viernes, 30 de noviembre de 2012

John Williams (Compositor)


John Williams

John Towner Williams, Nueva York (Estados Unidos), 1932.


Si decíamos de Ennio Morricone ser el responsable de hacer popular la música de cine, John Williams ha sido el encargado de llevarla a lo más alto.

Este compositor y director de orquesta cuya carrera se extiende a lo largo de cinco décadas en el séptimo arte, es el autor de varias de las bandas sonoras más famosas de la historia del cine. Aunque también haya realizado numerosas composiciones fuera del plano cinematográfico, donde ha realizado las melodías de varios Juegos Olímpicos, series de televisión o piezas de concierto.

Ha recibido el Oscar de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood en 5 ocasiones y ha sido nominado en… ¡¡50 ocasiones!!... Y sumando. Pero no sólo ha obtenido el reconocimiento de la academia norteamericana, además puede vanagloriarse de haber sido nominado en 21 ocasiones a los Globos de Oro y alzarse con 4 de ellos, 59 nominaciones a los GRAMMY de los que consiguió hacerse en 10 ocasiones con la preciada gramola, 15 veces ha optado a los BAFTA, de los que se llevó 7...
Es por ello uno de los compositores más reconocidos en la música del Séptimo Arte y no sería nada descabellado decir de él que es “El mago de las bandas sonoras”. Tiene la cualidad de hacer aparecer con una facilidad pasmosa grandes éxitos musicales cinematográficos, como si su batuta fuera la varita de un conocido niño mago del que hablaremos a continuación.

Williams, como ya viéramos con el insigne Ennio Morricone, cuya obra se caracterizaba por la imbricación de sus composiciones en la acción del film,  ha dejado su sello personal en la música del séptimo arte. Esta se caracteriza, además de por el uso de grandes orquestas sinfónicas, por su influencia de los autores románticos, siendo considerdo por ello como un neoromántico. Él ha sido el encargado de rescatar del olvido las obras de esos grandes autores del tardoromanticismo que se convirtieron en los artífices de la música de los inicios del cine cine sonoro. Así su obra se ha nutrido de grandes autores como Max Steiner o Erich Wolfgang Korngold, además, de emplear magistralmente para sus trabajos uno de los brillantes recursos acuñado por el autor por excelencia del romanticismo alemán, Richard Wagner, el leitmotiv: "Composiciones hechas para un personaje, objeto o lugar". Encontrándonos algunos tan significativos como la “Marcha Imperial” creada para el malvado Darth Vader en Star Wars  o el repetitivo y acongojante tema que acompañaba las terroríficas entradas del temido escualo de “Tiburón”. 

Tras ver el currículo de tan magno compositor, como podréis imaginar, tratar toda su obra aquí sería una tarea harto difícil y sin ningún sentido, ya que este post se haría demasiado extenso.
Como mi intención no es esa, solo veremos los temas más significativos, aquellas melodías con las que nos ha ido acompañado, a algunos más que a otros, a lo largo de nuestras vidas. Aun así, tengo que reconocer que me ha resultado bastante difícil hacer la criba de los temas a tratar, por lo que no prometo nada. Una vez dicho esto, comencemos a desgranar su carrera artística en el mundo del Séptimo Arte.

Con un autor que no es ningún principiante en esto de las bandas sonoras, inicia su carrera para el séptimo arte a finales de los cincuenta, no siendo hasta finales de la siguiente década cuando empieza a recoger sus primeros frutos. Su primera etapa se desarrolla fundamentalmente escribiendo piezas para series de televisión o comedias, entre las que destacan la melodía de la serie de ciencia ficción "Perdidos en el espacio" (1965-1968). Poco a poco va adquiriendo un mayor renombre en la academia de cine, llegando su primera nominación al Oscar en 1967 con el drama de Mark Robson: "El valle de las muñecas", su siguiente nominación llegaría dos años más tarde gracias a la composición para el film: “Los rateros” (Mark Rydell, 1969), película que contó con Steve McQueen en el papel protagonista y para la que Williams compone una emotiva banda sonora.

Pero su primer Oscar llegará en forma de mejor banda sonora adaptada en 1971, al realizar la adaptación de la partitura del musical de Broadway: “El violinista en el tejado” que Norman Jewison llevaría a la gran pantalla.

No siendo hasta 1972 cuando lograría su primer gran éxito por una obra original, este llegaría con la composición para claustrofóbica odisea vivida por los supervivientes de la catástrofe marítima del megacrucero Poseidón, “La aventura del Poseidón” (Ronald Neame, 1972). La cual dio pie a pensar que lo encasillarían como compositor de obras de desastres, ya que tras esta le siguieron “El coloso en llamas” (John Guillermin e Irwin Allen, 1974)  y “Terremoto” (Mark Robson, 1974), en las que demostraría su gran capacidad para componer para este tipo de género.

Pero nada más lejos de la realidad, en ese 1974 compondría por primera vez para un novel director con el que iba a mantener una larga y exitosa asociación. relación con la que rompería todas las expectativas y especulaciones que se habían hecho sobre el futuro de su carrera artística.
Pues sí, ya que en 1974 trabajaría por primera vez con un joven y prometedor Steven Spielberg, al que compone la melodía de la película “Loca evasión”. Film que pasaría sin pena ni gloria, por lo que nada hacía presagiar en ese momento lo que vendría a continuación. Y no se hizo de rogar, tan solo un año más tarde consigue el que es su primer Oscar a mejor banda sonora original, por un film, en el que sólo escuchar el inicio de la melodía nos pone los pelos de punta, me refiero a la banda sonora de: “Tiburón” (Steven Spielberg, 1975). 
Quien por aquella época pasara unos días de solaz junto al mar, seguro que, en más de una ocasión, se daría la vuelta con un escalofrió recorriéndole por el espinazo cada vez que la dichosa melodía le daba por rondar por la cabeza.

Un año más tarde, componía para el film bélico “La batalla de Midway” (Jack Smight, 1976). Basado en la batalla naval de La Segunda Guerra Mundial del mismo nombre. Con ella nos hacía intuir hasta donde podría llegar en el momento que se le requiriera componer Marchas u Himnos.

La década de los setenta nos deja un periodo bastante productivo y exitoso. Así, en 1977 conseguía su segundo Oscar a mejor banda sonora original, cuando crea la que es considerada una de sus grandes joyas. Me refiero a la mágica obra realizada para la película de batallas estelares: “La Guerra de las Galaxias” (George Lucas, 1977). La misma que años más tarde, tras la aparición de una nueva trilogía, pasaba a llamarse “Star Wars Episodio IV: Una nueva esperanza”.
Ese mismo año, era doblemente nominado ya que en la misma categoría aparecía otra banda sonora del autor. Mucho menos épica, pero no por ello menos bella, estaba la del también film de Ciencia Ficción: “Encuentros en la Tercera Fase” (Steven Spielberg, 1977), hecho que aunque parezca curioso, no era la primera vez que ocurría, ya se había dado en 1972 y 1975... Y no sería la última, se repetiría en 1982, 1984, 1987, 1989, 1995, 2001, 2005 y 2011... de momento, ya que nuestro autor aunque de avanzada edad sigue muy activo.

En el año 1978 vuelve a componer otra obra maestra. Como tenía que ser, ya que era la encargada de acompañar al tristemente malogrado Christopher Reeve en su papel de hombre de acero: “Superman” (Richard Donner, 1978), trabajo por el que, inexplicablemente, se tendría que conformar con la nominación al Oscar.

En la década de los ochenta no bajaría el listón, sino todo lo contrario, así en 1980 nos deleita con su banda sonora para el nuevo episodio (ahora V) de Star Wars:  “El imperio Contraataca” esta vez dirigida por Irvin Kershner. En ella, nos vuelve a ofrecer otra gran composición, sólo que en esta ocasión el gran afortunado sería el lado oscuro, ya que ella incluye el sublime tema: “Marcha Imperial”. Y ¿qué significa esto?... Efectivamente… una nueva nominación.

Al año siguiente, no conforme con todo lo realizado nos vuelve a sorprender, esta vez con la composición para el film sobre las aventuras de un intrépido arqueólogo, Indiana Jones, en “En busca del arca perdida” (1981). De nuevo de la mano de Steven Spielberg y con Harrison Ford en el papel protagonista. Y una vez más… le cae la nominación.

Y como no hay dos sin tres, en 1982 compone “E.T., el extraterrestre” (Steven Spielberg), y a la tercera va la vencida, así que este año… sí consigue alzarse con el premio gordo gracias a la emotiva melodía que acompañaron las aventuras de Elliott y su amigo intergaláctico.

Aunque su trabajo en este momento esta centrado especialmente en la gran pantalla, en 1985 encontramos algunas melodías que merecen la pena ser tratadas, aunque fueran realizadas para pantalla pequeña. ejemplo de ello lo tenemos en la melodía de la serie fantástica de su gran amigo: “Cuentos asombrosos” (Steven Spielberg, 1985-1987). O el tema de apertura realizado para el noticiario de la NBC "Times", para el que compone "La mission". Impresionante melodía que muchos intentamos ubicar en algún film de Spielberg, pero que pertenece a un informativo. Como ocurriera un año antes cuando compuso la fanfarria para la entrega de medallas de la Olimpiada de Los Ángeles de 1984, emotiva fanfarria con la que, sin menospreciar a Bill Conti, ya hubiera querido Rocky Balboa celebrar con ella sus sufridas victorias.

El resto de la década sería de éxito en éxito, acumulando nueve nominaciones más a su ya dilatada lista, pero si me tengo que decantar por alguna de ellas, será por esta: “Indiana Jones y la última cruzada” (Steven Spielberg, 1989), bella composición de aires místicos, que devuelve la fuerza perdida en la anterior entrega.

La década de los noventa sería un poco más "floja", con sólo ¡¡¡nueve nominaciones a mejor banda sonora original!!!... Oscar incluido entre ellas, y tres más a mejor canción original. Toda una minucia.

Especial incapié haremos en el año de 1993, año especialmente reseñable, ya que en él compone la banda sonora de “Parque Jurásico”, de nuevo para Steven Spielberg. Banda sonora que si bien se encuentra entre las más célebres del autor, no lograba la nominación a mejor banda sonora. Algo que no tuvo que preocupar mucho al autor, ya que ese mismo año se llevaba el que ha sido su último Oscar. El logrado por la melodía de otro de los filmes de Spielberg: “La lista de Schindler”. Con una banda sonora mucho menos efectista pero mucho más emotiva. Ambas muy acorde a la temática de sus respectivos filmes.

Antes de finalizar la década e iniciar el nuevo milenio, vuelve a ponerse a las órdenes de Georges Lucas, quien en un intento de recuperar el prestigio alcanzado tras su trilogía galáctica, vuelve a dar vida a su engendro con desigual fortuna, ya que si George Lucas se estrella en una precuela para la que crea personajes tan ridículos como el orejudo que hizo graznar hasta el más fervoroso seguidor, Jar Jar Binks; por su lado nuestro estimado compositor mantiene el tipo y logra hacer que Lucas no haga el más espantoso de los ridículos, creando temas tan fantáticos como el "Duel of the fates" que acompañaba el "Episodio I: La amenaza fantasma" en 1999. El bello tema de amor "Across the Stars" que aparecía en el "Episodio II: La guerra de los clones" en 2002. O temas hermosamente lúgubres del "Episodio III: La venganza de los Sith" (2005), en los que nos hará partícipe de como va ganando la batalla en el interior de Anakin Skywalker su lado más oscuro. Brillantes temas como "Anakin's Dark Deeds" o "Battle of the Heroes".

Al inicio del milenio, ya a punto de cumplir los setenta, nos dejará con otra de esas obras imborrables, la que acompañará al niño mago: “Harry Potter y la piedra filosofal” (Chris Columbus, 2001). Saga en la que trabajará durante los tres primeros filmes y en la que aun sin contar con su presencia se mantuvo su tema principal. Y nueva nominación.

En 2004 tendremos la banda sonora en la que se incluye el estupendo y simpático tema "The Tale of Viktor Navorski". Perteneciente a la película "La Terminal" de... sí, Spielberg. 
O la dulce melodía del film “Memorias de una Geisha” (Rob Marshall, 2005). Con la que lograba otra nominación.

Las últimas composiciones, ya entrada la segunda década del nuevo milenio, han sido para tres de las superproducciones de Spielberg: “Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio” (2011), “War horse” (2011)  y “Lincoln” (2012) todas ellas nominadas al Oscar.
O la última nominación al Oscar y Globo de Oro, "La ladrona de libros" (Brian Percival, 2013), para la que compone una delicada y vital banda sonora, que nos aleja del dramático acontecimiento en el que se desarrolla la historia para redundar en la tenacidad y ternura de nuestra joven protagonista.

Como hemos podido observar, aquí tenemos un claro ejemplo de lo que se denominan parejas de cine, en este caso la relación se establece entre compositor/director. Ya que Williams puede jactarse de haber sido él autor de la mayor parte de las melodías que han acompañado a los grandes éxitos de Spielberg. 
Y como nuestro veterano autor se niega a tomarse el merecido descanso que le corresponde, algo que los bsoadictos agradeceremos eternamente, parece ser que, no contento con haber acompañado al Rey Midas del la meca del cine durante todo este tiempo, ahora quiere continuar con quien se postula como su posible sucesor, el Sr. J.J. Abrams. Así que, como quien hubiera hecho un pacto con el tiempo, parece haber aceptado hacerse cargo de la banda sonora de la que será la tercera trilogía de "Star Wars" (Episodios VII, VIII y IX). Filmes que esperan tener su estreno en 2015 y termino en 2019.

Espero que haya sido de vuestro agrado.

Un saludo.

2 comentarios:

  1. John Williams es DIOS!!! Jajajaja
    Señalar que no creo que haga más "Star Wars" a partir del episodio VII. Al menos, sólo está confirmado para la nueva entrega. A su edad es normal, creo yo.
    Y es cierto que se niega a retirarse, lo cual es de agradecer y tiene su sentido: John Williams es John Williams, y ante ese nombre, todo el mundo se rinde, así que siempre tendrá trabajo y en cintas de serie A, donde es difícil pasar inadvertido.

    Cada nueva banda sonora del Maestro es un soplo de aire en la industria, porque la música de cine a día de hoy parece toda clónica y mimética. Por poner un ejemplo, tenemos "Exodus", que contratan a Alberto Iglesias para que haga una bso que suene, no a Iglesias, sino a Zimmer y compañía. Es triste, pero así está la cosa. Incluso le ha pasado al bueno de Patrick Doyle!

    El que más cabreado tiene que estar ante esta situación creo que sería Horner, porque siempre pensó que sería su sucesor en el cine de Spielberg. Y hablando del rey Midas, ¿no crees que, hace ya algún tiempo, elige sus proyectos de la mano de Williams? Es decir, siempre se le asocian películas, pero mientras Williams está en años sabáticos (de cine, que no de música) nunca hace nada.
    Incluso diría que cuando Williams no esté, Spielberg no volverá a dirigir...

    Saludos!!!

    ResponderEliminar
  2. Sr. anónimo, estoy llegando a pensar que es usted producto de mi imaginación, jajajaja.

    Pero permítame que discrepe con usted, ya que si Williams es capaz de componer el día en que se editen las dos siguientes partes de la tercera entrega de la saga, Williams será nuevamente el autor.
    No sé porqué, pero me da a mi la sensación de que Morricone y él han entrado en una guerra personal para ver quién de los dos llega más lejos (¡bendito duelo!), jajaja.
    Bueno, Horner pensó mucho y muy rápido. Ahora mismo veo mejor posicionado a Giacchino que a Horner, además de que este cuenta con mejores contactos con el nuevo rey Midas (el señor Abrams).

    En cuanto al otro tema que comentas, de eso, podríamos hablar largo y tendido.
    Es cierto que los estudios norteamericanos parecen haber encontrado el patrón ideal con la música zimmeriana y buscan clonar una y otra vez lo que empieza a ser ya algo más que cansino, aunque deba reconocer que eficaz. Así que da igual que veas una película de ciencia ficción, histórica, de acción,... todo llevará la misma música. Y de esto no se han escapado varios de nuestros mayores representantes, ya sea Iglesias o Navarrete. Lo que no llego yo a ver es, si esto es por culpa del guión (exigencia de las productoras) o por motu proprio.
    Claro ejemplo lo tenemos en Desplat (para mí uno de los mejores del momento), quien depende del film al que acompañe, muestra su lado más personal o comercial.
    Doyle después de lo que tuvo, es normal que no quiera tener muchas complicaciones y tire a lo fácil, aunque estoy seguro que tarde o temprano volverá a dejarnos una obra colosal, todo es que Branagh se centre un poco ;).

    Un saludo.

    ResponderEliminar