daniel Craig (“Skyfall”), se verá convertido en un guerrillero
judío que lucha por salvar a sus correligionarios de las garras del nacismo.
Howard compone una
hermosa partitura dramática que optará al Oscar y Globo de Oro a mejor banda sonora.
Pasamos a 2010, donde
nos encontramos con un M. Night Shyamalan mucho más comercial intentando
recuperar el prestigio perdido tras sus recientes fracasos. En esta ocasión,
con una cinta fantástica sobre guerreros mágicos: “Airbender, el último guerrero”.
Pero nada más lejos de
la realidad. Aunque la película cuenta con una buena dosis de efectos
especiales y una fotografía brillante, el film no da para mucho, y él mismo, se
acaba cavando su propia tumba. Lamentablemente, se verá arrastrado con ella
nuestro autor, quien, una vez más, sí consigue dejar un trabajo de gran
calidad, componiendo una partitura épica muy solvente.
En 2012, con un James
Newton Howard en la cresta de la ola, compone para dos películas de previsible
éxito comercial. Por un lado, la entretenida versión de una Blancanieves que
nos muestra su lado más guerrero: “Blancanieves y la leyenda del cazador” (Rupert Sanders). Revoltijo de películas del género fantástico, una mezcla entre “Willow” y “El señor de los anillos”, para la que
nuestro compositor realiza una épica banda sonora con un tema principal muy
destacable.
Por otro lado, tenemos
-una vez finalizada la saga "Crepúsculo"- la nueva serie destinada al público
juvenil: “Los juegos del hambre” (Gary Ross). Donde Newton Howard sustituye a última hora a Danny Elfman quien por problemas de agenda no podía hacerse cargo de la composición. Nada de esto importa mucho, ya que Howard vuelve a estar muy acertado, en
esta ocasión, optando por temas de corte dramático en favor de otros más épicos…
todo un acierto.
Si en 2012 sustituía a Danny Elfman para componer la saga comenzada ese año ("Los juegos del hambre"), saga en la que volvería a trabajar en 2013, en 2014 y lo hará en 2015 en: "Los juegos del hambre: Sinsajo. Parte 2" y también realizaba la melodía de otra de esas curiosas adaptaciones sobre cuentos populares en la que se embarcó cuando escribía la partitura para la particular Blancanieves. En 2014 lo combinaba todo y dejaba para la nueva versión de La bella durmiente: "Maléfica" (Robert Stromberg, 2014) una banda sonora de corte elfmanesco, en los que el autor genera con gran solvencia los ambientes góticos que tanto gustan al compositor de Tim Burton.
Si en 2012 sustituía a Danny Elfman para componer la saga comenzada ese año ("Los juegos del hambre"), saga en la que volvería a trabajar en 2013, en 2014 y lo hará en 2015 en: "Los juegos del hambre: Sinsajo. Parte 2" y también realizaba la melodía de otra de esas curiosas adaptaciones sobre cuentos populares en la que se embarcó cuando escribía la partitura para la particular Blancanieves. En 2014 lo combinaba todo y dejaba para la nueva versión de La bella durmiente: "Maléfica" (Robert Stromberg, 2014) una banda sonora de corte elfmanesco, en los que el autor genera con gran solvencia los ambientes góticos que tanto gustan al compositor de Tim Burton.
Espero que haya sido
de vuestro agrado.
Un saludo.
Pues si este músico está especializado en composiciones para filmes románticos poco tengo que decir. Suelo huir de ese tipo de cine. No me va el acaramelamiento. Ni el almíbar.
ResponderEliminarClaro que, a decir verdad, en su otra vertiente de compositor, aventuras épicas, tampoco estoy muy ducho.
Pero todo esto es normal en mí, que no soy muy cinéfilo.
De lo poco que he visto que se nombra aquí está la película ¡Viven!, que no es ni romántica ni de aventura épica, sino dramática y de recreación de hechos reales.
Un saludo, Rolando.
Bueno, como ya sabrá, a mí tampoco me tira especialmente este género, y menos si es el romántico sensiblero holiwoodiense. Aunque he de reconocerle que, algunos de sus acompañamientos musicales son muy bellos. Especialmente me agrada el del film "Mientras nieva sobre los cedros", el cual le recomiendo escuchar cuando tenga algo de tiempo, o mientras escribe sobre el Sr. de Lezo.
ResponderEliminarLo que me ha llamado la atención es, que no haya visto ninguna de las de Shyamalan ¿de verdad? ¿ninguna? ¿cómo es posible? eso no puede seguir así, de modo que vaya al videoclub más cercano y alquile una de las suyas, le recomiendo "El bosque"... creo que se llevará una grata sorpresa.
Gracias una vez más por su incondicional apoyo.
Un saludo.