jueves, 2 de mayo de 2013

Javier Navarrete (Compositor)


Javier Navarrete

Teruel (España), 1956.

Al igual que su paisano, el maestro Antón García Abril, este turolense tras marchar joven a Barcelona (19 años) y un breve escarceo con la música electrónica, decide dar el salto y probar suerte componiendo para el Séptimo Arte; donde no le ha ido muy mal hasta el momento.
Si decíamos en el apartado dedicado a nuestro compositor más laureado, el Sr. Alberto Iglesias, haber sido el primer español en conseguir una nominación para el Oscar a mejor banda sonora original, allá por el año 2005 (“El jardinero fiel”). Navarrete, tan sólo un año más tarde (2006), sería nominado al mismo galardón por la banda sonora del drama fantástico: “El laberinto del Fauno”, del mexicano Guillermo del Toro.

Aunque con una trayectoria algo desigual, Navarrete nos ha dejado grandes y variadas composiciones que le han servido para labrarse un futuro prometedor tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
Trabajos, que han ido muy ligados al cine de terror, y en los que Navarrete, ha demostrado desenvolverse con magistral soltura. Creando un peculiar estilo en el que combina ritmos típicos de este género con otros que transitan desde una ligera atmósfera dramática hacia el suspense psicológico de Herrmann; e incluso, llegando a emplear algún que otro curioso arreglo sobre piezas de compositores muy alejados de este turbador género, con el que, sorprendentemente, Navarrete consigue dar ese toque sobrecogedor que le caracteriza y que tan necesarios son en los filmes de terror. Algo que podremos observar más adelante.

Como suele ocurrir en estos casos, no todo es terror en la obra de este emblemático autor. Así, con desigual fortuna ha compuesto para otros géneros cinematográficos. Pero no nos adelantaremos, ya que todo será tratado a su debido tiempo.

En cuanto al palmarés de nuestro compositor. Decir que es poseedor de un Emmy y un Ariel de la academia mexicana, además de las nominaciones al Oscar, Goya y Grammy.

Una vez puestos en situación, comenzaremos a desarrollar el trabajo realizado por nuestro autor.

Javier Navarrete inicia su carrera en la segunda mitad de los años ochenta, componiendo melodías para series de televisión y cortos. Con una temprana relación con el cine de terror, ya en 1987 componía la banda sonora del film “Tras el cristal”, del director Agustí Villaronga.
Las décadas de los 80 y 90, pasan sin pena ni gloria, acompañando películas de poca trascendencia, pero con las que Navarrete va fraguando su particular estilo personal, como podemos observar en el film “99.9 La frecuencia del terror”; de nuevo a las órdenes de Agustí Villaronga, sólo que diez años más tarde (1997).

Pero el espaldarazo definitivo vendrá a cargo del mexicano Guillermo del Toro y su primera colaboración juntos en: “El espinazo del diablo”. Aunque todo esto ocurría ya metidos en el nuevo milenio (2001).
Con este film vuelve a demostrar su valía para este complicado género, lo que sumado a la gran obra del ya consagrado director mexicano, le reportará cierta notoriedad fuera de nuestras fronteras.
Para el acompañamiento musical de la película, el compositor opta por una partitura de carácter dramático a la que imprime cierto aire de misterio, temas que nos recuerdan en muchos momentos a las composiciones de su amigo y antiguo compañero de liza, Alberto Iglesias, y por ende, al maestro Herrmann.

El año 2002 será el momento de acompañar al angustioso film de ciencia ficción “Stranded, náufragos” (María Lindón, “Luna”).
En un país donde no estamos acostumbrados a producir películas de viajes interplanetarios. La directora valenciana se arriesgará con este thriller espacial, muy alejado de los estereotipos de aventuras intergalácticas made in USA. Realizando un thriller donde toda la tensión recae sobre aspectos psicológicos. Algo que logra hacer de manera coherente, pero que conllevaría al alejamiento del gran público, ya de por sí lastrado al tratarse de un film de facturación nacional. Aun así, he de decir, que consigue una película de interesante visionado, aunque, ciertamente, aporta poco o nada nuevo.
Nuestro autor, opta por una composición plana que acentúa la soledad y desesperanza de los protagonistas.

Antes de su gran éxito compondrá dos bandas sonoras más. La primera, en la que mantiene su logrado estilo para filmes de terror: “Trece campanadas” (Xavier Villaverde, 2003). Y una segunda, muy diferente, para un film que no quiero clasificar: “La Máquina de Bailar” (Oscar Aibar, 2006).
Afortunadamente, ese mismo año de 2006, llegaría la gran composición para la mágica, estética y… dramática: “El laberinto del fauno”. Película en la que Guillermo del Toro nos vuelve a dejar con el corazón en un puño y en la que pudimos ver grandes interpretaciones a cargo de una joven, y poco conocida, Ivana Baquero, y de dos consagrados veteranos de la escena nacional como Sergi López y Maribel Verdú.
Nuestro autor no será menos, dejándonos una bella obra de corte dramático, en la que combina sobriamente tonos oníricos con otros dramáticos muy emotivos. Creando una partitura con la que, ni en sus momentos más brillantes, nos deja vislumbrar un atisbo de ventura. Con ella, encierra a la protagonista en un círculo sin salida… un laberinto… con el que hace consciente al espectador, que por más bifurcaciones que encuentre la joven… nunca logrará salir de él.
Queda patente que nuestro autor logra acertar plenamente en su objetivo, al  verse recompensado con el premio de la academia mexicana (Ariel), además de las nominaciones al Oscar, Goya y Grammy por este interesante trabajo. Consiguiendo de esta manera, convertirse en el segundo compositor nacional en lograr la prestigiosa nominación de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas norteamericana. 
Con lo que nuestro país, en tan sólo dos años, pasaba, de no haber tenido ningún compositor nominado al Oscar a mejor banda sonora original en todos los años precedentes... a tener dos. Hecho que, Alberto Iglesias, se ha ido encargando de ampliar en años posteriores y esperemos que alguno más se añada a la, hasta el momento, corta lista.

Como cabía esperar, el éxito alcanzado con “El laberinto del fauno”, le abriría puertas en el extranjero. Y así, en 2007, compone para el film de nuestro país vecino la sencilla y alegre melodía en la comedia: “Su majestad Minor”.
Y aunque mantendría por un tiempo su relación con nuestro país, colaborando una vez más con la directora valenciana, Luna –directora a la que ha compuesto las bandas sonoras de sus tres filmes–.Y en esta ocasión,  haciéndolo en el género en el que mejor se ha desenvuelto nuestro autor, el de terror. Así, escribe el score que acompañará al tercero de los filmes de la directora:  “Moscow Zero”. 
Una vez más, como es común en ella, Luna se acompaña de un reparto internacional: Val Kilmer, Vincent Gallo, Joaquim de Almeida y Oksana Akinshina. Pero, esta vez sí lamento decir queni con esas, obtendría buenos resultados ni de público, ni de crítica.
A partir de aquí, nuestro autor despegaría de nuestro país para afianzarse fuera de nuestras fronteras. Y, de momento... no volver.

De esta manera llegamos a una cinta que tiene algo muy singular. No es que destaque especialmente el trabajo de nuestro autor, pero sí presenta cierto dato curioso que me gustaría compartir con vosotros, se trata del film estadounidense “Reflejos” (Alexandre Aja, 2008). Tema, el cual me gustaría que escucharais antes de leer lo que escribo a continuación.
Bien... ¿ya lo hemos hecho?... Pues sí, efectivamente, se trata de Albéniz. Suite española Op. 47, y más concretamente, la pieza: Asturias. A la que, Navarrete, hace algunas adaptaciones y arreglos e incorporará como tema principal al film de terror.
No sé, si lo hace por añoranza a nuestra tierra, por dar a conocer la obra de nuestros grandes maestros, o porqué. Lo cierto es, que me llamó la atención ver convertida la maravillosa obra de Albéniz en el tema principal de una obra, nada menos, que de terror, y dicho descubrimiento quería compartirlo con vosotros.
También de 2008 son dos nuevas bandas sonoras, que, afortunadamente en esta ocasión, no se trataron de cintas de terror.
La primera, la británica: “Corazón de tinta” (Iain Softley). Típica historia de aventuras fantásticas destinada al público juvenil, para la que Navarrete realiza un notable trabajo de aires mágico-épicos.
El segundo, el melodrama “Luciérnagas en el jardín” (Dennis Lee), que aunque contara con un reparto de lujo: Willem Dafoe, Emily Watson, Julia Roberts o Carrie-Anne Moss, se acabó quedando tan sólo en eso.
En cuanto a la bella obra creada por Navarrete, lamentablemente, esta sería reemplazada por otra de Jane Antonia Cornish para su distribución en Norteamérica, un hecho que, sin ser el primer compositor que lo sufre, no deja de ser lamentable.

2010 nos trae una de las bandas sonoras que más me llega a sorprender que haya sido compuesta por nuestro Javier Navarrete. Lo que a su vez demuestra, cuán versátil puede llegar a ser nuestro compositor cuando se lo requiere: “El camino del guerrero” (Sngmoo Lee).
En este híbrido de géneros tan distantes y a la vez tan parecidos como son: el western y el wuxia, surge un ecléctico Navarrete, para crear una difícil y brillante banda sonora en la que combina melodías de ambos géneros y culturas. Navarrete no sólo logra mezclar sonidos tan distantes y dispares sin caer en estridencias para dejarnos con esta bella y compleja composición, sino que hay momentos en los que nos recuerda a la etapa spaghetti western de Don Ennio Morricone, sólo que con un aire más sinfónico.

En 2012 nos encontramos al Navarrete más épico, tanto es así, que parece transformarse en el propio Zimmer... o alguno de sus discípulos. Pero lo cierto es, que hace lo que se espera de él; realizando una memorable composición de gran fuerza y ritmo que le viene como un guante al film que acompaña. Me refiero a la secuela de “Furia de Titanes” (Louis Leterrier, 2010):  “Ira de Titanes” (Jonathan Liebesman).
Si el compositor de la primera, el discípulo de Zimmer, el también germano Ramin Djawadi (Juego de tronos), nos dejaba una de esas partituras épicas a las que nos tiene acostumbrado su mentor y la Media Ventures. Navarrete no se queda atrás, e imprime un ritmo al que no nos tenía acostumbrados, y que a la vez que nos sorprende, nos agrada.
Ese mismo año de 2012, nos dejará otra gran banda sonora. La del telefilm por el que conseguiría el Emmy: “Hemingway & Gellhorn” (Philip Kaufman). Historia que narra el romance y los cinco posteriores años de matrimonio (1940-1945), entre el escritor y la corresponsal de guerra. Relación que daría lugar a la obra sobre la Guerra Civil Española: “Por quién doblan las campanas”.
Es por ello que, Navarrete, aplique a la banda sonora algunos temas de aire español como este “The joy of irrigation” con tonos de pasodoble, así como otros de marcado carácter dramático.

Para terminar, comentar que nuestro autor ha seguido bastante activo, pero muy alejado de nuestra tierra. Así, sus últimos proyectos han sido la cinta británica sobre vampiros: “Byzantium” (Neil Jordan, 2012), a la que pertenece este fantástico tema "Whore".

Por lo que vemos, parece ser que, sin llegar a despegarse del sambenito de compositor de obras de terror, nuestro autor empieza a tener una buena reputación dentro del difícil campo de la aventura épica. género muy complicado ya que cuenta con grandes y veteranos compositores, y en el que, para colmo, la potente factoría zimmeriana (la Remote Control Producction, antes Media Ventures) parece tener copado el mercado.

Pues, es todo por el momento, espero que haya sido de vuestro agrado.

Un saludo.

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