Once upon a time in the west


El Western

Hoy me gustaría hablar de la música que nos acercó al “Lejano Oeste” o  “Far West” para aquellos seres instruidos que sepan idiomas, entre quienes no me incluiré.
Al igual que ocurre con el cine bélico, el Western ha sido llevado al celuloide en un gran número de ocasiones y por diversos directores, los cuales han  tratado el tema desde diferentes puntos de vista... lo que fue, lo que debería haber sido, o incluso, reinventándose lo que dio de sí la entrada del contingente europeo en el Lejano Oeste Americano. Hecho que da como consecuencia que podamos encontrarnos un poco de todo en este género, desde musicales, ciencia ficción,...  hasta algo de cine gore... increíble pero cierto.

Aunque en un principio su temática principal giró en torno a los film de “Cagajones”, con argumentos que trataban sobre la colonización del Oeste y la lucha con las tribus locales por hacerse con el control de las tierras. Todo ello, con mucho galopar de caballos, vacas, bisontes,... animales todos con cierta tendencia a dejar su presencia escatológica. Y normalmente, tratado desde el punto de vista del “hombre blanco”, salvo honrosas excepciones, como esos extraños casos de filmes del tipo “Un hombre llamado Caballo”,  ”Pequeño gran hombre” o “Bailando con lobos”, donde puntualmente “hombre blanco” consigue ponerse en el pellejo de los “pieles rojas”, o al menos, hacernos ver la historia desde su perspectiva.

También tenemos otra temática recurrente, "Los pistoleros solitarios". Películas donde los colonos, una vez asentados en granjas, villorrios o ciudades, dejan de ser asesinados por los nativos para ser masacrados por forasteros, que a su vez, son ajusticiados por otros forasteros de buen corazón.

Pero como el tema que me trae no es hablar de películas sino de música, trataremos algunas de las composiciones más destacables que se han realizado en este género. Bien porque destaque en belleza, singularidad o por el impacto que generaron en la sociedad tras su estreno, aunque muchas de ellas engloben todo lo dicho anteriormente. Así, haremos un repaso cronológico por fecha de aparición en pantalla. 
Aclarar que, aunque no pondré todas las que son, sí pondré algunas de las que más me han gustado o más originales me han resultado.

No es que quiera mantenerme alejado del sinfonismo clásico de los padres de la música de cine. Aquellos que dieron vida con sus melodías a las películas de finales de los lejanos años 20 y, sobre todo, años 30 y 40, para terminar de manera brusca antes de que finalizara la década de los 50. Esos mismos que con su estilo tardorromántico dieron los primeros compases a las películas del cine sonoro y esos mismos que dieron paso más tarde al sinfonismo autorreferencial de Williams, Horner o Poledouris. Pero, pienso, que este periodo necesitaría de un apartado específico para el solo, por lo que me limitaré a dejar una breve muestra de lo que dio aquel primer y productivo periodo, en el que, El Western, tuvo un papel protagonista.
Así, hablar de sinfonismo clásico y western es hablar de Max Steiner, Alfred Newman, Dimitri Tiomkin,... Autores, que dieron las primeras melodías al galopar del Séptimo de Caballería, a los primeros duelos en las desérticas calles de los villorrios del Oeste o a las desesperadas cargas de los padres de la tierra (Sioux, Apaches, Cheyennes, Arapahoes,...) contra un usurpador hombre blanco. Temas que nos acompañaron en nuestra niñez y que tienen un hueco labrado en nuestros corazones. 
Pero si tuviera que poner un ejemplo de este periodo, este sería el de la fantástica banda sonora de Steiner que acompañaría al épico film de Raoul Walsh "Murieron con las botas puestas" (1941). Gran banda sonora que acompaña al Teniente Coronel George Custer (Errol Flynn) desde la entrada en la academia de West Point, hasta la famosa batalla de Little Big Horn al mando del 7º Regimiento de Caballería.

Así una vez terminado el largo periodo del sinfonismo clásico surgen otros estilos y autores que acompañarían a nuevas películas o, en el caso que os traigo ahora, la longeva serie que comenzó emitiéndose en 1959 y finalizó su andadura en 1973 y que cuenta con infinidad de reposiciones en su haber desde su creación hasta nuestros días, me refiero a: “Bonanza”. Serie cuya banda sonora fue compuesta a lo largo de su singladura por David Rose, Harry Sukman y Walter Scharf, pero cuyo tema de inicio es sobradamente conocido.
En el mismo año surge la obra que cambiaría, junto con la que veremos a continuación, el concepto de las bandas sonoras del Western: "Horizontes de grandeza" (William Wyler). En ella, un Jerome Moross en estado de gracia crea esta espectacular obra que magnifica la idea del acompañamiento.

Ya en la gran pantalla, nos asentaremos para, definitivamente, quedarnos en ella y deleitarnos con una de las grandes composiciones de  Elmer Berstein, “Los siete magníficos” (John Sturges, 1960). 
Remake del film japonés “Los siete samuráis” del director Akira Kurosawa (1954). En este film, donde los samuráis son sustituidos por pistoleros (de los buenos), Berstein firma una banda sonora pasó a la historia por ser una de las mejores bandas sonoras que se han hecho para el género y la melodía publicitaria de una conocida marca de tabaco; la cual, no voy a mencionar (ya que al final resultó que no era tan bueno eso de fumar).

Y lógicamente los veteranos capitanes no abandonarían el barco, así, Alfred Newman, adaptándose a las nuevas corrientes, crea el fantástico tema para el clásico "La conquista del Oeste". Film que narra en cuatro episodios lo que fue la colonización del Oeste entre 1830 y 1890. Para ello se contó con cuatro consagrados directores: Henry Hathaway, George Marshall, John Ford, Richard Thorpe y un reparto de verdadero lujo: John Wayne, Henry Fonda, Gregory Peck, James Stewart, Richard Widmark, Carroll Baker, George Peppard, Eli Wallach o Karl Malden entre otros.

Poco más tarde vendría el gran cambio en el concepto de bandas sonoras para el western con la gran Trilogía del Dólar de Sergio Leone: “Por un puñado de dólares” (1964), “La muerte tenia un precio” (1965) y “El bueno, el feo y el malo” (1966). Saga que llevaría al Spaghetti Western  a límites insospechados de popularidad, y por supuesto, hace lo propio con su impasible protagonista, Clint Eastwood. Quien logra alcanzar la fama sin tener que hacer una gran demostración de sus dotes interpretativas, pero... es que precisamente es eso lo que tiene el western a la italiana, al menos... en lo que a su época sobria se refiere.
Como no podemos olvidar, ya que esto es lo que me trae aquí. Decir, que todas las melodías fueron realizadas por el gran Ennio Morricone, quien con su genialidad cambia el concepto de acompañamiento musical en este divertido subgénero. 
Melodías que se hicieron muy populares en España gracias al timbre inconfundible de nuestro paisano Francisco Rodríguez, más conocido por Kurt o Curro Savoi.

Hablando del Western, es inevitable mencionar de manera reiterada, al dúo formado por Sergio Leone y Ennio Morricone. Así, dos años más tarde, nos vuelven a sorprender con otra de las joyas del Spaghetti “Once Upon a Time in the West” (titulada en España “Hasta que llegó su hora”, 1968), esta vez con reparto de lujo, nada más y nada menos que, la belleza italiana Claudia Cardinale acompañada de dos estrellas del cine made in USA: Henry Fonda y Jason Robards, aparte del inexpresivo Charles Bronson, encargado en esta ocasión de hacer de justiciero solitario en pos de venganza.
En el Duelo Final, podemos observar como se producen esos largos planos de miradas interminables y tensión contenida, donde la melodía de Ennio Morricone hace lírica en esa gran escena.

Tan solo un año más tarde nos llega: “Dos hombres y un destino” (George Roy Hill, 1969). Quienes acompañados por la melodía de Burt Bacharach, se alzaría con el Oscar a mejor canción.
Aunque el tema es algo anacrónico para un western, al ser una canción con un estilo muy sesentero, debo reconocer, que funcionaron muy bien juntas.
Al igual que funcionó la elección en los papeles protagonistas de los dos guapos de turno, nada más y nada menos que Robert Redford y Paul Newman. Y con una escena final que haría saltar alguna que otra lagrimilla a alguna que otra fémina.

Continuamos con otro Spagheti Western: “Mi nombre es ninguno” (Tonino Valerii, 1973) compuesta por el ya mencionado Ennio Morricone. Solo que esta vez con un estilo diferente.
Ya que la película retrata el cambio de estilos en el género Spaghetti. El primero, sobrio y pausado, genialmente interpretado por Henry Fonda. El nuevo, cómico e irreverente, interpretado por uno de sus máximos representantes, el italiano Mario Girotti, de nombre artístico Terence Hill (el rubio del dúo Bud Spencer - Terence Hill). Y Morricone, nuevamente lo borda.

Ahora, una película que no podía dejar de mencionar, “La puerta del cielo” (Michael Cimino, 1980), de las que citaré algunas de las críticas que obtuvo:

Tristemente célebre por ser paradigma del fracaso de una productora, pues recaudó en taquilla (3,4 millones de dólares) menos de la décima parte de lo que costó (35 millones), "Heaven's Gate" hundió a la potente productora United Artists (UA), que fue comprada al año siguiente por otra "mayor", la Metro-Goldwyn-Mayer (MGM). (FILMAFFINITY)

"Gran western, escrito y dirigido con sabiduría, masacrado por la productora desde su estreno. Su fracaso comercial acabó con la UA y con el propio Cimino" (Augusto M. Torres: Diccionario Espasa)".

A mí  personalmente me pareció una gran película, pero sobre todo, me encandiló la B.S.O. compuesta por David Mansfield, y en concreto, uno de sus temas musicales “Heaven's Gate Waltz”.

O una de esas raras y tardías películas en las que se habla con respeto de los legítimos pobladores de estas tierras, la oscarizada, “Bailando con lobos” (Kevin Costner, 1990). Donde un John Barry magistral compone una bella melodía con la que logra hacerse con el preciado señor del mandoble a mejor banda sonora. 
Buen comienzo para un novel director que se arriesgó a compaginar dirección e interpretación y alzarse con dos de los Oscars más importantes: Mejor Director y Película.

Y por último, “Ravenous”, también llamada “Voraz” (Antonia Bird, 1999). Con una bella y diferente banda sonora compuesta por Michael Nyman y Damon Albarn.
Impresionante película con una temática algo alejada de lo que estamos acostumbrados a ver en este tipo de género. Ya que basó su argumento en un curioso drama sobre canibalismo en el Lejano Oeste, aunque, debo decir en su defensa que, está tratado con mucho tacto, además de estar ambientada y narrada con una exquisitez absoluta.

Pues, es todo por hoy, espero que sea de vuestro agrado.

Un saludo.


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